Elisa Carrió volvió a agitar los fantasmas del espionaje al interior de Juntos por el Cambio, un tema especialmente sensible en el espacio liderado por Mauricio Macri. Esta vez, la líder de la Coalición Cívica no le apuntó a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sino a la propia Patricia Bullrich al decir que la Policía Federal (PFA) –que dependía de la entonces ministra de Seguridad– la espió durante el gobierno de Cambiemos. Si bien desde el entorno de Carrió buscaron bajarle el tono a la denuncia, Página/12 encontró un video de enero de 2019 en el que la dirigente ya hablaba del espionaje de Bullrich y decía que un diputado de su partido, Juan Manuel López, también había sido víctima de vigilancia ilegal. Bullrich buscó hacerse la desentendida, pero, lejos de extinguir el fuego, aprovechó para tirarle la granada a su rival interno Horacio Rodríguez Larreta al decir que, en realidad, era la Policía de la Ciudad la que custodiaba a Carrió. En la Comisión Bicameral de Inteligencia (CBI) levantaron el guante y su presidente, Leopoldo Moreau, les pidió informes a Nación y a la Ciudad de Buenos Aires para saber qué fuerza y cuándo tuvo a su cargo la seguridad de la exdiputada.
“Durante el gobierno de Macri yo también sufrí amenazas. Entonces pedí refuerzo de la PFA. Era ministra la señora Patricia Bullrich. Ella me mandó la PFA y la PFA se puso a 30 metros para espiarme”, contó Carrió en una entrevista en Radio Mitre. La revelación de la líder de la Coalición Cívica fue tan incendiaria que las cámaras lograron captar al conductor Eduardo Feinmann agarrándose la cara mientras Carrió se despachaba. “Había asaltos alrededor de mi casa de manera permanente, pero tuve que pedir el relevamiento de la PFA que venía de San Isidro –ustedes saben que las causas de narcotráfico que denunciamos están en San Isidro–”, completó Lilita para horror de sus interlocutores.
Los dichos de Carrió encendieron la mecha en Juntos por el Cambio, que ya se vio bastante jaqueado cuando salió a la luz que Larreta, María Eugenia Vidal y Diego Santilli fueron espiados por la AFI de Gustavo Arribas, el amigo personal de Macri. Bullrich debió responder a la denuncia de Carrió. “La verdad es que no sé qué dice la señora Carrió porque siempre tuvo a la Policía de la Ciudad en su custodia”, contestó la presidenta del PRO en una entrevista con Radio La Red. “Habrá sido con alguien de la PFA o con alguien del ministerio, pero conmigo nunca tuvo ese diálogo”, agregó con tono molesto.
Después de que las declaraciones de Carrió trascendieron y de que el diputado del FdT Rodolfo Tailhade –integrante de la CBI– tuiteara que se ponía a disposición de la dirigente de la Coalición Cívica para investigar el caso de espionaje, en su entorno buscaron apaciguar la controversia. Decían que no había nada por denunciar y que ya había quedado aclarado con la escueta explicación de la exministra de Seguridad.
Sin embargo, Página/12 encontró un video de una entrevista que Carrió dio el 9 de enero de 2019 en el programa A Dos Voces de la señal TN en el que ya denunciaba que la PFA de Bullrich la espiaba. “Me pusieron una custodia porque había muchos asaltos con rehenes. Fueron unos días y después la retiré. Me pusieron la policía a 70 metros para escucharme. Le digo al jefe de la PFA: Dígale a Patricia que no me escuche”, contó entonces Carrió.
De nuevo, ante la mirada absorta del periodista que la entrevistaba, Carrió continuó dando detalles: “Tenemos tomadas las computadoras. ¿Quién nos toma las computadoras? A mí no me van a tomar pero al diputado Juan López le toman las computadoras y no es la oposición”. Después siguió una advertencia de la entonces diputada: “Dejen de hacer eso porque yo voy a la comisión de seguimiento" (de organismos y actividades de inteligencia).
La amenaza de Carrió no se concretó entonces, pero todo indica que será investigada ahora.
Esa vieja manía
Pese al manto de piedad que buscaron tender desde Juntos por el Cambio, Carrió lleva al menos tres años y medio apuntándole a Bullrich por ese supuesto espionaje. El diputado López hizo al principio de la gestión de Moreau en la CBI una presentación por intrusión en sus dispositivos móviles en la misma línea que había denunciado Carrió.
Con las nuevas declaraciones y tras el avance de las investigaciones sobre el espionaje en el macrismo, el tema adquiere otra relevancia. Durante el gobierno de Macri, Carrió denunció que la AFI la siguió en un viaje a Paraguay. Arribas debió darle un informe y le confirmó que había un espía tras ella pero que fue para “protegerla”. Entonces, la dirigente de la CC eligió creer. “Arribas me explicó que en Paraguay me cuidó una persona cercana a él, pero en la Argentina los espías escuchan mis conversaciones y me hacen seguimientos. Agradezco que se investigue y se publique”, le dijo el 31 de mayo de 2017 al diario Clarín.
En esa entrevista, los dardos de Carrió apuntaron a los colaboradores de Arribas por el uso de la AFI para hacer espionaje político y operaciones. “Y en esas cosas trabaja también Cristian Ritondo”, se despachó Carrió. Ritondo entonces era el ministro de Seguridad de Vidal y actualmente integra la CBI. Ritondo estuvo en boca de todo el mundo en estas semanas después de que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado dijera que un abogado que trabajaba con Ritondo logró apartarla de la investigación sobre cómo un fiscal provincial –Claudio Scapolan– supuestamente articulaba con los narcos. Arroyo Salgado le apuntaba, entre otros, a Marcelo Rochetti, que actúa en otro expediente como letrado de Marcelo Villegas, el exministro de Trabajo bonaerense que se entusiasmaba con la conformación de una “Gestapo” para terminar con los sindicatos.
La pesquisa del Congreso
Este viernes, Moreau firmó dos oficios para pedir información sobre lo que denunció Carrió. Les preguntó al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, y a su par porteño, Marcelo D’Alessandro, si las fuerzas a su cargo le prestaron protección a la líder de la CC y cuándo.
En el Congreso manejan la información de que el juez Claudio Bonadio les asignó custodia de la Policía de la Ciudad a Carrió, Mariana Zuvic y Paula Oliveto. Eso fue después de que estallara el escándalo por el entramado dedicado al espionaje ilegal y a las operaciones judiciales que orbitaba alrededor de Marcelo D’Alessio. El juez Alejo Ramos Padilla empezó a investigar a fines de enero de 2019. El 7 de febrero de ese año, Carrió tuiteó que Ramos Padilla quería “ensuciar” al fiscal Carlos Stornelli y después se volcó a denunciar –con escuchas ilegales– que la investigación de Dolores era una maniobra para hacer caer la causa de los cuadernos. Las fechas dan para que Carrió haya tenido custodia de la PFA antes y que, a partir de febrero o marzo de 2019, haya contado con custodia de la Policía de la Ciudad.
La vinculación del Ministerio de Seguridad de Bullrich con el espionaje fue un capítulo abordado por la CBI: citaron a gendarmes –por la autopsia que justificó que la Justicia dijera que Alberto Nisman fue asesinado y por su vinculación con la AFI– y también a un técnico informático por la denuncia de que la cartera había adquirido un software espía llamado Guardián. En los tribunales, el nombre de Bullrich apareció como vinculado a D’Alessio, quien le mandaba información a su celular pero la exministra decía que, en realidad, se comunicaba con su nietito. Ella también encumbró a uno de sus hombres, Alan Ruiz, en la AFI. Cuando llegó Ruiz, se desataron las operaciones de espionaje político. Él fue el responsable, entre otras cosas, de espiar a Cristina Kirchner en el Instituto Patria. En Comodoro Py, este viernes los organismos de derechos humanos se plegaron al pedido de los abogados Myriam Bregman y Matías Aufieri para que la Cámara Federal reabra la investigación sobre el espionaje a la familia de Santiago Maldonado en la que los principales apuntados son hombres del riñón de Bullrich.