El ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) y el Tribunal Superior Electoral de Brasil, Alexandre de Moraes, dijo en una reunión con organizaciones sociales que ese organismo no puede estar “a la defensiva” ante los ataques de movimientos golpistas.
El jerarca hizo estos comentarios unas horas después de ordenar un operativo en cinco estados del país contra ocho empresarios afines al presidente Jair Bolsonaro, acusados por compartir mensajes golpistas en redes sociales internas.
“Tenemos una democracia vibrante y no podemos simplemente reaccionar a los discursos golpistas”, fue la frase que utilizó De Moraes en la reunión de este martes con la Coalición para la Defensa del Sistema Electoral, una organización que reúne a más de 200 entidades y movimientos sociales, según consignó el diario Folha.
Tras la filtración de los diálogos en la prensa la semana pasada, esta coalición denunció a los empresarios bolsonaristas por “predicar de manera directa el apartamiento de la democracia representativa, con el retorno del estado de excepción, dejando de reconocer el resultado de las elecciones libres y directas que serán realizadas en octubre”. La organización también quiere sumar a la investigación la información sobre milicias digitales que lleva adelante el STF.
De Moraes respondió a este planteo con una orden que le dio a la Policía Federal de investigar a los ocho empresarios, allanar sus domicilios y requisar pruebas. Los operativos policiales se llevaron a cabo en los estados de San Pablo, Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Santa Catarina y Ceará.
Tras el despliegue policial, que fue rápidamente cuestionado por los referentes del bolsonarismo, contó con una reacción positiva entre las organizaciones sociales. “La acción del ministro Alexandre de Moraes, en respuesta rápida a la demanda de la sociedad civil organizada, es una excelente señal de que las instituciones democráticas no aceptan amenazas contra el sistema electoral y el Estado democrático y de derecho, y de que el Poder Judicial actuará con rigor para defender la democracia”, manifestó la Coalición en un comunicado.
Bolsonaro todavía no se refirió en público a la decisión que tomó la justicia brasileña. Sin embargo, en privado sí ha hecho consideraciones sobre el tema, según consigna este miércoles O Globo. "Ustedes, los grandes empresarios, tienen que defenderse, mañana le puede pasar a cualquiera de ustedes", habría dicho el mandatario a un grupo pequeño de empresarios, antes de tomar la palabra en una actividad organizada el martes de noche por la asociación Esfera Brasil, fundada por João Camargo, un empresario dedicado a la logística y las comunicaciones.
Entre los empresarios investigados están Luciano Hang, dueño de la cadena de almacenes Havan; los constructores Meyer Nigri e Ivan Wrobel; José Isaac Peres, de la red de centros comerciales Multiplan; José Koury, dueño de Barra World Shopping; André Tissot, titular del Grupo Serra de Rio Grande do Sull; Marco Aurélio Raimundo, de la compañía Mormaii, y Afranio Barreira, dueño de la red de restaurantes Grupo Coco Bambu.
La información sobre estos mensajes golpistas fue informada el jueves 18 por el sitio Metropoles. “Prefiero un golpe de estado que el regreso del PT”, manifiestó el carioca José Koury en un grupo de Whatsapp de empresarios afines a la reelección, El mensaje fue celebrado y apoyado por los miembros del grupo denominado "Empresarios & Política".
La publicación periodística señala también al propietario de la empresa de ropa de surf internacional Mormaii, Marco Aurélio “Morongo” Raymundo. El empresario escribió en esa red social cerrada: “El 7 de septiembre se está programando para unir al pueblo y al Ejército y al mismo tiempo dejar claro de qué lado está el Ejército”, dijo Morongo, uno de los miembros más radicales y activos del grupo.
“El golpe tendría que haberse dado en los primeros días de gobierno. [En] 2019 hubiéramos ganado otros 10 años más”, publicó Tissot, del Grupo Sierra, una empresa especializada en la venta de muebles de lujo en Rio Grande do Sul.
Algunos de los empresarios sugirieron “dar un bono en efectivo o un lindo premio a todos los empleados de nuestras empresas” que voten por Bolsonaro, aunque también alertaron que habría que estudiar “si no está prohibido”. “Creo que sería comprar votos… complicado”, respondió Morongo.