La decisión de documentar fue fortuita, cuenta Verónica Rossi. Fue el realizador Claudio Perrín quien le insistió en registrar el reencuentro de Mariano Ravier (compañero de Rossi) con la casa de los tíos, en Río Ceballos. Tras la muerte de la tía y luego de 8 años, la casa permanecía cerrada. Pero allí se cifraba algo más. Los primos de Mariano, Pepe y Migue, militaron en el ERP y fueron asesinados a comienzos de los años ’70. Migue, de hecho, es una de las víctimas de la Masacre de Trelew. Para más datos, el nacimiento de Mariano coincidió con la desaparición física de ellos. Había todo un mundo por revisitar, entre fantasmas y recuerdos. Finalmente, la película está; y tuvo un destino ejemplar: La Casa de los Tíos se estrenó el sábado y domingo pasados en el lugar más adecuado: Trelew; hoy hace lo propio en Museo de la Memoria (Córdoba 2019), a las 19 y con entrada gratuita.

La Casa de los Tíos está dirigida por Verónica Rossi, montajista de referencia en la tarea audiovisual de la ciudad: “La película trata sobre el proceso que asume Mariano, sobre algo que es un poco contradictorio, ya que por un lado se trata del final de la casa como tal, pero también de una apertura, que convierte todo el material que esta casa guardaba en un patrimonio de memoria colectiva”, comenta la realizadora a Rosario/12. “La casa está entendida como un lugar simbólico, en donde a través de lo que guarda se puede narrar también parte de la historia del país. Que nosotros hayamos estado en esa casa, de alguna forma, es una consecuencia histórica. Esa familia quedó trunca, y nuestra presencia es la réplica de un suceso histórico, que termina atravesándonos a nosotros y a nuestros hijes”, continúa.

-Justamente, tu hijo Martín y tu hija Olivia los acompañan, y es notorio cómo ella, tan pequeña y jugando, protagoniza varios momentos.

-Olivia era muy chiquita, tenía apenas dos años y medio. Los cuatro estábamos solos en la casa y había un clima de mucha intimidad. En realidad nuca nos propusimos hacer un documental, no fue una decisión tomada antes del viaje. Yo cargo una cámara porque un amigo colega, Claudio Perrín, me dijo: “¿por qué no te llevás una cámara?”, cuando le conté sobre el viaje. El viaje tenía un propósito, Mariano había tomado la determinación de ir y resolver el tema de la casa. La verdad que no me sentía muy lista para llevar una cámara, pero un día antes de partir se la pedí prestada a mi hermano. Recuerdo que antes de salir, Claudio me dijo: “Vos pensá en cuando él abra por primera vez la puerta. Seguilo, no pienses en otra cosa, después ves”. Y eso fue lo que hice. Cuando Mariano entra, llega al patio, camina y se pierde entre la maleza, yo me quedo parada. Ése fue todo un momento. Al regreso a Rosario, al ver y mostrar las imágenes, pensé que quizás se podía hacer algo, por el valor que tenían, de registrar esos 15 días donde estuvimos prácticamente solos, junto a algunos vecinos y amigos que se acercaban.

La película acompaña la entrada de Mariano Ravier a la casa de sus tíos.

-Siendo montajista, imagino que debiste pasar por un proceso interminable.

-Me parece que fue lo más difícil que hice, porque no había distancia. Con el documental pasamos a ser cinco los miembros de la familia, se sentaba a comer con nosotros, todo se mezclaba. “Mariano, hoy vamos a grabar los off, pero acordate que hay que pasar por la escuela e ir al súper” (risas); fue muy difícil y laborioso. La entrada de Ana (Taleb) vino a trazar una estrategia, que pudiera conducir a la luz este trabajo.

Ana Taleb forma parte de Cinespuma, productora de la ciudad de la que forma parte junto a Alfonso Gastiaburo y Martín Albertengo. Según Taleb, “Verónica me contó sobre el proyecto en el 2020, durante otro trabajo donde ella era la montajista. Cuando vi el material, no tuve dudas de que había que terminar la película, así que me dediqué a pensar estrategias, a prueba y error, a buscar financiamientos y encontrar las herramientas necesarias. Si bien en un primer momento pensamos estrenar en marzo, en el mes de la memoria, hoy nos encontramos con un estreno soñado, en Trelew, en el marco de los 50 años de la masacre, y rompiendo la dinámica habitual, que es la de comenzar por la Capital Federal o por las grandes ciudades”.

La experiencia de llevar la película al Espacio Incaa del Centro Cultural de Trelew indudablemente signa un recorrido merecido; como explica la productora:estuvimos entre personas muy importantes, vinculadas a los derechos humanos, a los familiares de las víctimas de la masacre, junto al hijo de Agustín Tosco y Sergio Maldonado; a la película ya la han pedido de otros Espacios Incaa del país. Eso nos pone felices, el documental se va de nuestras manos para pasar a ser del público”.

-Y todo a partir de la decisión imprevista de llevar la cámara.

Rossi: -Nunca lo hubiera pensado, estamos muy contentos, y estoy impaciente porque la película tenga contacto con la gente.

Taleb: -Hay algo también importante, y es lo que aparece con la casa, como esos materiales en Super 8, donde se ven no sólo a los primos de Mariano sino a esa juventud de los ’70. Es un modo de recordarlos, alegres y disfrutando en las sierras, con los amigos. Ese material es valioso y es muy lindo el trabajo de montaje que hizo Verónica, entre ese registro y la lectura de las cartas. Ese material de archivo es un tesoro que se encontró allí, que habla no sólo de esa familia sino también de Trelew y de esa juventud.

La Casa de los Tíos tuvo apoyo del Plan Fomento del Ministerio de Cultura de Santa Fe, el Fondo Nacional de las Artes, y el Incaa; cuenta con guion, dirección y montaje, a cargo de Verónica Rossi; producción ejecutiva de Ana Taleb; fotografía (Rosario) de Lucas Pérez; cámara de Lucas Pérez, Cecilia Sarmiento, Claudio Perrín, Verónica Rossi; sonido de Cristian Bovina y Mauro Chanampa; música de Pablo Sorini y Pablo Vergara.