Donald Trump volvió a atacar ayer a los medios, a los que acusa de ser el vehículo del odio en su contra, continuando sus furiosas estocadas, en particular contra dos periodistas de la cadena Msnbc.

Sus mensajes en las redes sociales fueron insultantes, con un lenguaje en el que asumió el papel de víctima. Empezó despachándose con el diario The Washington Post y su dueño, Jeff Bezos. Después, se regocijó con el despido de tres periodistas de la CNN y además insultó nuevamente a los presentadores del programa Morning Joe. 

Primero, a través de la red social Twitter, apuntó contra el grupo de medios NBC Universal y su matriz, el operador de cable Comcast, por el cese de Greta Van Susteren. La periodista no duró seis meses en la Msnbc, donde llegó tras abandonar la cadena Fox News en pleno escándalo por los casos de acoso sexual. Trump dice que sus jefes están fuera de control y la echaron porque se negó a entrar en el juego del odio hacia él. “El hecho es que Greta Van Susteren fue echada de @NBC y @Comcast porque se negó a aceptar el ‘odio a Trump’!”, disparó el mandatario, quien mantiene una relación muy conflictiva con los medios desde su ingreso en la campaña electoral. 

Luego, emitió un segundo mensaje por la mañana, que fue directo a la cadena televisiva CNN. Tuiteó que la cadena todo noticias hace periodismo basura y se felicitaba a sí mismo porque finalmente esté saliendo a la luz la información falsa que publican sobre su presidencia. Volvió así a meter el dedo en la llaga del despido de tres periodistas que publicaron un reportaje sobre supuestos contactos de su equipo con funcionarios rusos en vísperas de la toma de posesión. “Estoy muy contento de que CNN quede finalmente en evidencia por (sus) falsas noticias y su periodismo basura. Era cuestión de tiempo”.

A su vez, emitió un tercer mensaje dirigido a los dos periodistas estrellas de la Msnbc, Joe Scarborough, al que volvió a llamar loco, y a Mika Brzezinski, a la que calificó de “tonta como una roca”. Su disputa a través de redes sociales con los presentadores de la cadena de televisión, cuya virulencia chocó incluso a varios republicanos, continuó ayer con una nueva serie de insultos. “El loco Joe Scarborough y la muy tonta Mika (Brzezinski) no son malas personas, pero su programa de escasa audiencia está controlado por sus jefes de NBC”, escribió Trump en su cuenta de  Twitter, citando a la cadena de televisión cuya cobertura denuncia regularmente por considerarla parcial.

Con ambos periodistas, pareja en el programa y en la vida real, Trump mantuvo altercados el jueves y viernes a través de Twitter y en editoriales. El presidente republicano le reprochó “a la loca de Mika, de bajo coeficiente intelectual” y al “psicópata de Joe” de dar una imagen sesgada de su administración en su programa televisivo. También dijo que había visto cómo Brzezinski “sangraba abundantemente a causa de un lífting,” en un nuevo ejemplo de su habitual destrtato a referirse a las mujeres. Los agredidos, por su lado, denunciaron en una nota editorial los insultos “de patio de escuela” por parte de un presidente “a la deriva”, cuya salud mental pusieron en duda. Joe Scarborough dijo el viernes: “Él (Donald Trump) debería estar mucho más preocupado por la OTAN y por construir una relación con Angela Merkel (canciller alemana) que con los presentadores de noticias por cable”.

Mientras los dirigentes de los dos partidos piden al presidente que deje Twitter y se dedique a cosas más importantes, la Casa Blanca ven en estos ataques continuados a la prensa un altavoz para tener contentos a los electores más descontentos con los políticos en Washington y los medios de comunicación más liberales. “Trump combate al fuego con fuego”, justificó esta semana la portavoz adjunta Sarah Sanders. Tras los insultos hacia Brzezinski y Scarborough, dos senadores republicanos, Lindsey Graham y Ben Sasse, se expresaron públicamente contra el presidente. “Señor presidente, su tweet es indigno del cargo y representa lo que está mal en la política estadounidense, no la grandeza de Estados Unidos”, escribió Graham. En el mismo sentido, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, dijo que los comentarios no habían sido apropiados.