El senador de la oposición de Paraguay, Jorge Querey, anunció este miércoles que el gobierno de Estados Unidos prevé añadir “otras medidas” a las designaciones de corrupción en el país. Actualmente, el vicepresidente, Hugo Velázquez, y el expresidente Horacio Cartes (2013-2018), quienes fueron catalogados como “significativamente corruptos”, tienen prohibido el ingreso a Estados Unidos.

Querey añadió que el subsecretario de Estado adjunto de Estados Unidos para Brasil y el Cono Sur y para Asuntos de la Región Andina, Mark Wells, mencionó recursos como el bloqueo de activos o la posibilidad de recurrir al Departamento de Justicia del país, aunque no detalló específicamente cuáles serían estas medidas.

Las declaraciones Wells se dieron en el marco de una reunión con Querey, quien preside una comisión bicameral de investigación de lavado de dinero y delitos conexos, el presidente del Congreso de Paraguay, Óscar Salomón, y la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Internacionales del Senado, Lilian Samaniego.

A fines de julio, Estados Unidos anunció que cerraba sus fronteras, por presunta corrupción, a Cartes, quien ya era investigado por la justicia paraguaya por presuntas irregularidades en sus negocios privados. En agosto, anunció lo mismo con respecto a Velázquez, pese a que no había acusaciones previas en su contra.

En una primera reacción, Velázquez dijo que era inocente pero renunciaría a su cargo y a la precandidatura presidencial por el Partido Colorado para las elecciones de 2023. Este último paso se concretó -su lugar fue ocupado por el exministro Arnoldo Wiens- pero luego Velázquez anunció que resolvió no dejar la Vicepresidencia.

En una extensa conferencia de prensa, recordó que él dijo que renunciaría para defenderse en la justicia como "un ciudadano de a pie" y explicó que no hay causas en su contra ni en Estados Unidos ni en Paraguay: "no tengo en qué Estado defenderme", simplificó. Detalló que, antes de decidir permanecer en el cargo, consultó a la fiscalía paraguaya, desde donde le dijeron que no tenían elementos para abrir una investigación en su contra y que habían pedido información a Estados Unidos.

El presidente, Mario Abdo, dijo que el vicepresidente debería dejar su cargo, aunque aclaró que respeta su decisión.

En tanto, el gobierno de Paraguay solicitó a Estados Unidos más información sobre las acusaciones, pero Washington se negó a entregarla "por temor a que se pueda afectar a las investigaciones policiales en curso o futuras", según dijo un portavoz del Departamento de Estado a la agencia de noticias Efe.

La Fiscalía paraguaya también solicitó esos detalles al Departamento de Justicia estadounidense. Se desconoce si recibió respuesta.