El frente Unidxs por la Cultura, del que forman parte más de 100 colectivos artísticos de todo el país, realizó este jueves un "bengalazo" frente al Congreso Nacional para exigir la sanción de la ley que prorroga las asignaciones específicas a la producción cultural. El proyecto ya cuenta con la aprobación de la Cámara de Diputados y dictamen de Comisión en el Senado. Por lo que expresaron los manifestantes, algunos legisladores se habían comprometido a tratarlo en las primeras semanas de agosto. "En menos de cuatro meses apagarán la luz del cine, el teatro, la música, así como también las bibliotecas populares y los medios comunitarios", advertía la convocatoria a la protesta.
Las asignaciones que garantizan la continuidad de los recursos que se distribuyen de manera federal y equitativa en el territorio nacional dejarán de ser percibidas por los organismos de cada disciplina el 31 de diciembre de 2022 (Ley 27.432 de 2017) en caso de que la prórroga no sea votada antes de fin de año. "Volvemos a salir a la calle no sólo porque esto afecta a todos los institutos de cultura del país, a su presupuesto en 90, 95, 100 por ciento, sino también los puestos de trabajo directos e indirectos de un millón de trabajadores y trabajadoras, el funcionamiento de las bibliotecas populares y los medios comunitarios", dijo al comienzo Mirta Israel, de Actrices Argentinas. "Volvemos a decir a los senadores que legislen en favor del pueblo. El Estado es responsable de que se garantice el derecho a la cultura, incluyendo la diversidad de historias y miradas que tenemos en nuestros pueblos", concluyó.
El Parlamento, como en otras movilizaciones del frente, quedó tapado por banderas de las agrupaciones atadas a la reja. Antes de encender las bengalas de diversos tonos, y poco después del mediodía, las entidades ofrecieron una conferencia de prensa. El lema fue "Evitemos el apagón cultural". Las múltiples voces dieron cuenta de un problema que tiene la característica de ser trasversal y de un reclamo unificado y apartidario. La cultura como derecho, como identidad, como fuente de trabajo: la amenaza acecha por igual a esos tres pilares, según dieron a entender.
En junio, con una movilización como telón de fondo, Diputados dio media sanción al proyecto que prorroga por 50 años las asignaciones específicas. Fue tras cuatro horas de debate. Se aprobó con 132 votos a favor, del Frente de Todos, el interbloque Federal, Provincias Unidas y la Izquierda. Hubo cinco votos en contra de legisladores libertarios y 92 abstenciones de la mayoría de los integrantes de Juntos por el Cambio. Poco después, en julio, el proyecto obtuvo dictamen de comisión en el Senado, al término de un plenario del que participó el vicepresidente del Ente Nacional de las Comunicaciones, Gustavo López. De esta forma, se trata de una iniciativa en condiciones de ser tratada en el recinto para su sanción definitiva. "Tuvimos promesas previo al receso de las vacaciones de invierno, reuniones con senadores que se comprometieron a que sería tratado en la primera y segunda semana de agosto", contaron las organizaciones en el segundo bengalazo por este tema. Uno de los legisladores con el que se dieron las conversaciones, detallaron, fue Oscar Parrilli, del FdT.
El discurso que mejor graficó el peligro que podría avecinarse fue el de Manuel Cullen, trabajador de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) y de la Junta Interna de ATE-Ministerio de Cultura. Dijo: "Desde Jujuy a Tierra del Fuego las bibliotecas populares están movilizadas. Han logrado miles de firmas que han hecho llegar a los legisladores. Las bibliotecas populares, con los subsidios que da la Conabip, no sólo compran libros. Pagan salarios de más de 3 mil personas, hacen obras para sus edificios que en algunos casos son centenarios, pagan la luz, el agua, los servicios... ya sabemos todos como argentinos y argentinas lo que vamos a ver en poco tiempo reflejado en las facturas. Llevan la cultura, el cine, talleres, el acceso al libro en pueblos donde no hay una librería siquiera". En otros discursos aparecieron argumentos ligados a los jóvenes en formación y en situación de vulnerabilidad por distintas razones.
También tomaron la palabra referentes de DOCA, ATE INCAA, Barricada TV y la Coordinadora Nacional de Televisoras Alternativas, Unión de Músicos en la CTA y ATE-Defensoría del Público, donde los trabajadores se encuentran en plan de lucha porque no se les paga la paritaria. Hubo cuestionamientos al diputado Hernán Lombardi por promover un proyecto de ley para cerrar la Defensoría. Se acercaron para acompañar el reclamo Katja Alemann y Vilma Ripoll. "¡Cincuenta!", gritaron los manifestantes mientras el humo de las bengalas se alzaba frente al Congreso.