La canasta básica aumentó 6,3% en julio, una cifra levemente por debajo de la inflación total (que marcó 7,4 en ese mes), según dio a conocer el Indec este jueves. La medición arrojó que una familia "tipo" (dos adultos y dos niños) necesitó de $111.297,57 para no ser pobre.
En Mediodía 750, el investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, Santiago Poy, desglosó los números publicados por el organismo y aseguró que en la economía argentina resurgió la figura del trabajador pobre.
Poy explicó que nuestro país padece serios problemas para generar empleo de calidad. Sobre este punto, sostuvo que, si bien el desempleo es bajo, los salarios de los trabajadores también lo son.
En ese contexto, el investigador detalló que la situación social se complejiza ya que el fenómeno de progreso a través del empleo formal está en jaque. "Hay dos componentes: uno coyuntural, que tiene que ver con la alta inflación y que no se relaciona directamente con la cuestión del empleo precario, y también, desgraciadamente, que un 50 % de la población se desempeña en la informalidad".
Sumado a esto, Poy destacó que desde hace cinco años los salarios no logran alcanzar los niveles de poder adquisitivo de 2017. Esto significa una caída estimada de 20 puntos de capacidad de compra menor en 2022 frente a 2017.
Por último, el titular del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA explicó que la medición de la canasta básica es la línea que se utiliza para medir la pobreza. Y que esto arroja que en la actualidad hay un 38% de la población argentina por debajo de la línea de la pobreza .