La comunidad indígena de Las Vallas, a 2.760 msnm, está enclavada en medio de los cerros del departamento Belén, Catamarca. El pueblo más cercano es Pozo de Piedra, y está a 35 kilómetros sin un camino que los comunique, ni acceso a la salud. Esta realidad la comparten con sus hermanos de las comunidades de Las Lajas, Peñas Negras y El Tolar.
El lunes debieron bajar en una camilla improvisada a Mercedes Gonzáles, habitante de la comunidad, luego de que sufriera una descompensación. Pese a ese esfuerzo del pueblo por llevarla, y sus dolores, en el hospital departamental le dijeron que no había turno para el especialista y que se fuera a su casa.
Catamarca/12 pudo hablar con Santiago Ochoa, cacique de Las Vallas, con Mercedes y la abogada Andrea Morales Leanza quien representa a la Unión de los Pueblos de la Nación Diaguita de Belén y Tinogasta, para conocer sobre la realidad que están viviendo y el pedido de mejora de caminos y servicios que realizan las comunidades al gobierno provincial, de hace casi una década.
Desde su cama en el hospital, Mercedes contó que la semana pasada había llegado hasta el hospital de Belén en donde le comunicaron que tenía un fibroma en la matriz. Ella había concurrido por los dolores, pero debió volverse por sus medios a su comunidad. El lunes y luego de sufrir dolores que le impedían movilizarse, al parecer provenientes de una infección en las vías urinarias, los comuneros decidieron improvisar una camilla y traerla nuevamente al hospital.
Así, y luego de 6 horas caminando entre los cerros, lograron que ella quede internada. Sin embargo, ayer le dijeron que no había turno para el especialista que necesitaba y que se volviera a su casa. “Me dijeron que me iban a dar el alta que no tenían turno para derivarme al hospital de la ciudad (Capital). Una doctora me vino a ver y me dijo que me tenía que ir que eso no es ningún hotel para que me tengan ahí”, contó.
Mercedes explicó que su hijo logró hablar con otro médico (el que le había realizado una ecografía) y que le dijo que “no le haga caso a la doctora, que yo no me podía ir como estoy”.
Al respecto, Morales Leanza contó que abogada de las comunidades intentó comunicarse con la ministra de Salud de la provincia, Manuela Ávila para obtener una respuesta sobre la situación de Mercedes y el alta que querían darle, “pero no tuve respuesta”, dijo.
La abogada contó que el “problema estructural que tiene Las Vallas, como también sucede con Las Lajas, Peñas Negras y El Tolar, es la falta de acceso. No hay camino. Si analizas en distancia podes tener hospitales cerca, pero hasta esos lugares no pueden ingresar ambulancias para darles atención inmediata en casos de urgencias”, dijo.
“En los últimos años hemos visto en 4 oportunidades que los enfermos son bajados en angarilla. Esto sucedió en El Tolar dos veces, en Las Lajas y ahora es Las Vallas. Vemos que no están tomando medidas urgentes desde el gobierno. No hay helicóptero disponible, deben gestionar para que no tengan que bajar caminando 6 u 8 horas. Si bien estas situaciones son noticia no hay respuestas. Recuerdo que para hacer un acto político y llegar sí usaron un helicóptero. Entiendo que no puedan hacer 20 caminos, que es algo estructural, pero al menos comunicación o asistencia. Además, existen otros pueblos, que no son indígenas que tampoco tienen caminos y no vemos que se esté haciendo algo al respecto”, enfatizó.
En este contexto la abogada señaló que la falta de acceso a la salud se cobró varias vidas. La del hijo de la cacica de la comunidad Indígena Corral Blanco, quien falleció hace 8 años por una infección de muelas, es una de las que recuerda con más dolor.
Por su parte, el cacique Ochoa señaló que vienen realizando el pedido de un camino o de, al menos, una huella desde “hace más de 8 años”.
Relató que en el pueblo viven 10 familias que suman 65 personas pero “es muy sacrificado sobre todo el tema salud y de docentes. Tenemos solo una huella hasta El Rodeo que es la mitad del camino y después lo demás lo hacemos a mula o caminando, pero lo que más nos preocupa es el asunto de la salud”, dijo.
Ochoa explicó que hace 5 años debieron bajar a un hombre en “angarilla” por un problema de salud, pero que murió en el camino y debieron volverse.
“Ojalá esto sirva para que nos den una mano. Es una zona muy inhóspita. No tenemos luz. Antes se usaba faroles, mecheros y ahora tenemos los paneles solares, pero queremos una 220 para al menos poder escuchar radio”, contó.
Como cacique de su comunidad señaló: “Andamos en reuniones, tenemos entrevistas con los gobiernos. Raúl Jalil prometió la huella, pero recién para cuando se termine la huella a El Tolar. Tenemos las promesas de los intendentes, siempre prometieron en campaña y nunca cumplieron”, aseguró.
La mayoría de los habitantes sobreviven por la cría de cabras y ovejas. También realizan tejidos tradicionales y hacen artesanías. “Todos somos de pocos recursos”, concluyó el cacique.