Omitir para ir al contenido principal

Andrés Binetti y La rascada. Un teatrito de las orillas, en Teatro Anfitrión

En los márgenes del arte y la ciudad

De modo coral, la obra construye un universo en el que nada es definitivo: cada personaje, con sus miserias y virtudes, lleva adelante su existencia como puede. “La idea de lo periférico me seduce porque nos interpela de una manera metafórica muy poderosa”, dice el director.

“Decidimos ambientar la obra en 1956 porque hoy en día vivimos en un momento muy parecido.”
“Decidimos ambientar la obra en 1956 porque hoy en día vivimos en un momento muy parecido.”

Temas en esta nota: