Hasta un escenario que les daba lugar para evitar las peleas internas desató una discusión dentro de Juntos por el Cambio. Fue por el veloz pedido de juicio político que lanzó la alianza opositora para destituir a Alberto Fernández. El presidenciable radical Facundo Manes se negó a firmarlo y lo consideró una irresponsabilidad. Planteó que, de mínima, tendría que haber sido discutido en reuniones que no existieron en la bancada opositora. Y que se hizo para la tapa de los diarios. Del otro lado, le arrojaron con todo lo que tenían a mano. Además de Manes, el titular de la UCR, Gerardo Morales, se abrió de la estrategia de salir a pegar con un pedido de destitución. En tanto, Elisa Carrió aportó lo suyo: acusó a Patricia Bullrich de espiarla con la policía que tenía de custodia cuando Cambiemos era gobierno (ver aparte).

Las treguas en Juntos por el Cambio duran cada vez menos. A mediados de esta semana, se congratularon por lo tranquila que fue la reunión de la mesa nacional, luego de dos semanas en las que el espacio había estado convulsionado por las denuncias de Carrió contra los propios. Un día después, la frase de Alberto Fernández en TN sobre Alberto Nisman y el fiscal Diego Luciani les dio otro motivo de celebración: podían salir en unidad a hacer leña del árbol caído. El problema fue sobregirarse: mientras la Coalición Cívica denunciaba penalmente al Presidente por amenazas e instigación al suicidio, el bloque completo hacía una conferencia de prensa para anunciar que presentaba un pedido de juicio político para destituirlo. Todo, en menos de 24 horas.

La negativa de Manes

Manes no solo se negó a firmar ese pedido, sino que salió a publicitar sus diferencias. "Acá hubo un delito. Se robaron plata de todos los argentinos, muchísima plata que no se invierte en el bienestar de los argentinos", aclaró lo que piensa sobre el juicio de la obra pública en Santa Cruz. "Es un error sacar esta discusión del plano de la Justicia y llevarla a la política. A muchos les conviene esa estrategia porque sigue apelando a la grieta que nos trajo hasta acá y les permite mantener sus privilegios", les advirtió a sus compañeros de bancada.

"Está claro que los dichos del Presidente son irresponsables y muy preocupantes, no podemos tolerar declaraciones mafiosas en la Argentina. Pero también está claro que esta no es una situación que llame a un juicio político", indicó el presidenciable radical. "Seamos claros. Un pedido de juicio político es una medida para remover al Presidente. Es una medida extrema para el funcionamiento institucional del sistema democrático que no debe banalizarse. No hay que realizar pedidos de juicio político de forma prematura, por la gravedad institucional que implica. Es una decisión que debe analizarse y debatirse profundamente previo a ser presentada", consideró Manes.

En su entorno advirtieron que no existió tal debate interno. "¿Cómo puede ser serio un pedido de juicio político si, con el Presidente todavía en el canal de televisión, ya había diputados tuiteando que lo iban a presentar? ¿Por qué no se convocó a una reunión y se tomó el tiempo para analizarlo? ¿O por qué no empezamos por intentar interpelar al Presidente para que explique sus dichos? No cuenten con Facundo para usar a las instituciones para salir en los diarios. No le gusta el fulbito para la tribuna", decían cerca del precandidato.

En su mensaje público, Manes les pidió a sus compañeros de bloque: "Dejemos de lado las especulaciones electorales y dejemos que la Justicia actúe".

Y no fue el único en abrirse del pedido de juicio político. Luis Juez también dijo que no le gustaba la estrategia. Y Morales se alejó de esa iniciativa. Tantas diferencias en público parecen indicar que Manes no erró al decir que faltaron instancias de debate interno antes de salir con el anuncio, que fue veloz, al día siguiente de las declaraciones del Presidente sobre el fiscal Luciani.

Todos contra Manes

Las respuestas al radical no se hicieron esperar. “Manes va a tener que explicar por qué es el único que no firmó. Averigüé si no lo sabía y me dijeron que no quiso firmar. Es de una irresponsabilidad institucional muy fuerte. Va a tener que explicar por qué no quiso firmar", lo apuró la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.

Se le sumaron algunos dirigentes que orbitan en torno a Mauricio Macri. Por ejemplo, la ex secretaria de Lucha contra la Corrupción (ajena), Laura Alonso: “Pésima lectura de la realidad y de la historia reciente. El fundamento es trivial. No es un asunto de conciencia. Debe respetarse la disciplina partidaria. No es marketing personal”, sostuvo la ex funcionaria. 

También se sumó el exministro de Cultura Pablo Avelluto, uno de los que escribió el último libro de Macri, quien dijo: "Bueno, va siendo hora de que mis amigos radicales busquen otro precandidato a la Presidencia. Uno que entienda la diferencia entre oposición y oficialismo".

Desde la Coalición Cívica, se sumaron a caerle a la oveja descarriada. Paula Oliveto, muy cercana a Carrió, sostuvo: “Algunos tenemos el cuero duro y otros trabajan con los focus. El deber de un diputado hoy es poner el cuerpo, poner un límite a un gobierno que no tiene límite", aseguró. Carrió, por su parte, hizo su contribución a la paz en la alianza cuando dijo que Bullrich "le mandó la Federal y la Federal se puso a 30 metros para espiarme".