El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo que Brasil está destruido y prometió reconstruirlo al igual que en 2003, mientras que el actual presidente Jair Bolsonaro eligió atacar a su principal rival para las elecciones del dos de octubre al acusarlo de comandar el gobierno más corrupto de la historia.
En el primer debate de campaña realizado en los estudios del canal de televisión Bandeirantes, los temas que generaron los debates más encendidos fueron la corrupción, la injerencia en la justicia, la respuesta del gobierno a la pandemia de coronavirus y el hambre. En ese sentido, Bolsonaro volvió a negar que existen 33 millones de personas con hambre en el país y manipuló datos para indicar que el plan social actual es mayor que el que pagaban los gobiernos del PT. Lula, por su parte, manifestó que bajo su mandato los pobres "volverán a ser respetados" y aseguró: "Este país se puede arreglar. Ya lo hice una vez".
Del debate, que se llevó a cabo en el estudio de Bandeirantes en San Pablo, también participaron los candidatos Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT); Soraya Thronicke, del partido Unión Brasil del exjuez Sergio Moro; Felipe D'Avila, del libertario Partido Novo; y Simone Tebet, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB) del expresidente Michel Temer.
Injerencia en la justicia y corrupción
Al tomar la palabra, Tebet dijo que Bolsonaro ataca la democracia y no respeta la libertad de prensa ni la división de poderes. El mandatario planteó que elige a sus ministros "en base a criterios técnicos" y aseguró que la justicia interfiere sobre su mandato presidencial. Bolsonaro criticó la decisión del juez de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, quien a pedido de la policía federal autorizó una investigación a empresarios sospechosos de compartir mensajes golpistas en sus redes sociales privadas.
En el primer choque directo entre los principales candidatos a la presidencia Bolsonaro preguntó, ante una leve sonrisa dibujada en el rostro de Lula, si el PT quería volver al poder para continuar con la corrupción en Petrobras. "Tenía que ser él quien me preguntara y yo sabía que esa pregunta iba a venir", respondió Lula, quien citó varias medidas anticorrupción y de transparencia dictadas durante su gobierno.
"La gente necesita saber que las mentiras no valen la pena en la televisión", aseguró el exlíder metalúrgico. Bolsonaro dijo que el gobierno de Lula se hizo "sobre la base del robo" y que "su gobierno fue el más corrupto en la historia de Brasil".
El exmandatario contraatacó asegurando que su gobierno fue el que generó mayor cantidad de empleos, inversión en educación y ganancias para Petrobras. "El país que dejé es un país que la gente extraña", dijo Lula acusando a Bolsonaro de "destruir el país" e "inventar números".
Hambre
A continuación, Gomes eligió a Bolsonaro para cuestionarlo sobre las declaraciones del viernes pasado en las que el jefe del Ejecutivo negó la existencia del hambre en el país. "Usted tiene una piedra en ese corazón", le disparó el candidato del PDT. Fiel a su estilo Bolsonaro le respondió: "Cada uno interpreta la información como le parece".
El mandatario sostuvo que la inflación en Brasil es una de las mas bajas del mundo y se está generando nuevo empleo. "Nuestro PBI está creciendo. Hicimos un milagro durante la pandemia", justificó. Sin embargo, Bolsonaro ignoró que Brasil se mantiene, según un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación en el Desarrollo Económico), en la cima del ranking de países con las tasas de inflación más altas entre las principales economías mundiales.
"Mi gobierno se ocupa de los más necesitados", sostuvo Bolsonaro, quien admitió que "algunos pasan hambre" aunque el programa Auxilio Brasil paga más que suficiente para que los más pobres salgan de la línea de pobreza. El El líder de ultraderecha volvió a equivocarse al asegurar que su gobierno aprobó la primera partida del programa de ayuda social, sustituto del exitoso plan Bolsa Familia implementado por Lula, en el Congreso con el voto en contra del PT.
Coronavirus y educación
En relación a la educación, Lula lamentó que no existan indicadores y el desempeño sea muy bajo en todos los niveles. "Lo primero que voy a hacer es convocar a una reunión con todos los gobernadores y alcaldes para hacer una verdadera guerra contra el retraso en educación. Yo dupliqué el presupuesto en educación y sé que necesito mejorarla".
Tebet, candidata presidencial por el MDB, se convirtió en una de las principales críticas a Bolsonaro durante el debate. "Yo no vi al presidente de la República subirse a su moto y entrar a un hospital a abrazar a una madre", dijo al recordar su participación en la comisión parlamentaria que investigó, entre otros temas, las sospechas de corrupción en la compra de vacunas. Brasil es el segundo país con más muertes, reuniendo a 683 mil fallecidos por covid-19.
Misoginia
En uno de los momentos más tensos de la noche, Bolsonaro atacó a la periodista de TV Cultura Vera Magalhaes, quien también lo cuestionó sobre la campaña de vacunación. "Creo que te vas a dormir pensando en mí, no puedes tomar partido en un debate como este. Eres una vergüenza para el periodismo", dijo un descentrado Bolsonaro.
Tebet salió en defensa de la periodista y acusó al presidente de misógino. Bolsonaro luego apuntó sus cañones a Tebet. "Ustedes son una vergüenza para el Senado, no vengan con esa historia de que ataco a las mujeres para victimizarse".
Durante el debate de los candidatos, el exministro de Ambiente Ricardo Salles se enfrentó a empujones con el diputado lulista André Janones en las bambalinas de la transmisión televisiva. Activistas del PT realizaron una especie de carnaval callejero frente al estudio de TV Bandeirantes en San Pablo. Decenas de ellos, con las banderas de Lula y el diputado Geraldo Alckmin.
En 2018, cuando ganó las elecciones, Bolsonaro participó solo en los dos primeros debates presidenciales. Faltando un mes para la primera vuelta, fue apuñalado durante un acto de campaña y tras pasar por una cirugía, no volvió a debatir. Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, lidera la carrera electoral con 47 por ciento de la intención de voto contra 32 por ciento de Bolsonaro, según una encuesta del Instituto Datafolha publicada el 18 de agosto. Otros sondeos también ubican a Lula en la delantera, aunque con una ventaja menor.