Liliana le pidió que la acompañe. Iban a ornamentar el salón del club Racing para un encuentro escolar, por lo que Irina fue con su madre para ayudar a preparar todo. Tal vez para los demás chicos de General Ramírez se trató de un día más, jugando y correteando por ahí, pero la inquieta chiquita de nueve años que se escabulló para ver de dónde venían el bullicio, el chillar de las zapatillas en el piso y el sonido de la diversión se encontró con una imagen que la cautivó.
El grupo estaba dándole con sus paletas a una fugaz pelotita de cara al frontón. Preguntó y le dijeron que no era 'un deporte de nenas', pero insistió hasta que la llevaron a jugar. A dos décadas de aquella inolvidable imagen, habiendo recorrido torneos provinciales, nacionales y mundiales, Irina Podversich se detiene a repasar la historia de una tenaz deportista decidida a terminar con las barreras machistas en la disciplina: “El profe pensó que iba a ir a dos clases y dejaría... pero 20 años después acá estoy”, dice.
Se instaló el fin de semana en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD) y tras uno de sus entrenamientos dialogó con Líbero. Ha corrido mucha agua bajo el puente pero la frescura que irradiaba aquella obstinada niñita sigue estando allí. Tal vez porque aún le quedan puertas por abrir en el mundillo de la Pelota Vasca o 'Pelota Paleta', como históricamente se le ha conocido en Argentina a la más popular de sus modalidades.
"No hace mucho tiempo atrás me pasó que le gané el partido a un hombre, que luego no jugó más porque lo 'gastaron' mucho sus amigos", contó la entrerriana de 29 años que integra los seleccionados argentinos desde el 2007. Si bien la práctica mixta del deporte ha ido creciendo en el país y son varias las representantes de primer nivel que han dejado una huella, la determinación desde muy chica ha marcado a Irina como un testimonio emblemático.
"Fui la primera mujer de General Ramírez en jugar", remarcó de aquellos tiempos en que las delegaciones con una docena de varones, más ella, se bajaban del transporte y levantaban un murmullo en el ambiente. "Recuerdo una situación en la que un papá le preguntaba a un chico cómo una mujer le estaba ganando. Y eso va a pasar... Las mujeres les vamos a ganar y los hombres nos van a ganar otras veces", naturalizó.
No fue hasta el año 2021 que la Confederación Argentina de Pelota Paleta les brindó el primer torneo nacional femenino. "Era una asignatura pendiente", señaló el presidente de la entidad, Pablo Lambardi, ante la consulta de Líbero, agregando que "las mujeres vienen forjando su lugar y es conmovedor en un ámbito donde el hombre es referente". En el encuentro celebrado en Macachín, La Pampa, con más de 50 participantes de 13 delegaciones del país, por ejemplo, una pionera como María Lis García Calderón fue campeona apenas unos meses después de ser madre, representando a la Federación Metropolitana junto a Lucía Lumini de 18 años y Sabrina Andrade.
Por estos días son más de 1.300 mujeres que practican el deporte en clubes federados del país, y se espera continuar el contagio con la incorporación en los Juegos Evita de al menos una mujer en cancha dentro de los partidos Sub14. ¿Por qué tardó en Argentina un torneo nacional exclusivo de mujeres? "Porque no estaba la intención política de la confederación. El año pasado se hizo el Nacional de Mujeres y se cambió el chip con la decisión política", significó Irina sobre esta particularidad.
Así ganan terreno las damas en un deporte que ha sido desde fines del Siglo XIX un estandarte social vinculado al hombre. Desde los históricos nombres del vasco Gabriel Martiren y su invención de utilizar un hueso de vaca para golpear la pelota pasando por los profesionales como el espectacular Néstor Delguy, el multicampeón Jorge Utge o 'el Maradona de la pelota' Eduardo Ross, por mencionar algunos; hasta la figura de los frontones como el de Av. Córdoba 1130 (hoy sede de ANSES) para reuniones políticas multitudinarias.
Objetivo mundial y panamericano
El trabajo remoto le otorga libertades para el entrenamiento a quien se ha titulado como farmacéutica en Rosario, Santa Fe, su ciudad de residencia. No se decantó por la medicina pero los vínculos con las ciencias de la salud son su otra pasión. Más desde que le diagnosticaron diabetes a los 14 años, una semana antes de viajar a su primer mundial de pelota.
Desde ese momento es insulinodependiente pero -como era de esperar- convenció a Liliana y Néstor, sus padres, de viajar de todas maneras a Valdepeñas y comenzar una gira que no se detuvo más. Ahora el foco está en el Mundial 2022, a fines de octubre en Biarritz, Francia, y el Panamericano de 2023. Con estos objetivos renueva esfuerzos para la temporada, inspirada en una figura deportiva particular de Argentina: "Quien me hace pensar que todo se puede hacer es Paula Pareto. Es médica, labura, estudia todo el tiempo y entrena. No entiendo cómo hace todo pero estoy tranquila cuando veo que otra persona lo hace", concluyó la entrerriana al hablar de la judoca con la que se ha cruzado en el CENARD pero nunca llegó a charlar.
Los trinquetes se vuelven a poblar y las generaciones nuevas acompañan el movimiento femenino. No se necesita más que las gafas protectoras y una paleta para comenzar. Las de madera prensada tienen un costo promedio de 7.500 pesos y el doble llegan a valer las de carbono, en tanto que la pelota de caucho llena de gas se consigue en cualquiera de los tantos clubes que mantienen el frontón activo.
Representantes nunca faltan, como el sanluiseño Alfredo Villegas o el porteño Facundo Andreasen, y los talentos de exportación como los hermanos Román y Agustín Maldonado en el País Vasco, o Pablo Fusto siendo el #1 en la especialidad de Pala Larga. Además, con la introducción de pintura en las canchas, con colores llamativos y agradables para el espectáculo televisivo, se busca la llegada a la popularidad rompiendo paradigmas. ¿Será el despertar de un gigante argentino?