La enfermera detenida este viernes en la causa judicial donde se investigan las muertes de al menos cinco bebés que nacieron sanos, en el Hospital Neonatal “Ramón Carrillo” de Córdoba, Brenda Agüero, de 27 años, quedó presa por dos casos que tienen "carácter intencional", según aseguró el fiscal Raúl Garzón.
La Fiscalía la imputó por el delito de "homicidio calificado reiterado por el uso de un medio insidioso" (una sustancia). Esa sustancia sería potasio, que habría sido aplicado a los bebés que murieron. La mujer prestaba servicios en el hospital desde diciembre de 2020 y no contaba con antecedentes de problemas laborales ni personales.
Agüero fue detenida en su casa de Río Ceballos, a unos 20 kilómetros de la capital provincial. Y es una de las nueve personas empleadas del Hospital Neonatal que fueron apartadas de sus cargos cuando se hizo pública la situación la semana pasada, según una disposición del Ministerio de Salud provincial.
Para la Fiscalía, la detención de la enfermera se realizó después de haber realizado las autopsias de dos nenes, que determinaron que habían fallecido "en circunstancias complejas", entre el 5 y 6 de junio.
Quiénes son los otros imputados por la muerte de los bebés
Además de la enfermera, la exdirectora del hospital, Liliana Asís; la jefa del servicio de neonatología, Marta Gómez Flores, y la jefa del departamento de neonatología -de quien no se dio a conocer su identidad-fueron imputadas por omisión de los deberes de funcionario público, en la misma causa, donde no solo se investigan las muertes, sino también el caso de ocho recién nacidos que sobrevivieron, pero que quedaron con secuelas graves. Los hechos ocurrieron entre mazo y junio de este año.
El Ministerio de Salud de Córdoba dispensó a tres jefes de área: Obdulio Paredes, jefe de Tocoginecología; Marta Gómez Flores, jefa de Neonatología; y Alicia Ariza, jefa de Enfermería.
Qué evidencias hay contra la enfermera
La Fiscalía indicó que, en principio, es la principal sospechosa en esos dos hechos: “Hay lo que la ley requiere: motivos para presumir que esta persona habría cometido estos hechos de ese modo”. Sin embargo, el fiscal Garzón aseguró que "estamos lejos de decir acabadamente lo que ha ocurrido".
De acuerdo a la investigación, Agüero estaba formada para realizar su trabajo, por lo que "no hay forma de que haya sido mala praxis, sino que fue adrede", aseveró un funcionario que participa de la investigación. Y fue calificada como una empleada "obsesiva y prolija". La sospecha sobre ella es que le habría inyectado una sustancia aún no identificada -podría ser potasio- a 13 bebés, cinco de los cuales murieron, y los otros tienen lesiones como necrosis, hematomas y heridas visibles.
¿Chivo expiatorio?
Había estudiado en el Instituto SEP San Nicolás. Cuando el escándalo salió a la luz, sus jefes le pidieron que se tomara las vacaciones que tenía disponibles, y después quedó desafectada del servicio, aunque estaba obligada a presentarse cuando la citaran del hospital para prestar declaración testimonial.
En su cuenta de Facebook subía temas referidos a la enfermería y la obstetricia. Pero el lunes pasado, cerró la cuenta.
Tras la detención, su madre, aseguró en declaraciones radiales que Brenda "nunca estuvo con los bebés que fallecieron, no tenía contacto con los bebés", Y agregó: "Ella estaba para atender a las madres." Y destacó que si bien tenía un buen trabajó en un sanatorio privado de Nueva Córdoba, "se encaprichó con el Neonatal, le gustaba lo que hacía y acá pasó lo que pasó".
En las redes sociales, hubo comentarios a favor de la enfermera: "Brenda Agüero, fue mi compañera, me sorprende esto de ella, siempre fue aplicada haciendo las cosas bien. Para mí, claramente Brenda fue el chivo expiatorio de esto y lamentablemente el hilo se corta por el lado más fino, por enfermería, cuando somos el último eslabón, les pareció más fácil culpar a alguien débil, para tapar toda la porquería".