La Ley de Medicamentos Genéricos (Nº 25.649) se sancionó el 28 de agosto de 2002 con el fin de garantizar el derecho de los pacientes a elegir libremente la marca de sus medicamentos, y así posibilitar al acceso a los fármacos a un precio más razonable. A 20 años de su entrada en vigencia, ¿en qué medida se cumple la norma?.
La normativa indica que toda receta médica debe contener de forma obligatoria el nombre genérico de la droga del medicamento, aunque también permite que se incluya el nombre comercial y la marca. "La ley de genéricos no se cumple porque lo que se legisló como excepción se convirtió en cotidiano", dijo acerca de este punto la exdiputada Liliana Schwindt, quien condujo junto a la diputada Carolina Gaillard el plenario de las comisiones de Defensa al Consumidor y Salud que dio dictamen a una reforma de la ley que finalmente nunca llegó al recinto.
“Se plantea que la ley le da libertad al consumidor, porque este le puede decir al farmacéutico que le de el medicamento más económico, pero eso no sucede. En la realidad, el paciente consulta al médico y desconfía de lo que el especialista no le recomienda. En 2017 intentamos mejorar la norma modificándola, pero Cambiemos nunca permitió tratarlo en el recinto. Se ve que el lobby de la industria es muy fuerte”, añadió en diálogo con GO Noticias.
“Se direcciona al paciente a comprar a un laboratorio específico", sostuvo por su parte Gaillard. "Los laboratorios recompensan a quienes recetan sus marcas con premios, viajes a congresos, entre otros beneficios”, sumó.
Acuerdos comerciales entre prepagas y laboratorios
A esta situación se suman los acuerdos comerciales entre prepagas y laboratorios para favorecer la cobertura de determinadas marcas de medicamentos. “Las prepagas no están obligadas, pueden tener sus propios convenios con algunos laboratorios para realizar la cobertura e incluso pueden negarse a cubrir medicamentos si no están en un listado propio", explicó Rubén Sajem, director del Centro de Profesionales Farmacéuticos Argentinos.
"Entonces, se estarían haciendo descuentos únicamente en los medicamentos que son más caros. Eso es una falta de regulación del sistema”, completó.
Falta de campañas de información
Otro punto cuestionado en torno a la ley de génericos vigente, que se sancionó el 28 de agosto de 2002 y se promulgó parcialmente al mes siguiente, es la carencia de campañas de difusión e información para los pacientes sobre la efectividad de las múltiples opciones que hay en el mercado.
“No se invirtió en comunicar que hay una gran variedad de laboratorios que ofrecen marcas alternativas que son absolutamente iguales a las más conocidas: con el mismo efecto, calidad, seguridad, y eficacia garantizada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), agregó Sajem.
Preocupación por la falta de Rivotril
El ejemplo más reciente en cuanto a las consecuencias que genera la imposición de algunas marcas se dio en las últimas semanas ante el faltante de Rivotril, un ansiolítico elaborado por Roche, cuya droga genérica es el clonazepam. Según indicó el sector farmacéutico, la falta se debió a una cuestión administrativa, por el cambio de titularidad del producto, vendido a una empresa alemana representada en Argentina por Biopas.
Aunque hay al menos 11 marcas más de clonazepam (la droga genérica), cientos de usuarios en todo el país denunciaron por las redes sociales la complicación para conseguir Rivotril.
“Esto sirve de ejemplo de lo que pasa cuando el paciente tiene adherencia a una marca. Es una situación absolutamente ilógica que se considere el faltante de Rivotril como un problema. Los médicos deberían acostumbrarse a recetar sin poner marcas para que la gente no solo termine pagando de más, sino también para que dejen de preocuparse cuando una marca no se consigue”, consideró Sajem.
Incluso la Cámara de Farmacias Bonaerense (CAFABO) publicó un artículo que da cuenta de la dificultad que representa convencer a los usuarios de cambiae de marca, a pesar de que sean iguales e incluso más económicas.