Finalista del Festival comKids Interactivo 2022, que se celebra en Brasil, Laixadai y el árbol negro es un videojuego de descarga gratuita (https://danimagfer.itch.io/laida) protagonizado por una nena de la comunidad Qom. Está inspirado en la leyenda de Laixadai, quien intenta salvar a su pueblo de una enfermedad que lo ha sumergido en un profundo sueño. Para ello, debe realizar el Nawe Epaq, una serie de pruebas como trepar, arrojarse desde las alturas y nadar distintos espejos de agua, mientras adquiere poderes y se convierte en una chamana (piogonak), tal como ocurre en el relato tradicional de la etnia originaria del Chaco.

Su creadora es la bonaerense, de Claypole, Daniela Fernández, egresada de la carrera de Imagen y Sonido, en la FADU (UBA) quien desde 2018 asistió a game jams, miró tutoriales en internet y se conectó con otros desarrolladores que la acompañaron durante el proceso creativo. “Empecé a diseñar videojuegos para un trabajo final y mis compañeres me alentaron. Siempre quise destacar esta cultura originaria, muy cercana para mí”, señala sobre el contenido del video que ya probaron cientos de chiques en Tecnópolis, el CCK y en sus computadoras personales.

Es que su abuela Máxima, de La Leonesa, Chaco, “tenía una mística particular cuando relataba esas historias porque lo hacía en primera persona. Hasta les nietes más inquietes nos fascinábamos escuchándola. Era un ama de casa con un vínculo muy fuerte con su tierra y nos hablaba del río, del ingenio azucarero donde trabajaba mi abuelo e incluso de la guerra del Paraguay. Maxi era una narradora maravillosa, muy motivadora”.

En el juego, Laixadai intenta salvar a su pueblo de una enfermedad que lo ha sumergido en un profundo sueño

La nostalgia posterior a la muerte de su ancestra reconectó a Daniela con aquellos territorios habitados por los quom que visitaba durante los veranos: Las Palmas, La Leonesa y General Vedia. Empezó a escuchar música que le evocaba los paisajes selváticos y conoció a Cinthia Longo, una docente quom de 38 años, que colaboró junto con su hermano Alcides en la traducción de la lengua quom. “Me atrajo mucho incluir en el videojuego un árbol proveedor, cargado de sabiduría. Pensé en él durante la pandemia y ahora más, en el contexto de incendios forestales y desmonte que afecta gravemente al litoral, con la pérdida de espacios verdes, de humedales, de lagunas, ríos y con la difusión de agroquímicos y residuos tóxicos que sólo favorecen las ganancias de los grandes empresarios de las plantaciones de soja y arroz”, señala Daniela.

Un conocido común fue el puente entre Fernández y Longo quien ahora cuenta: “Me llamó la atención que el jueguito tome a una niña como protagonista, porque la mayoría utilizan personajes masculinos. Para nosotros, la creencia en el árbol es muy antigua, anterior a la conquista europea. Además, creemos que las mujeres venimos del cielo, somos estrellas. Soy docente e indígena, me gusta mucho escribir y me pareció todo un desafío abrir esta puerta participando en la traducción del subtitulado, para que los demás, sobre todo los niños y jóvenes, puedan conocer nuestra cultura y nuestro idioma. Muy pronto será el Congreso de Lenguas en la provincia, un evento muy importante en el que este año participará gente de las comunidades quom, wichí y mocoví, donde presentaremos el videojuego. Tenemos la intención de que el relato ancestral pueda escucharse, sería impactante. Somos una cultura oral que está viva”, se entusiasma Cinthia, mamá de un niñe de ocho años y otre de uno, y docente en la escuela bilingüe e intercultural Cacique Pelayo, de la localidad de Fontana.

El video interactivo tiene características poco habituales como un personaje principal de tez morena y pelo oscuro, “algo con lo que yo me identifico”, dice Daniela. “Sentí también que era muy importante mostrar que las mujeres eran cazadoras, quise darle esa fuerza femenina al juego”, que contó con la asistencia de Matías Carou, en música y sonido, e Ignacio Rud, en el diseño de niveles. Laixadai y el árbol negro será adaptado a versiones mobile y navegador (browser) PC.

“Aquellas historias que valoran flora y fauna, y el respeto a la Naturaleza forman parte de mi identidad y poder transmitirlo a las infancias me resultaba necesario y poderoso”, señala la diseñadora, quien trabaja como productora en un estudio de videojuegos indie, Hidden People Club (https://hiddenpeople.club/). “Ojalá otros colegas locales busquen en nuestra propia realidad los temas para desarrollar sus ideas. Hay tantas leyendas clásicas por explorar: la flor del irupé, la llorona, el urutaú, el pombero, el yasy yateré y tantas más. Siempre digo que fui defraudada por el juego de PS1 que consistía en vestir a Mulán y prepararla para casarse. En cierta forma, pienso los videojuegos desde las faltas que tuve como niña, por la ausencia de roles femenines que me representen de verdad”.