La Fundación FIFA va camino a convertirse en un semillero de políticos derechistas. Mauricio Macri ya no está solo. Desde Colombia llega otro expresidente para reforzar su equipo, Iván Duque. Aunque la federación que lidera el suizo Gianni Infantino todavía no oficializó su designación, la junta directiva fortalecerá su perfil conservador. Nada nuevo en el fútbol mundial, cuya cúpula siempre pateó con la diestra. ¿Qué significa entonces que el deporte más popular y masivo engorde sus filas con mandatarios en franco declive? ¿La FIFA se transformó en un refugio de la derecha latinoamericana? Duque, como Macri, es aficionado al juego más permeado por los intereses del poder. Hincha de América de Cali, su afinidad con uno de los dirigentes de peor imagen negativa en la Argentina (67,3% de rechazos en la provincia de Buenos Aires, según la consultora Taquion) es muy notoria. Se visitaron cuando gobernaban y regalaron elogios mutuos. Hoy vuelven a estar juntos en un ambiente más distendido, territorio natural para no perder exposición y cierta influencia.
Hace cuatro años, en agosto de 2018, Macri pronunció aquellas palabras que lo elevaron al podio de estadista y orador ilustrado apenas llegó en visita oficial a Bogotá: “Queremos estar cada día más cerca del pueblo colombiano y encontrar más cosas en las cuales colaborar, como colaboraron Chicho Serna, Bermúdez y Córdoba en aquella serie histórica de Boca cuando me tocó ser presidente”. Duque acababa de asumir la presidencia en Colombia y su colega, en el afán de quedar bien, apeló a esa referencia futbolística trivial que causó vergüenza ajena.
Ahora los dos volverán a encontrarse en la Fundación FIFA con la solapada intención de Infantino de tenerlos como lobistas al servicio de su proyecto de continuidad. El suizo debería alejarse de la presidencia en 2023, pero si no se le computa el primer mandato – donde completó el que había iniciado Joseph Blatter – podría seguir en el cargo más allá.
La noticia de que Duque se sumará a la organización que recibe aportes multimillonarios para obras de beneficencia en el fútbol, la dio el periodista colombiano Carlos Antonio Vélez el viernes último: “El Expresidente Iván Duque será parte de la Junta Directiva de la Fundación FIFA. EI presidente de la misma, Mauricio Macri, y Gianni Infantino, están reuniendo un selecto grupo de personalidades para liderar la fundación. Duque es un gran aficionado al fútbol. ¡Le dieron en la vena!” tuiteó. La novedad fue comentada con elogios por la prensa de Colombia. Se recordó cuando el político creó el ministerio de Deporte, lo dotó del mayor presupuesto para el área en la historia del país y que durante su mandato se consiguió el récord de medallas olímpicas y paralímpicas (29 en total) en los Juegos de Tokio.
En ese rubro de la política deportiva, al menos superó con holgura a Macri. Durante el gobierno de Juntos por el Cambio la secretaría de Deporte fue degradada a Agencia Nacional y los fondos estatales aportados al sector disminuyeron. Sí crecieron los subsidios a exclusivos campos de golf o a la Asociación Argentina de Bridge -donde jugaba Franco Macri-, durante el paso por la gestión del ex futbolista Carlos Mac Allister.
Pese a semejantes antecedentes, la única que reconoció a Macri con un premio -el Living Football Award (Viviendo Fútbol)- fue la FIFA. El 30 de junio de 2020, en Zurich, su presidente Gianni Infantino colmó de elogios al ex mandatario argentino por “su aporte al fútbol y los valores del deporte”. En enero de ese año ya lo había elegido para presidir la fundación en la que hasta ahora sigue al frente.
La afinidad entre los dos políticos de derecha siempre estuvo decorada por lisonjas mutuas. Dijo Duque de su colega en junio de 2019 cuando le devolvió la visita a Buenos Aires: “El Presidente Mauricio Macri, por su filosofía de gobierno y sus políticas, claramente se ubica dentro de la categoría de los líderes pedagogos. Le agradezco, además, haber acompañado la demanda contra el dictador Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional”. Eran tiempos en que avanzaban codo a codo para desestabilizar al gobierno de Venezuela y respaldar al candidato prefabricado por Estados Unidos: “Para mí, la presencia de Juan Guaidó en la política venezolana ha sido una verdadera revolución”, decía Duque y su alter ego consentía.
La dupla se potenciará ahora desde la Fundación FIFA, donde no sería descabellado que aparezca en el futuro Jair Bolsonaro si pierde con Lula las elecciones de octubre en Brasil, como indican todas las encuestas. El presidente ultraderechista también es bastante futbolero. Hincha del Palmeiras pero no tanto -a juzgar por las veces que se puso las camisetas de otros equipos en la campaña electoral de 2018 que lo llevó al gobierno – sabe que el fútbol es un objeto preciado de manipulación política.
De Colombia llegan informaciones sobre el porvenir que le espera a su expresidente. Tendrá trabajo en universidades de EE.UU donde dará clases “sobre la transformación social”. Un target que se valora bien en Estados Unidos cuando se trata de exmandatarios que fueron permeables a las políticas de la Casa Blanca. El diario El Tiempo señaló que fue distinguido por el Wilson Center “un laboratorio de ideas ('think tank') con sede en Washington, donde investigará sobre desplazamientos de población, crisis climática y democracia”.
En clave humorística, el periodista y youtuber Daniel Samper Ospina –sobrino del expresidente Ernesto Samper- escribió una risueña semblanza del expresidente cuando se enteró que acompañaría a Macri: “Gran noticia el nombramiento de Duque en la Fundación de la FIFA: podrá enseñarles a hacer cabecitas y narrar goles con William Vinasco (se refiere a un relator famoso); ofrecerse para construir estadios en Providencia a 600 MM y hasta servir de mascota para próximos mundiales, como reemplazo de Naranjito (aquel del Mundial de España ’82)”.
A la convalidación académica de Duque en Estados Unidos le llega ahora el reconocimiento más pedestre que otorga la FIFA. Volverá a reunirse con Macri en la Fundación que tiene un presupuesto multimillonario. A los dos los une una coincidencia adicional más allá de la ideológica. El expresidente argentino invitó a Infantino a Buenos Aires para que disertara ante el G20 en diciembre de 2018. Duque lo condecoró con la Orden de Boyacá, en el grado de oficial, la máxima distinción del gobierno colombiano, el 18 de julio pasado. Favor con favor se paga. Política y fútbol revelan una vez más su relación promiscua.