El transporte público de Londres se vio afectado este viernes por una nueva huelga que ha dejado sin servicio a las líneas de metro y algunos autobuses de la capital británica, un paro que se suma a las protestas del sector ferroviario de esta semana en el Reino Unido. La medida había sido convocada por el Sindicato del Transporte Ferroviario y Marítimo (RMT, por sus siglas en inglés), en demanda de mejoras salariales y condiciones laborales.

Prácticamente no hubo servicio en el subte de Londres, aunque dos líneas funcionaron a capacidad reducida con una formación cada 15 minutos aproximadamente, dijo una vocera del operador de transporte público Transport for London (TfL). El tráfico de los famosos autobuses rojos de dos pisos también se vio interrumpido.

Además de la falta de servicio en el Metro, algunas líneas de autobuses del oeste y suroeste de Londres también están afectadas por el paro que secundan los conductores miembros del sindicato Unite, también en reclamo de mejoras salariales. Unas 63 líneas de autobuses de la capital no operaron, lo que ha causado un trastorno para miles de personas y congestión de tráfico, a pesar de que muchos ciudadanos trabajaron desde casa.

Esta situación en el transporte, que se suma a la medida de fuerza de este jueves de los trabajadores de los ferrocarriles británicos, coincide con la crisis inflacionaria en el país, donde la inflación interanual ha llegado al 10,1 por ciento, la tasa más alta en más de 40 años, que se espera que suba al 13 por ciento a finales de año.

Descontento

El paro responde al descontento del sindicato del sector por los planes de TfL, la compañía responsable del transporte en la capital, de suprimir entre 500 y 600 taquillas de estaciones y revisar un plan de pensiones a fin de conseguir ahorros estimados en 100 millones de libras (117 millones de euros) al año a partir de 2025.

El secretario general del RMT, Mick Lynch, dijo a los medios que lamentaba que esta situación incomode a la gente. "Somos hombres y mujeres normales que queremos hacer nuestro trabajo y brindar un servicio, pero cuando un empleador te está cortando en pedazos, debes resistir", añadió

Nick Dent, director de operaciones de TfL, admitió a la cadena Sky News que es un día difícil para viajar y agregó que hizo todo lo posible para evitar esta huelga. "Desafortunadamente, la alteración será bastante significativa para Londres," anunció. El directivo subrayó que la empresa ha trabajado con los sindicatos.  "Hemos sido abiertos y transparentes sobre el impacto que la pandemia ha tenido en nuestras finanzas," señaló.

Por su parte, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró a la cadena Sky News que esta huelga responde a la inquietud de los trabajadores del Metro por unos cambios en el plan de pensiones. "Nuestros trabajadores del transporte han sido héroes en los últimos dos años y medio al continuar con el transporte en Londres (durante la pandemia) para permitir que nuestros trabajadores clave, como enfermeras, médicos, maestros, minoristas o policías pudieran ir a trabajar", afirmó. "La forma de premiarles no es estableciendo unas condiciones draconianas para cambiar sus pensiones de manera unilateral."

Frente a la estación Blackhorse Road, en el norte de la capital británica, varios usuario expresaron su frustración por la medida de fuerza. "Voy a llegar tarde al trabajo, necesito llegar al centro de Londres", lamentó una mujer, mientras trataba de subirse a un bus, alavez que una vendedora de 25 años, Catherine Ondo, se mostró más condescendiente. "Entiendo el mensaje que los trabajadores quieren transmitir a sus jefes, pero Londres es una gran ciudad y muchas personas necesitan llegar a su trabajo".

Huelga de ferroviarios

La huelga de este jueves de más de 45.000 trabajadores ferroviarios dejó casi paralizada la red de trenes del Reino Unido, en protesta para exigir subidas salariales acordes con el alza de la inflación. Además de empleados de 14 compañías ferroviarias, participaron en los paros miles de trabajadores del operador Network Rail, responsable de las vías y la señalización, por lo que la actividad de las firmas que no participaron en la huelga quedó afectada.

Los trabajadores del sector ferroviario piden descongelar sus sueldos con un incremento del 7 por ciento (por debajo de la tasa de inflación), que no haya despidos obligatorios como parte de una reforma y que se respeten sus condiciones laborales. 

Según los sindicatos, las negociaciones con los operadores privados del sector están en un punto muerto después de que rechazaron una oferta de aumento salarial del 8 por ciento en dos años por parte de Network Rail, la empresa ferroviaria estatal. Network Rail, parte del Ministerio de Transporte, quiere suprimir unos 2.500 empleos, en la medida de lo posible de forma voluntaria para sustituirlos por nuevas tecnologías, especialmente en inspección de vías y taquillas.