Con la presencia de tres jugadores argentinos, el torneo ucraniano de fútbol volverá a comenzar este martes en medio de la guerra con Rusia y con un particular protocolo por posibles amenazas de ataques. Tras el receso de invierno y luego de una larga inactividad por el conflicto bélico, las autoridades ucranianas decidieron reiniciar la competencia.
El regreso a la actividad tendrá algunas particularidades. Los partidos se llevarán a cabo a puertas cerradas y, en caso de que exista una amenaza de ataque en la inmediaciones, todos los estadios habilitados tendrán sirenas antiaéreas y bunkers incorporados para que los protagonistas puedan protegerse.
Ante esa restricción, en esta etapa solo se utilizarán los estadios de Kiev, Lviv, Lutsk y Úzhgorod, por lo que varios equipos deberán mudar su localía, al tiempo que otros dos no participarán del certamen. Se trata del Desna Chernihiv, cuya cancha quedó destruida tras los ataques rusos, y el FC Mariupol, conjunto de la ciudad que fue tomada por el ejército ruso, que serán reemplazados por el Metalist Kharkiv y el Kryvbas Kryvvy Rig, ambos de la segunda división.
Los jugadores argentinos que estarán en Ucrania en el regreso del fútbol son el ex Independiente Domingo Blanco y el ex San Lorenzo Emiliano Purita, quienes llegaron al Dnipro para esta nueva temporada. Además, el ex Vélez Fabricio Alvarenga continúa en Rukh Lviv tras haber arribado a mediados del año pasado y luego de no haber firmado con otro club durante el comienzo de la guerra, como sí lo hicieron Claudio Spinelli, Francisco Di Franco y Gerónimo Poblete.