Boca puso en carrera a todos. Bajó al puntero y acercó al pelotón, incluidos los que lamentaban el sábado el empate que teóricamente los alejaba de la punta. Boca puso en carrera a todos, pero ¿quién puso en carrera a Boca?

¿Fue el árbitro Espinoza? ¿Fueron los responsables del VAR? ¿ Fue sólo el pibe Langoni, autor de los goles? ¿Fue el Negro Ibarra que llenó la cancha de delanteros con la esperanza de un centro salvador ante un rival abroquelado? ¿Fue Pusineri que mandó al equipo a la retranca y llenó las cercanías de Lampe? 

¿Fue que los jugadores levantaron el rendimiento futbolístico como consecuencia del amor propio herido frente a las críticas en catarata? ¿Fue Rossi que atajó una pelota muy difícil en el final del partido? ¿Fueron Villa y Advíncula que jugaron muy bien?

Hay una mezcla de todas estas razones, aunque cada una se empieza a relativizar si se entiende lo imprevisible que es el fútbol, y lo contradictorio que pueden resultar las circunstancias del juego y los cristales con que se las mira. Para algunos fue penalazo de Zambrano en el final; para otros no quiso meter el codazo a Maestro Puch, y para otros pegó el codazo cuando la pelota no estaba en juego y por lo tanto no era penal, pero si expulsión. 

Y lo mismo con el trazado oblicuo de las rayas en la posición de Villa en el primer gol de Boca. Atlético Tucumán tiene razones para sentirse perjudicado, como las tuvo Boca más de una vez en este torneo. Lo que sigue perjudicando al fútbol es el maldito VAR cada vez más oscuro aunque se suponía que traería transparencia.

Fue raro que Ibarra pusiera a Benedetto y Vázquez juntos (en la primera jugada se chocaron burdamente; en la segunda se juntaron y casi es gol), y que Langoni (mide 1m 72) hiciera un gol de cabeza estando los otros dos.

Es raro que Boca y River ahora tengan la misma cantidad de puntos y se diga que Boca está para pelear el campeonato, cuando ayer nomás se decía que estaba para hundirse en el Riachuelo.

Todo es raro pero no tanto si se entiende que es fútbol, fútbol argentino. Y no todo tiene explicación.