Laboratorio de alimentos
Pese a cierta nostalgia que algunos sentirán cuando entren a este nuevo espacio que supo ser habitado por el recordado restaurante Olsen, Las Flores nada tiene que ver con su predecesor. La fachada que separaba el jardín de la calle fue reemplazada por una panadería/confitería donde se pueden comprar para llevar algunas de las cosas ricas que preparan allí. Una vez atravesado ese nuevo espacio, se accede a un gran jardín repleto de plantas nativas donde se suman mesas para disfrutar al aire libre. Atrás de todo está el salón principal, que recibe a través de sus enormes paredes vidriadas la luz natural del día, el lugar perfecto para probar las comidas que preparan Santiago Pérez y Chula Gálvez, chef y pastelera respectivamente, ambos miembros de una camada de jóvenes cocineros que está enriqueciendo la gastronomía porteña.
Lo primero a destacar es la inclusión: con la idea de no dejar a nadie afuera, toda la propuesta es libre de gluten, una proeza teniendo en cuenta que Las Flores abre todo el día con la pastelería como uno de los puntos fuertes de la carta. Las tortas, muchas decoradas con flores, además de hermosas son deliciosas: cambiando cada día podrá haber budín de pistachos y pera pocheada con glasé de jengibre y limón, blueberry pie, pavlovas, torta Napoleón para los más golosos o la Clementina, la torta estrella de la casa. Se suma café de especialidad (desde $310).
Entre lo salado hay tostadas con hongos reina, portobellos, gírgolas y hummus; con repollitos de Bruselas, espinaca y coliflor; con huevo revuelto y queso estacionado en pan brioche (desde $1100), entre otras. Recientemente sumaron almuerzos y cenas, mientras esperan las noches más cálidas para aprovechar al máximo el espacio al aire libre.
Con apenas semanas desde su apertura, Las Flores logra llamar la atención. Un dato extra: en el primer armaron laboratorio donde dos biólogos investigan métodos de cocción e ingredientes junto con los cocineros en un proceso que apuesta a generar sorpresas. ¿La cocina del futuro? Habrá que estar atento para averiguarlo.
Las Flores queda en Gorriti 5870. Horario de atención: martes a viernes de 9 a 18 y de 20 a 24; sábados a 10 a 18 y de 20 a 24; domingos de 10 a 19. Instagram: @lasflores.bue.
Lo hizo de nuevo
Máximo Togni parece tener la fórmula para acertar todo lo que emprende: primero fue Dogg, luego Togni’s Pizza y este año se sumó Togni’s Café, los tres en la misma cuadra del Barrio Chino. Un pasillo angosto y largo que se extiende hasta el fondo del salón y que los fines de semana rebalsa de gente buscando disfrutar su irresistible pastelería. Hay café de especialidad (desde $270) y tés de la casa francesa Mariage Frères (el blend Marco Polo que tienen en carta es uno de los más icónicos de la marca, $380) que ojalá puedan mantener pese a los problemas de importación.
Entre las bebidas frías también suman botellas pequeñas de Naranjo 2021 y Wine is Art para quienes prefieren una copa de vino acompañando opciones saladas como un clásico norteamericano BLT (bacon, lettuce, tomato, $890), que en este caso incluye queso y sale en pan brioche; la croissant tostada de jamón natural y queso Lincoln ($630) o la baguette de pollo, mozzarella, tomates secos y pesto ($890).
Mientras la cola de comensales no para de crecer en horas pico, en el interior y a la vista de todos un grupo de jóvenes pasteleros preparan los laminados, pintan los cinnamon roll que están por entrar al horno y rellenan las tarteletas de frutas, impregnando el lugar de un aroma adictivo. Uno de los dulces que más rápido suele agotarse es la galletita de almendras con chocolate Valrhona que emula a las populares y deliciosas Petit Écolier, un auténtico viaje a la perdición compite de cerca con otras delicias del mostrador como los financier o el pain aux pistaches. Los fines de semana agregan un suculento brunch ($2700, con reserva), también french toasts con maple syrup, crema, frutillas y banana ($900) y siempre se pueden elegir cookies veganas.
Con todo esto, no extraña que Togni’s Café se haya convertido rápidamente en uno de esos lugares con incondicionales habitués. Una excusa más que suficiente para ir a dar una vuelta por el barrio y comer una medialuna recién horneada.
Togni’s Café queda en Blanco Encalada 1675. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 20; sábados y domingos de 9 a 20. Instagram: @togniscafe.
Mirando la gente pasar
El viejo Paseo de la Infanta sigue poblándose de propuestas y una de las más nuevas es AVG Electric Café, una combinación de bistró con cafetería al paso, que pronto tendrá además una tienda de vinilos con bandejas para pasar música y un omakase en el subsuelo, todo a cargo del cocinero Valentín Grimaldi. Un proyecto ambicioso que va cobrando forma. Mientras, la cafetería es una parada casi obligada para quienes salen a correr o a caminar por la zona y quieren luego recompensarse por el ejercicio cumplido.
Algunos eligen el café (blend de granos colombianos y brasileños de Café Registrado, desde $270) con alguna croissant y siguen viaje; otros se sientan al solcito y van por alguno de los sándwiches como el de hongos con portobellos, pesto, queso de cajú y rúcula ($1100); o el Electric, una focaccia con palta, panceta, lactonesa, tomate y lechuga. Todos los días preparan también agua de Jamaica y varios mocktails ($350), ideales para hacer un poco de détox. Además del generoso chipá y los budines, una de las cosas más ricas de la cafetería es el marroc casero que desbloquea un nuevo nivel de fanatismo.
El bistró, muy estilo Mad Men, con mesas bajas preciosas y un ambiente logrado, es el lugar ideal para ver pasar el mundo palermitano por la ventana. A partir de las 11 se puede pedir el brunch (desde $2300) y probar opciones de la carta como el omellete con queso tybo y portobellos ($900); el pan de papa con huevos revueltos, siracha y cilantro ($750); el smoothie de frutos rojos con chía y banana ($950); o los panqueques sin tacc con miel de peras y frutas de estación. También hay platitos ideales para satisfacer el antojo de algo rico, como el queso halloumi gratinado con sweet chili, castañas tostadas y albahaca frita ($1200) o los fish cake de pesca blanca con cole slaw, hierbas y salsa ponzu.
Para visitar temprano y gratificarse con algo rico; o pasar de tarde para la caída del sol.
AVG Electric Café queda Av. Infanta Isabel 110, Arco 9. Horario de atención: cafetería de miércoles a lunes de 9 a 19; bistró de miércoles a sábados de 20 a 24. Instagram: @avgelectriccafe.