A Cristina Kircher no le cabe ninguna duda: el Tribunal Oral Federal número 2 de Ciudad de Buenos Aires, a cargo del juicio en el que es la principal acusada por malversación de fondos de obra pública, no le dará buenas noticias. “¿Qué me van a decir que el hijo del edecán de dos de los dictadores más terribles (que tuvo el país) me va a absolver?”, apuntó en relación al vínculo filiatorio que une al magistrado Rodrigo Giménez Uriburu con el capitán de la Marina Héctor Giménez Uriburu. Su pasado como funcionario de la dictadura y sus ataques en redes sociales son una de las razones que expuso desde el Senado, convencida de que lo que quiere este tribunal es “venganza”.

En la exposición que realizó desde su despacho de la Cámara alta, la exmandataria recordó que Giménez Uriburu padre ocupó cargos durante los gobierno de Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone y remarcó la publicación que hizo en su contra en la página de Facebook del Liverpool -equipo en el que juega su hijo-. “¿Cuántos más detalles de lo que robó y malversó Cristina tenemos que mostrar? Se necesitan más indagatorias, más interrogatorios para terminar con esta hipocresía y show”, fue el comentario que compartió del periodista Pablo Rossi, instando a meter presa a la expresidenta.

El mensaje tomó estado público luego de que Página/12 revelara que el juez de la Causa Vialidad participó de partidos de fútbol en la quinta Los Abrojos de Mauricio Macri, como parte del equipo Liverpool, que también integra el fiscal Diego Luciani. Ante el escándalo, y luego del pedido de recusación de CFK, Giménez Uriburu hijo apareció en una audiencia con un mate con el escudo de su equipo. Fue un claro gesto de provocación y una muestra de que la prepotencia está en el gen familiar.

Una carrera en el mar

Héctor Giménez Uriburu tiene hoy 82 años. Se sumó al Liceo naval en 1956 y en diciembre del 61 le dieron de alta en la fuerza. Entre enero de 1976 y diciembre de 1981, cumplió diversas funciones en diversos barcos de la Armada. El Crucero ARA General Belgrano fue su primer destino en 1976.

Allí, en calidad de jefe de Material Naval, según figura en su legajo, sancionó al ayudante Horacio Daniel Rebossio por "no transcribir en la orden diaria de actividades una directiva impartida causando inconvenientes en el servicio”. La sanción fue el 23 de febrero del 76. Rebossio recaló en la ESMA en enero de 1977. Permaneció ahí todo aquel año, uno de los más feroces de la última dictadura y una de las épocas más activas de ese centro clandestino. Estuvo hasta abril del año siguiente, cuando pidió un traslado debido a que su esposa estaba deprimida. Rubén Chamorro, el jefe del centro clandestino recomendó que se lo otorguen.

En aquel tiempo, el padre del arquero del Liverpool andaba a bordo del Buque de Desembarco ARA Cabo San Antonio, donde fue segundo comandante. Luego pasó por el Aviso ARA Comodoro Somellera y volvió al General Belgrano antes de recalar en el área de Ceremonial de la Presidencia.

A la vista no hay elementos que lo involucren en la represión genocida de la última dictadura: no hay información que lo ubique en ningún centro clandestino ni grupo de tareas. Sin embargo, el hecho de que haya estado de barco en barco no descarta a priori la posibilidad de que haya participado activamente del terrorismo de Estado. Por el contrario, podría abrirse una nueva etapa de investigación sabiendo qué tipo de rol tuvieron esos barcos que, como está probado, fueron uno de los elementos de los que se valió la Armada para organizarse y ‘luchar contra la subversión’ como sus miembros lo definen. De hecho, hubo un barco de la Armada apostado en el puerto de Zárate que funcionó como centro clandestino.

En 1981 recaló en el área de Ceremonial de la Casa Rosada. Fue subdirector entre diciembre de 1981 y abril de 1984. Así, trabajó muy cerca de Leopoldo Galtieri y de Reynaldo Bignone, los dos últimos dictadores a cargo del gobierno terrorista que tomó el poder en 1976 y lo entregó en 1983. Aquel año estuvo a cargo de la Dirección de Ceremonial y Audiencias de la Presidencia de la Nación. Entonces organizó la visita del Papa Juan Pablo II y viajó con el genocida Bignone a India y Yugoslavia, tal como revela hace dos semanas el portal El cohete a la luna. Integró la fuerza hasta 1992, cuando pidió la baja. “¿Qué me van a decir que el hijo del que fue edecán o director de protocolo de dos de los dictadores más terribles me va a absolver? Si deben estar poniéndose cuchillo y tenedor”, consideró CFK en su exposición del martes pasado.

Entre 1985 y 1986, Giménez Uriburu fue jefe de la Base Naval en Ushuaia, luego estuvo a cargo del Departamento de Relaciones Públicas de la Armada y también fue agregado naval en Brasil. Pidió la baja en 1992. Desde entonces integra la Academia Argentina de Ceremonial, en la que hoy ejerce la vicepresidencia académica.

Una familia antiderechos

Dicen que los opuestos se atraen y el caso de los padres del presidente del TOF 2 lo confirma. Mientras Giménez Uriburu padre abona el perfil bajo, su esposa María del Luján Lamon Giménez Uriburu supo exponer a los cuatro vientos de las redes sociales y los medios su odio profundo hacia el kirchnerismo, el peronismo, los organismos de derechos humanos y hasta la diversidad sexual.

Para mí ser peronista es ser delincuente”, sostuvo María de Luján Lamon Giménez Uriburu en una entrevista que concedió al blog Tribuna de periodistas en noviembre de 2017 y que rescató el medio En orsai hace algunas semanas. La mujer había sido entrevistada luego de su momento de alta exposición, cuando, en pleno gobierno de Mauricio Macri, una serie de cartas de lectores que envió al diario La Nación corrieron virales a través de las redes sociales del lado antiperonista de la grieta. Las misivas eran mensajes abiertos a la entonces gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y a Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado, a pocos días de que el cuerpo del joven tatuador apareciera sin vida en el río Chubut.

A Vidal la criticó por no haber vetado una ley provincial que, en marzo de 2017, incorporó en las publicaciones, ediciones gráficas y audiovisuales y en los actos públicos de gobierno, de los tres poderes de la provincia de Buenos Aires, el término dictadura cívico militar y la expresión “30 mil desaparecidos” cada vez que se haga referencia al accionar genocida en nuestro país. “La voté pero me decepcionó”, subrayó la mujer sobre la exgobernadora. En cuanto a Maldonado, opinó que “si (su hermano) le hubiera importado tanto, hubiera hecho algo por él. Que no haga esa vida de hippie, que estudie, que haga algo productivo. Era un vagabundo, no creo que sea el orgullo de ninguna familia bien constituida, digamos la verdad”, consideró.

Para la madre del presidente del TOF 2, “no podés ser peronista y una buena persona. No se puede adorar como adoraban a ese señor (por Juan Domingo Perón), que era un degenerado, (que) nunca tuvo una familia normal, una esposa normal”, manifestó. En esa línea, se lamentó de queDios pudiera permitir que tuviéramos un Papa peronista”. Luego avanzó sobre la “ideología de género”, a lo que calificó de “aberración de la humanidad” y “las feministas extremistas”: “A mí no me hubiera salido un hijo gay”, afirmó.

Por último, apuntó contra los organismos de derechos humanos, sobre quienes expuso la línea macrista del "curro” de su militancia y se lamentó de “toda esa gente que está presa hace tanto tiempo”, en relación a los investigados, acusados y condenados por cometer crímenes de lesa humanidad.