Detuvieron anoche a María Ninfa Aquino (64), sospechosa de haber actuado como entregadora del matrimonio asesinado a balazos en el partido de Vicente Lopez. La mujer trabajaba hacía 12 años como empleada doméstica de las víctimas y podría ser condenada a cadena perpetua, informaron hoy fuentes judiciales.
La mujer oriunda de Paraguay fue la persona que halló los cadáveres en el automóvil de la pareja, en el garaje de la casa ubicada en Melo al 1100, y anoche se convirtió en la principal sospechosa del crimen luego de una serie de contradicciones y actitudes extrañas que mencionó en su relato.
“Hubo sustracción de valores, dinero, joyas en lugares determinados de la casa a los que sin conocimiento previo o sin que lo revelen las víctimas, no podrían haber accedido”, afirmó a Télam uno de los investigadores.
Además, una billetera de cuero rojizo que era propiedad de la víctima fue encontrada por los detectives durante un allanamiento ayer en la casa de Aquino situada en Tres de Febrero. Esto le complicaría aún más, porque se cree que la mujer podría tener allí escondida la llave de la caja fuerte de donde robaron dinero y joyas.
Los fiscales de Vicente López Martín Gómez y Alejandro Musso imputaron a Aquino como “partícipe necesaria” de “robo y homicidio agravado criminis causa”, que tiene una pena de prisión perpetua.
Enrique Del Río (74) y Mercedes Alonso (72), quienes fueron hallados ayer por la mañana asesinados, el abogado jubilado de tres tiros y su esposa de uno en la nuca, estaban por mudarse esta semana a un departamento en el exclusivo edificio Chateau del barrio porteño de Núñez y pensaban llevarse como empleada a la ahora imputada.
“Tuvo comportamientos raros y dio algunas explicaciones inconsistentes. No hay aún nada concluyente, pero sí indicios que la transforman en sospechosa”, aclaró una fuente judicial.
“Es extraño que después de ver esa escena, apagó la luz, volvió a cerrar la puerta que lleva desde la casa a la cochera, le pnga llave y la cuelgue en el llavero. Y en vez de salir corriendo y pedir ayuda a los vecinos o llamar a la Policía, nos dijo que se puso a ordenar la casa”, confió otra de las fuentes.
Aquino, según informaron las fuentes, llegó a las 6.50 de la mañana y recién a las 9 le llamó la atención que el matrimonio no hubiera bajado a desayunar, pese a que además vio que estaba intacta la cena --brócoli y alcauciles--, que ella les había dejado cocinada para la noche anterior.
La mujer tampoco advirtió cuando llegó el desorden que el o los asesinos habían dejado en varios ambientes de la casa, que estaban revueltos. “Ella dijo que creyó que era por la mudanza que iban a hacer sus patrones, pero las cosas de la mudanza estaban perfectamente embaladas”, aclaró uno de los investigadores.
De acuerdo a lo reconstruido por los fiscales, la empleada doméstica le mandó a las 9 de la mañana un mensaje a la acompañante terapéutica que también trabajaba en la casa para asistir a Del Río por sus problemas de movilidad, para avisarle que no habían bajado a desayunar.
Fue esa mujer --llamada Blanca--, quien le sugirió a “Nina” que vaya a la cochera y recién allí la empleada encontró asesinados al matrimonio Del Río dentro del auto que estaba en el garaje.
Otro de los indicios que hicieron sospechar a los fiscales es que en el celular de Aquino los peritos que lo analizaron detectaron una foto borrada de la misma billetera rojiza, marca Prune, donde según uno de los hijos de las víctimas, su madre podría guardar la llave de la caja fuerte.
“La foto está borrada de hace un tiempo, pero la pudimos recuperar. La explicación que dio es que esa billetera se la había regalado la señora, que allí alguna vez guardó 2.000 pesos, la perdió y el día que la encontró, le sacó una foto y se la mandó a su hija para avisarle que había aparecido”, confió uno de los investigadores.
A Gómez y Musso también les pareció sospechoso que pese a la cantidad de años que llevaba trabajando en la casa, Aquino dijo desconocer la existencia de una caja fuerte, mientras que la otra empleada, la enfermera, que llevaba menos tiempo de trabajo, sí lo sabía.
Si bien se aguarda la precisión de la data de muerte, se sabe que el doble crimen se cometió el miércoles por la tarde o noche, posiblemente a partir de las 17, y los fiscales manejan dos hipótesis: que el o los asesinos llegaron a bordo del auto con el matrimonio, luego de que salieron a hacer unas compras a un supermercado --las bolsas con mercadería quedaron arriba del auto--, o que alguien proporcionó una copia de la llave y los sorprendieron adentro.
Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350, la mujer del lado del conductor y el hombre como acompañante.
El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podría haber estado en el asiento trasero.
Los pesquisas hallaron también un disparo en uno de los livings de la casona, que atravesó un almohadón, quedó incrustado en el piso de parquet y cuya vaina la ahora detenida dijo haber encontrada tirada en una alfombra, por lo que no se descarta que antes de ser asesinadas en el auto, las víctimas hayan estado un tiempo con el o los homicdas, siendo intimidados.
Además de abogado jubilado, los voceros indicaron que Del Río tuvo un breve paso por la Policía Federal Argentina (PFA), tenía una relación comercial con una empresa de seguridad privada y era propietario de playas de estacionamiento en la ciudad de Buenos Aires.