La actividad económica creció durante junio un 6,4 por ciento en relación a igual mes del año pasado y anotó un alza del 1,1 por ciento en comparación a mayo, informó el Indec. En el primer semestre, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) acumuló un avance de 6,3 por ciento en relación a enero-junio de 2021. 

El crecimiento que registró la economía en el primer semestre no se va a prolongar en la misma medida en los segundos seis meses, según esperan economistas. La aceleración inflacionaria impacta sobre el consumo, mientras que las medidas de austeridad fiscal también recortan poder de la demanda. A ese combo se suman las restricciones para importar, que operan como un límite a la expansión de la oferta. En última instancia, para el Gobierno cierto enfriamiento de la economía es un dato paradójicamente favorable en pos de mejorar la acumulación de reservas en el BCRA.

El Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), dependiente del Ministerio de Economía, anticipó que a pesar de que "julio fue un mes de turbulencia financiera, la industria creció 3,5 por ciento en la comparación interanual, con un mayor consumo en plantas de las industrias más relevantes, salvo tabaco, productos de metal, otro equipo de transporte y alimentos". Dicho informe también indicó que "la actividad de la construcción continuó en julio operando en máximos históricos" y que "la industria automotriz estuvo en los máximos niveles desde 2015 para el séptimo mes del año".

El secretario de Industria, José Ignacio de Mendiguren, indicó que "el objetivo es ordenar las variables macro sosteniendo el nivel de actividad, la producción y el empleo". "Vamos a buscar equilibrio fiscal, mantener y recuperar el nivel de actividad en un plan que lleve a preservar el poder adquisitivo, que es el motor del mercado interno", continuó.

Los datos

En junio, el índice de actividad que elabora el instituto oficial de estadísticas presentó alzas interanuales en 14 de los sectores de actividad relevados. La única excepción fue para el rubro de agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que bajó 4,9 por ciento.

El rubro de mayor crecimiento anual en junio fue hoteles y restaurantes, con el 39,2 por ciento, que todavía se está recuperando de la pandemia. Las perspectivas para este sector en los próximos meses son buenas por dos factores. En primer lugar, la economía de rápida circulación del dinero que se configuró a raíz de la alta inflación, bienes durables muy caros y la incertidumbre alrededor del dólar tiene como uno de sus principales beneficiarios las comidas fuera del hogar. Pero además, resalta la consultora Ecolatina, es un rubro que no se ve afectado por las restricciones a las importaciones. También crecieron bien por encima de la media los sectores de explotación de minas y canteras (14,2) y transporte y comunicaciones (10,8 por ciento). 

Un escalón más abajo se ubicó comercio mayorista, minorista y reparaciones, con un avance del 8,4 por ciento, y la industria, con el 6,2 por ciento. En el caso manufacturero, se destacaron los incrementos en prendas de vestir, cuero y calzado (37,6 por ciento), maquinaria y equipo (18,3), otros equipos, aparatos e instrumentos (28,4) e industrias metálicas básicas, con el 8,9 por ciento.

Cómo sigue

Aun en el caso de que el ministro de Economía, Sergio Massa, logre equilibrar el barco de la macroeconomía, se espera que el año termine con un crecimiento económico inferior al que se vaticinaba meses atrás. Hace un mes, el FMI publicó en su World Economic Outlook una ratificación de la estimación de crecimiento para el país, del orden del 4 por ciento. Sin embargo, el informe de expectativas de mercado que confecciona el Banco Central en base a estimaciones de las consultoras ubica ese número en un 3,4 por ciento y el BBVA Research le apunta al 2,5 por ciento.