El supuesto objetivo de la salida de Elisa Carrió por Radio Mitre era despotricar contra Alberto Fernández y poner al aire todo tipo de teorías apocalípticas sobre lo que le puede pasar al fiscal Luciani o a los jueces que tiene que fallar en la causa Vialidad, pero la fundadora de la Coalición Cívica se las arregló para pasar un mensaje contundente a la interna de Juntos por el Cambio. Los que pensaban que se había terminado con la reciente cumbre (a la que casualmente no concurrieron Lilita ni Mauricio Macri) que se olviden. Carrió acusó nada menos que a Patricia Bullrich de haberle mandado a la Policía Federal a espiarla durante el gobierno de Cambiemos.
"Durante el gobierno de Macri yo también sufrí amenazas, entonces pedí custodia. Era ministra Patricia Bullrich. Ella me mandó la Federal y la Federal se puso a 30 metros para espiarme", aseguró Carrió. "Tuve que pedir el relevamiento de la Policía Federal que venía de San Isidro —ustedes saben que las causas de narcotráfico que nosotros perseguimos están en San Isidro— porque en realidad me estaban espiando. Había asaltos alrededor de mi casa en forma permanente", abundó la exdiputada.
Carrió y la excusa de Nisman
Las acusaciones contra Bullrich no terminaron ahí, a pesar del esfuerzo desesperado de los periodistas. "¿Vos pensás que las vidas de los fiscales y jueces corren riesgo?", le preguntaron para cambiar el tema de sus custodias. "Sí, yo se lo dije a Nisman cuando me lo crucé en los pasillos de TN 3 o 4 días antes de su muerte", respondió Carrió, que enseguida redirigió la carga sobre la actual presidenta del PRO.
"Al otro día Patricia Bullrich y otra diputada de la que no me acuerdo el nombre (por Laura Alonso) lo citaron para que fuera el lunes al Congreso", siguió recordando la dirigente de la CC para concentrar el fuego sobre su rival interna: "Yo entonces convoqué a mi bloque y les dije: 'Nosotros no vamos a ir porque están dándoles cuatro días para que lo maten".
Si algo le faltaba para volver a agitar la interna, también se encargó de recordar que uno de los policías acusados por ella de "enchastrar" el caso Nisman siguió como Jefe de Policía en el gobierno de Cambiemos, cuando Bullrich era ministra de Seguridad. Se trató del comisario Román Di Santo, al que en sus declaraciones radiales rebautizó como "Santos". Di Santo finalmente renunció "por motivos personales", después de que Lilita lo reclamara por televisión en marzo de 2016.
Carrió también contó por la radio que acababa de llamar a la secretaria del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, para decirle que había que modificar el reclamo realizado por ese tribunal para que se refuerce la custodia de fiscales y jueces de la causa Vialidad, pasándola de la Federal a la Policía de la Ciudad. De paso, le dejó una amenaza a Rosatti diciendo que "esa llamada la tengo grabada para que después no digan que no escucharon la radio".
Después de despotricar largamente contra los tres Fernández (Alberto, Cristina y Aníbal) dejó una última frutilla para la interna. "Y también me hicieron operaciones contra parte de mi familia desde mi propio gobierno, para que todos vean que el Estado mafioso no es solo de un gobierno", concluyó.
La interna al rojo
Las palabras de Carrió llegan un día después de que la mesa nacional de Juntos por el Cambio se reuniera en Córdoba para ratificar la unidad de cara a las elecciones de 2023. No obstante, "Lilita" no fue parte de ese encuentro. Tampoco Macri.
Uno de los temas de la cumbre eran las duras críticas lanzadas por Carrió contra otros dirigentes de Juntos por el Cambio cuando alertó que muchos de ellos podrían tener un entendimiento con el ministro de Economía, Sergio Massa, ya que "habían compartido negocios" con él.
"El año que viene, Juntos por el Cambio tiene que estar conformada por decentes. No puede haber más negocios", afirmó la dirigente que sostuvo que hay una puja con un sector de la coalición que imagina un "neo PJ con Sergio Massa y compañía". A raíz de sus declaraciones, varios integrantes de ese espacio político salieron a desmentirla y a cruzarla ferozmente.
La primera fue Patricia Bullrich.