El mayor puerto de carga de Reino Unido se sumó este domingo, con una huelga de ocho días, a la oleada de paros que llevan adelante varios sectores industriales en reclamo de salarios más altos por las cifras récord de inflación.
Según informaron medios locales, más de 1.900 trabajadores del puerto de Felixstowe, ubicado en el este de Inglaterra y por donde pasan unos 4 millones de contenedores por año, se adhirieron a la medida convocada por el sindicato Unite.
Se trata de la primera huelga en el puerto de Inglaterra desde 1989 y se enmarca en los paros que se registran en otros sectores afectados por la inflación que exigen un aumento de salario, principalmente el transporte público.
En el caso del puerto, por el que transitan anualmente unos 2.000 cargueros, la exigencia de un aumento en los salarios también se ve justificada por los elevados beneficios de la empresa, señala el sindicato.
"Felixstowe es muy rentable. Las últimas cifras muestran que en 2020 obtuvo beneficios por 61 millones de libras (72 millones de dólares)", declaró la secretaria general de Unite, Sharon Graham.
"La empresa matriz, CK Hutchison Holding Ltd, es tan rica que el mismo año distribuyó 99 millones de libras esterlinas a sus accionistas. Pueden por tanto conceder a los trabajadores de Felixstowe un aumento correcto de salario", agregó.
La empresa, en tanto, asegura haber propuesto una suba salarial "justa", del 8% en promedio y cerca del 10% para los sueldos más bajos. En ese sentido, las autoridades del puerto se expresaron en contra del "impacto de esta acción en las cadenas de distribución británicas" y afirmaron que trabajan con sus clientes "para limitar las perturbaciones".
Inflación en Reino Unido
Los paros registrados esta semana en los trasportes públicos y en los correos, al que ahora se suma el puerto, el gigante de telecomunicaciones BT, el personal de almacenes de Amazon, el sector de los abogados penalistas y el de la recolección de la basura, entre otros, se producen luego de que el Banco de Inglaterra diera a conocer que en julio pasado la inflación llegó al 10,1% interanual y que podría superar el 13% en octubre, el nivel más elevado de un país del G7.
Los precios se dispararon principalmente por las cotizaciones de gas, de las que el país es muy dependiente, y que aumentan por la guerra en Ucrania, pero también por las alteraciones en las cadenas de abastecimiento y la falta de trabajadores, como consecuencia de la pandemia de coronavirus y del Brexit.
Según analistas, esta serie de huelgas configuran un movimiento social que podría durar más allá del verano y extenderse a educación y salud, donde los sindicatos calificaron de "miserables" las ofertas de aumentos salariales.