Como prólogo a Qatar 2022, la TV Pública pone en el aire Mundialitas, serie de entregas que rondan el minuto y medio en la que el dibujante Miguel Rep recorre anécdotas y hechos memorables de los Mundiales de Fútbol que desde 1930 y hasta 2018 pusieron en juego a las selecciones de una treintena de países, y a millones de apasionados o simplemente curiosos de todo el mundo, en encuentros a pura tensión, un nerviosismo que crece día a día, no importa el huso horario, un paréntesis donde no importan razas, credos o religiones.
Los chicos encuentran en los quioscos figuritas para llenar álbumes que se completan en ese mes, días más o menos, que duran estos encuentros internacionales. Ese espíritu marca la esencia de Mundialitas, una colección de microprogramas con un equipo de lujo: el arte del dibujante, la dirección y producción de Santiago García Isler, los guiones escritos por su hermano Jorge Repiso y la reconocible voz de "relator clásico", con una fuerte dosis de humor que aporta Pedro Saborido.
-¿Cómo nació la idea?
-La génesis ya está en el Mundial de Rusia de 2018, cuando con Juan Forn hacíamos Ruso el que lee, por AM750, los domingos desde Pinamar. Ahí es donde le metí ganas a hacer algo en este Mundial, a no desperdiciar el 2022 y la forma que tenía en el 2018, la metáfora de la guerra mundial por medio de equipos de fútbol, se me ocurría repetirla haciendo con Juan un programa de radio. Pero pasaron dos cosas, la pandemia y la partida de Juan. La pandemia significó el descubrimiento que tenía un recurso que era mis manos dibujando. En 2020, con el mexicano Jorge F. Hernández desde Madrid hicimos sus Cuentínimos. Esa experiencia se replicó después contratado por el Instituto Francés de Cultura, donde hice 24 episodios, y finalmente vino una serie para la agencia Télam.
-¿Cómo definirías los episodios?
-Son coloridos, curiosos, históricos acerca de los mundiales, entre 1930 y 2018. La frutilla de la torta es la voz de Pedro, pero él se incluyó con el guión ya terminado. Le da el ritmo, el nervio, acompañando mis dibujos de manera acelerada. La voz de Pedro le da el color que a veces los dibujos no tienen, y viceversa.
-¿Cómo te llevás con el fútbol?
-Soy fanático de los mundiales, pero no soy futbolero en esos tres años y once meses que hay entre uno y otro. No voy a la cancha y apenas me voy enterando de las cosas, por ahí le presto atención a las eliminatorias pero cada cuatro años me interno, como me interné en Pinamar para ver el de 2018. Lo de los mundiales se me despertó cuando en Página/12 hacía los goles, también fui corresponsal del diario en 1994 y siempre me quedó la cosa de la conflagración mundial.
-¿Y este Mundial?
-Veremos donde me encuentra este, si es trabajando. Quizás sería interesante trabajar en presente, haciendo Mundialitas, o algún tipo de intervención en la TV Pública. Sería mi deseo porque los mundiales siempre generan cosas, son eventos riquísimos, metáforas de este mundo. Cada uno marca una tendencia y son tendencias casi siempre capitalistas. Los sistemas de juego responden a eso, pero como el fútbol siempre es la dinámica de lo impensado, siempre hay errores y lo humano, por eso me interesa tanto.
-¿Cuántos dibujos fueron?
-Dibujar estos cuatrocientos y pico de viñetas para las 60 Mundialitas fue una gran concentración, una gran documentación, cómo era la camiseta, la pelota, qué cancha, qué número tenían los jugadores, todo eso está muy chequeado, y es como un trabajo periodístico que tuvo un final entre lúdico y didáctico, porque la mayoría de las cosas son absolutamente probadas. Y lo hacemos de una forma veloz porque se trata de la vertiginosidad de los tiempos.