Macarena Sánchez presentó este miércoles su renuncia al cargo de Directora Ejecutiva del Instituto Nacional de Juventudes. Lo hizo a través de Twitter, con una carta dirigida al presidente Alberto Fernández. La también futbolista profesional de San Lorenzo de Almagro había sido designada el 10 de diciembre de 2019.
"Gracias Alberto y Cristina por la confianza depositada en mi persona", posteó en su cuenta, donde adjuntó el comunicado de su renuncia, en el que no especificó los motivos de la misma.
"En cumplimiento del mandato que me ha sido encomendado al comienzo de su Gobierno, le presenté oportunamente un informe de gestión donde fueron detalladas las acciones que he llevado a cabo en el transcurso de estos años para alcanzar los objetivos proyectados y los resultados obtenidos en pos del bienestar de las y los jóvenes de nuestro país", sostuvo en el inicio del escrito.
"Como así también la situación en la que se encuentran las juventudes argentinas en virtud del conjunto de problemáticas sociales, económicas y políticas que las aquejan y los instrumentos con los que contó el Instituto en el transcurso de estos treinta y dos meses para resolverlas", continuó.
Al concluir, agradeció “por la confianza depositada” y destacó que durante su gestión llevó a cabo su gestión “con el deber y la convicción que me encomendaron”.
Impulsora del reclamo por la profesionalización del fútbol femenino
Sánchez, ahora exdirectora ejecutiva del Instituto Nacional de Juventudes, es futbolista profesional de San Lorenzo de Almagro. Es estudiante de Trabajo social y principal impulsora del reclamo por la profesionalización del fútbol femenino. Nació en Santa Fe y se define como militante feminista.
Cuando fue designada para el cargo, había dicho sentir “mucho compromiso y gratitud al asumir esta enorme responsabilidad para construir un país más justo, igualitario y diverso. Vamos a poner a la juventud de pie”.
El nombramiento en Desarrollo Social fue su primera experiencia en un cargo de gestión pública. Su antecedente más destacado es haber sido una de las primeras mujeres en firmar un contrato en el fútbol argentino con el Club San Lorenzo de Almagro.
Antes, fue la cara visible y una de las principales impulsoras del reclamo por la profesionalización del fútbol femenino, pelea que inició tras presentar una demanda judicial contra la UAI Urquiza. Realizó la intimación tras ser despedida del club y que se le reconociera el vínculo laboral previo. En ese marco, llevó a cabo una intensa campaña en redes sociales sobre la desigualdad de la mujer en el fútbol.
En simultáneo, exigió a la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) que cumpla las normativas de FIFA respecto a los principios de no discriminación e igualdad de género. La respuesta llegó en marzo del 2019, cuando AFA y Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) firmaron un acuerdo para dar un marco laboral a la disciplina en los clubes que componen la Liga de Primera División de fútbol femenino.