7 – BABYSITTER
(Canadá/2022)
Dirección: Monia Chokri
Guion: Catherine Léger
Duración: 87 minutos
Intérpretes: Monia Chokri, Nadia Tereszkiewicz, Patrick Hivon, Steve Laplante y Hubert Proulx
Estreno en Mubi

"¡Pero la sociedad me hizo misógino!", le grita un indignado Cédric a su hermano periodista Jean-Michel cuando están craneando un libro con el que piensan pedir perdón por los actos de machismo de todas sus vidas. El último eslabón de la cadena fue el beso que un Cédric pasado de copas le estampó en la mejilla a una movilera de un noticiero que cubría la velada de boxeo a la que había ido con sus amigos. El grupete, desde ya, se había divertido de lo lindo brindando, gritando barbaridades y comentado las características físicas de todas las mujeres a su alrededor. En tiempos de cámaras omnipresentes, el fragmento del beso se convierte, primero, en un video viral y, segundo, en un escándalo nacional que enciende la mecha de la discusión sobre el machismo enquistado en la sociedad. A Cédric, al que costaría catalogarlo de machirulo, se le viene el mundo abajo: lo echan de su trabajo, no puede ni siquiera salir a la calle y su esposa Nadine lo mira con desconfianza. Por si fuera poco, con ella acaban de tener su primer hijo. Un momento bisagra del que saldrá con la ¿ayuda? de la niñera del título. Una jovencita que no será Mary Poppins, pero que tiene lo suyo.

Estrenada en la sección Medianoche del Festival de Sundance 2022, la segunda película como directora de la también actriz Monia Chokri enfrentaba, desde su mismísima concepción, dos grandes desafíos: uno era la transposición de la obra teatral homónima –escrita y adaptada por la dramaturga y guionista Catherine Léger– al lenguaje cinematográfico sin tropezar con la piedra del teatro filmado. A fin de cuentas, hay centenas, quizás miles de películas basadas en textos teatrales que se asfixian en ambientes mayormente cerrados y se atragantan poniendo en boca de los personajes todas las palabras de un guion concebido con ellas como grandes protagonistas. El segundo, mucho más peligroso, era que el abordaje de las luchas feministas implicara caer en el oportunismo de montarse a la ola de un tema de indudable vigencia en las agendas sociales de gran parte del mundo occidental. Pero Chokri concibe su opus dos en términos audiovisuales, por lo que sortea lo primero sin problema. Lo otro lo resuelve pensando el sexismo desde el punto de vista del “victimario” …. ¡y es una comedia!

Absurda y con personajes desajustados y de mirada siempre atónita por los que les depara el día a día, Babysitter tiene un diseño visual pródigo en colores pastel, movimientos de cámara anacrónicos (allí está el viejo y querido zoom) y primeros planos cerrados sobre rostros y objetos que clausuran el fuera de campo. De esa manera, Chokri filma un mundo cargado de particularidades y cuyos límites están demarcados por las paredes de una casa donde impera la idea de rutina como una sucesión de incoherencias con las que cada quien lidia como puede. Mientras Nadine (la propia directora) parece estar en shock por el combo “flamante maternidad + marido escrachado”, Cédric (Patrick Hivon) piensa cómo reparar la macana que se mandó. Así entra en escena la mencionada babysitter, Amy (Nadia Tereszkiewicz), que no tiene nada de experiencia, pero sí una desinhibición y franqueza que operan como catalizadores de todo aquello que circulaba por debajo de la dinámica diaria.

Es así que Cédric y su hermano (Steve Laplante) no tienen mejor idea que escribir una carta pidiendo perdón. Carta que terminan siendo “cartas”, pues el proyecto se amplía hasta llegar a un libro que compila textos con los que los hermanos piensan disculparse con todas y por todo. Pero para llegar a eso hubo un largo camino previo: varias charlas con el hermano y un amigo en el ponen en discusión qué rol cumplen los hombres en la reivindicación de los derechos de las mujeres. Discusiones frenéticas, de asociaciones libres y verba afilada y veloz, como buena screwball. Una screwball sin miedo a incomodar.