Una dragona de Komodo, el reptil más grande del mundo y que actualmente se encuentra en peligro de extinción, puso una docena de huevos en un conservatorio ecológico del sur de España.
El hecho sucedió en el Bioparc Fuengirola de Málaga, un sitio dedicado íntegramente a la conservación de especies tropicales y adaptadas a medios selváticos, principalmente de Asia, África y las islas del Indo-Pacífico.
Pese a lo relevante de la noticia, debido a que en el mundo hay solo 1500 ejemplares de la especie, los especialistas aclararon que habrá que esperar un par de meses para saber con certeza cuántos de los huevos son fértiles.
Hace dos semanas, veterinarios y miembros del equipo de Herpetología del mencionado bioparque detectaron que la dragona, llamada Ora, estaba más nerviosa de lo habitual y que su comportamiento había cambiado, ya que no paraba de acumular tierra en una de las jardineras de su instalación.
Según los expertos, el animal manifestaba "una actitud propia" de las hembras de su especie que acaban de realizar una puesta, pues primero excavó un profundo nido, luego procedió a depositar los huevos y finalmente tapó la cavidad y la ocultó bajo tierra.
"Debíamos controlar la puesta para asegurarnos de que todo iba correctamente y dar con los huevos para llevarlos a la zona de incubación", señaló el veterinario y director técnico de Bioparc Fuengirola, Jesús Recuero, ya que "en esta especie las hembras únicamente los vigilan durante las primeras semanas y después se desentienden".
Así, el día de la puesta y después de más de cuatro horas de excavación, los técnicos hallaron los huevos a un metro de profundidad y los buscaron para trasladarlos a una incubadora donde se simulan las condiciones de la naturaleza, pero se les “garantizan los niveles óptimos de humedad y nutrientes para que salgan adelante".
Cómo sigue el cuidado de los huevos
A partir de los dos meses de la puesta, se podrá comprobar si realmente los huevos son fértiles y, con un ovoscopio, "si hay fecundación”, indicó la responsable de Herpetología, Milagros Robledo.
"Si todo va bien, veremos al pequeño embrión y con el tiempo, este irá creciendo y llegará a ocupar todo el espacio. Será prácticamente opaco", remarcó.
"El éxito de esta puesta viene labrándose desde hace más de un año", explicaron desde Bioparc Fuengirola, donde albergan esta especie de saurópsido de la familia de los varánidos originaria de las islas de Indonesia central.
Ora y Reo, el dragón macho, forman parte del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA en inglés) y el equipo del parque malagueño, coordinado con esta organización, trabaja para garantizar que ambos reptiles estén en un estado de salud adecuado al llegar la época de celo.
Reo, que padecía de cataratas, fue operado en marzo pasado, dado que sus problemas de visión le hacían tener un comportamiento agresivo no solo con los cuidadores, sino con la propia hembra de su especie, una actitud que, en caso de juntarlos, podría ocasionar un enfrentamiento.
En paralelo, Ora fue monitoreada durante más de seis meses para controlar el estado de sus ovarios y folículos, que frecuentemente provocan la muerte a las hembras de dragón de Komodo.
Cómo es la actualidad de los dragones de Komodo
En la naturaleza, estos reptiles, considerado los de mayor tamaño del mundo, con una longitud media de tres metros y 70 kilos de peso, llevan vidas solitarias. Por ese motivo, el Bioparc ha mantenido separados a ambos ejemplares durante todo el año y, con la llegada de la época de celo, se puso en marcha el protocolo de acercamiento.
Los dragones de Komodo se encuentran en peligro de extinción y actualmente quedan unos 1500 ejemplares en todo el mundo, 220 en centros de conservación pertenecientes a la EAZA.
En los últimos 15 años, la población de esta especie se redujo en un 25% debido a la quema de gran parte del bosque primitivo donde viven, la caza furtiva y "la enorme acumulación de residuos" que transportan las corrientes oceánicas hasta su hábitat natural.