De tanto en tanto aparece algún trotamundos que busca emular y superar al icónico Phileas Fogg. Existe incluso una travesía marina que premia a quien logra completar el desafío de cruzar nuestro planeta en menos tiempo. La vuelta al mundo en 80 días, nueva transposición audiovisual del clásico de Julio Verne, tiene la particularidad de hacerlo en ocho episodios reactualizando el material del folletín que comenzó a publicarse hace un siglo y medio. La producción, dirigida por Steve Barron y protagonizada por David Tennant (Broadchurch y Good Omens), puede verse por Universal Premiere los domingos a las 21.30 y en VOD por Universal +.
“Si un hombre fuera organizado, tuviera un carácter resiliente e incansable y aprovechara los recientes avances tecnológicos, podría lograrlo”, lanza Phileas Fogg antes de hacer la apuesta que lo llevará en una travesía contra reloj por aire, océanos y tierra. En su periplo decimonónico, el aristócrata británico cuenta con dos laderos, el valet Jean Passepartout (Ibrahim Koma) y Abigail Fix (Leonie Benesch). ¿Dónde reside el encanto de este material fértil para las reversiones? “El elemento universal e inalterable que es el llamado a la aventura”, explica Steve Barron a Página/12, director de este proyecto con segunda temporada confirmada.
En esta ocasión, se advierte el zeitgeist colonial y modernista de fin del siglo XIX, junto con algunos ajustes a nuestro presente. Así pasa con su valet y especialmente con Fix, que en el relato era un detective y aquí aparece como una joven reportera feminista. ¿Compromiso de género obligado? Sí, pero también podría ser un homenaje a Nellie Bly y Elizabeth Bisland, dos periodistas que en 1889 lograron cumplir la premisa de la obra tras haber leído a Verne. En ese mix de fantasía y realidad, la propuesta evoca circunstancias puntuales, como la Comuna de París, y personajes históricos incluyendo la mención al propio Julio Verne. “Nuestro objetivo fue diferenciarnos de las versiones que ya se conocían de la novela. Queríamos que se sintiese atada al momento en el que se escribió el texto”, expone el director.
-Esta versión luce clásica y moderna al mismo tiempo, ¿cómo dio con esa mezcla desde lo visual y narrativo?
-Buscamos que pudiera palparse la realidad y las raíces de ese entonces, es menos extravagante en un punto. Lo victoriano puede llegar a ser muy teatral y ahogar la historia en sí. Esta versión tiene algo de drama y humor, es como si una persona de ese tiempo se embarcara en un viaje alrededor del mundo de la manera más creíble posible.
-¿Qué le llamó particularmente a atención de esa época?
-El turismo, como lo conocemos hoy en día, comenzó por entonces con la agencia Thomas Cook y. Ellos fueron los primeros en enviar a cualquier otra persona a otra parte del mundo. Era algo muy nuevo y de exploración, esta idea excitante de tener un guía y acceder un pasaje a lo desconocido. Fueron los mismos años en los que se lograron grandes avances como la inauguración del canal de Suez que permitió viajar mucho más rápido por el Mediterráneo como una entrada a África y Asia. Los trenes que unían el este y el oeste de Estados Unidos o de India. El concepto de transitar los continentes en un tiempo plausible viene de esa era.
- David Tennant ha encarnado a otro viajero icónico como Dr. Who y aquí le da vida a Phileas Fogg. ¿Cuál es la especificidad de este personaje y que querían profundizar de su persona?
-Partimos del siguiente ángulo: es un Phileas Fogg diferente del que hemos conocido. Es alguien que tuvo una vida previa, tiene el viaje en su cabeza pero aún no lo ha hecho con su cuerpo. Hay un motivo puntual que le impidió hacer la travesía y lo tiene atascado. Las decisiones que tomó en su vida lo llevaron a ese punto. Es momento para él de terminar ese círculo, tiene que dejarse influenciar por la aventura y aprender a ser valiente. David Tennat fue la opción número uno y lo desarrollamos a partir de él. Cuando se lo enseñamos le gustó mucho el guion por la premisa de que estuviese un poco perturbado. Vio que tenía algo para trabajar. David es verdaderamente brillante en lo suyo y alguien encantador para trabajar. Los que no lo conocían quedaban pasmados luego de hacer las escenas con él. Tiene un talento muy especial e inusual.
-¿Qué parte del mundo que no esté en el libro le hubiera gustado incluir?
-En una versión cinematográfica hicieron algo muy ilógico y genial: van a España y terminan en una corrida de toros. Pero hacer algo así no habría tenido ningún sentido. El viaje aquí comienza con su partida a Francia y luego a Italia, la ruta posterior los lleva a Yemen, Hong Kong, Estados Unidos y de vuelta a casa. En una versión previa pasaban por África y se cruzaban con el explorador David Livingstone. Finalmente yo presioné para que vayan por el Medio Oriente y se crucen con Jane Digby quien fue una aristócrata inglesa que tuvo una vida muy intensa. No le importaban los escándalos para nada y terminó en Damasco casada con un sheik árabe. Viajan por todo el mundo y lo hacen por esta vía, que es muy loca y trabajosa.
-En su larga trayectoria como realizador ha realizado videos emblemáticos como “Take On Me” de A-ha y “Billie Jean” de Michael Jackson. ¿Qué canción sería perfecta para un video clip de La vuelta al mundo en 80 días?
-¿Cómo se llamaba esa canción de Tears for Fears? “Everybody Wants To Rule The World”. Esa.