La Justicia de México decretó la prisión preventiva del exprocurador General de la República, Jesús Murillo Karam, por su presunta responsabilidad en el caso de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ocurrida en setiembre de 2014.

Murillo Karam fue Procurador General de México entre 2012 y 2015, durante el mandato del presidente Enrique Peña Nieto.

Tras una audiencia de doce horas realizada este sábado, el juez Marco Fuerte Tapia, hizo lugar al pedido de la fiscalía de detener a Murillo Karam en el Reclusorio Norte, a la espera de la audiencia que se realizará el miércoles 24 donde se definirá su futuro. 

La defensa del exprocurador había solicitado prisión preventiva. El juez consideró que existía la posibilidad de que el exfuncionario se evadiera de la justicia utilizando su red de amigos y familiares, y que tiene la posibilidad de realizar vuelos privados para escaparse. Si esto ocurriera, dijo el juez, a los padres de los jóvenes desaparecidos “se les estaría negando el llegar a la verdad y saber qué pasó con sus hijos”.

El Ministerio Público Federal recogió pruebas para imputarlo por presuntos delitos de desaparición forzada, tortura y contra la administración de justicia, en el marco de la causa que investiga los trágicos hechos ocurridos entre el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, en el estado de Guerrero.

La semana pasada, la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia, que investiga el caso desde 2019, señaló que la desaparición de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos -mejor conocida como Escuela de Ayotzinapa-, fue un "crimen de Estado" en el que estuvieron involucradas autoridades "de todos los niveles".

El presidente, Andrés Manuel López Obrador, pidió este viernes que se castigue a los militares y funcionarios involucrados en el caso. "Dar a conocer la verdad y castigar a los responsables, fortalece a las instituciones", dijo en rueda de prensa.

El caso

El 26 de setiembre de 2014 los alumnos de la Escuela de Ayotzinapa emprendieron un viaje para participar de una gran marcha en reclamo de justicia por la "Matanza de Tlatelolco", una tradición que está vigente desde el 2 de octubre de 1968, cuando asesinaron a unas 300 personas en el marco de una represión que el Estado llevó a cabo contra una manifestación estudiantil.

Para llegar hasta la capital del país, los estudiantes tenían una modalidad que se aplica desde hace décadas: toman ómnibus de la zona que encuentran en la ruta y los utilizan para viajar. Terminadas las actividades, los devuelven. Cuando tomaron el ómnibus en la ciudad de Iguala, a 190 kilómetros de México, fuerzas policiales, militares y el grupo delictivo Guerreros Unidos dispararon hacia los ómnibus. Tras la balacera, hubo problemas para la atención de los heridos que terminó con la muerte de 9 personas y la desaparición de un ómnibus con 43 estudiantes.