La integración de la región es una “causa de ser o no ser” en la que se debe ser “abierto y flexible” y no quedar encerrados en temas ideológicos, afirmó el expresidente de Uruguay, José Mujica.

La integración es una “batalla de carácter político. Tenemos que dar seguridad económica y estabilidad para tener con qué atender la necesidad de las masas. No es de izquierda, ni de derecha, ni de centro, es de ser o no ser, es de identidad, significa gran apertura”, agregó Mujica, quien pidió no ponerse el “casco” al discutir este tipo de temas.

Mujica, cerró este jueves un panel de discusión en el marco del seminario “Unidad en la diversidad, América Latina y el Caribe, el futuro de la integración”, organizado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) en Buenos Aires.

Mujica planteó que la integración regional no está a la vuelta de la esquina, porque “supone un cambio cultural” de los latinoamericanos.

Dijo que muchos hablan de integración, pero nadie se toma el trabajo de conversar con el “pueblo, las masas, las columnas obreras” sobre este tema.

“Es hora que asumamos la realidad y nos demos cuenta de que tenemos muchos recursos, pero tenemos una gigantesca deuda social. Echándole la culpa a otro no vamos a arreglar nada”, afirmó.

Mujica dijo que hay que integrase con lo que se tiene en este momento y por ello hay que ser “abiertos y flexibles”.

Pidió sacarse de encima el “síndrome del acuerdo absoluto” en los mecanismos de integración porque “si no no se puede hacer nada”. “Hay que construir institucionalidad, pero recordemos que los gobiernos son de corto plazo y por más que sueñen y tengan buenas intenciones, están absorbidos por la realidad inmediata que les chupa toda la energía y están preocupados por quién va a ganar la próxima elección”, agregó.

Los gobiernos, los partidos políticos, las centrales de trabajadores y las universidades públicas, deben trabajar en estos temas, dijo Mujica.

Fortalecer a la Celac

En el panel, también participó el excanciller brasileño Celso Amorin. Dijo que espera que el expresidente Lula da Silva gane la elección en Brasil porque ello contribuiría a una mejor integración de América Latina y el Caribe.

“Hoy el mundo es más complejo que el mundo que se dibujaba en la primera década del 2000”, afirmó. Nombró las “amenazas” que significan el cambio climático, la pandemia y la desigualdad que se “han profundizado de manera muy grande” en estos 20 años.

Amorim dijo que se debe “trabajar en la integración regional”, pero aclaró que esta debe realizarse “en más de una velocidad”.

“Para que la voz de América Latina y el Caribe sea escuchada es necesario que estemos juntos. Tenemos que trabajar por esa integración”.

En tanto, Beatriz Paredes, senadora mexicana por el Partido Revolucionario Institucional, dijo que se necesita una integración de las cadenas productivas agroalimentarias y en la industria farmacéutica. También advirtió sobre los “conflictos comunes” de la región en materia de seguridad y cómo enfrentar a la delincuencia organizada.

El expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998), señaló que el mundo va a un sistema multilateral compuesto por bloques. Lamentó que mientras otras partes del mundo ya hay bloques regionales funcionando de manera plena, América Latina no logró ese nivel de integración.

Planteó fortalecer la Celac, dándole más poder y financiamiento. Agregó que también se debe reimpulsar a la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), un organismo que se fundó en 2008 a instancias de varios gobiernos progresistas del momento, que al final de la década pasada fue perdiendo integrantes con el cambio de signo político en varios países.