Al menos 12 manifestantes murieron este lunes en Bagdad, donde también se oyeron disparos de obuses y armas automáticas, después de que el líder chiita Moqtada Sadr anunciara por sorpresa su "retiro definitivo" de la política en Irak. El país, uno de los mayores productores de petróleo del mundo, está inmerso en una crisis política desde las legislativas de octubre de 2021. La situación en la capital empeoró el lunes cuando cientos de partidarios de Sadr invadieron el palacio presidencial. Los manifestantes ocuparon oficinas, sentados en sillones o sacándose selfis, y las fuerzas de seguridad reprimieron con gases lacrimógenos y disparos.
Luego de más de diez meses de parálisis política en el país árabe por la incapacidad del fragmentado Parlamento de elegir a un nuevo presidente y formar gobierno, la situación parece alcanzar un punto de no retorno tras el anuncio de Sadr. "Había decidido no intervenir en los asuntos políticos, pero ahora anuncio mi retiro definitivo y el cierre de todas las instituciones" del Bloque Sadrista, dijo en un comunicado Sadr, quien viene condicionando la política del país desde principios de siglo e instigó dos recientes asaltos al Parlamento en julio.
El Bloque Sadrista, con 73 de los 329 escaños de la Cámara, fue el vencedor de las elecciones de 2021, pero el boicot a las propuestas de Sadr provocó que el clérigo hiciera dimitir a todos sus diputados en junio. Sadr es un crítico de la influencia extranjera en Irak y durante mucho tiempo ha buscado frenar la influencia de las milicias respaldadas por Irán en el país.
Toque de queda en todo el país
El anuncio de Sadr provocó que sus partidarios, que llevan acampados a las puertas del Parlamento desde hace cuatro semanas en protesta por la parálisis, irrumpieran en el palacio presidencial y el del gobierno, algo que obligó al Ejecutivo a suspender su trabajo. Imágenes difundidas por los canales de televisión locales mostraron a la multitud saltando la valla del palacio presidencial y dándose un chapuzón en la piscina para hacer más llevadera la protesta en medio de los 46 grados centígrados que azotaron este lunes a Bagdad, y en un acto que recuerda al de Sri Lanka un mes atrás.
Frente a esta situación las autoridades iraquíes declararon un toque de queda en Bagdad que entró en vigor a las 15:30 hora local, aunque eso no disuadió a los manifestantes. Otro toque de queda, esta vez en todo el país, fue declarado posteriormente ante la escalada de la violencia en las protestas, que se esparcieron por otras localidades de Irak, especialmente en las provincias del sur, el principal bastión de Sadr.
Violencia y muertos
En anteriores manifestaciones y durante la toma del Parlamento, Sadr pidió a sus seguidores que no llevaran armas, pero la falta de una autoridad durante la jornada del lunes supuso un desfile de armamento en las calles de Bagdad y en especial en la fortificada Zona Verde. Como resultado, al menos doce partidarios de Sadr murieron por disparos y otros 270 resultaron heridos de acuerdo a fuentes médicas. Algunos de los heridos recibieron disparos y otros inhalaron gases lacrimógenos.
Varios testigos hablaron de tiroteos entre los sadristas y los partidarios del Marco de Coordinación, un grupo político pro-iraní enfrentado a los partidarios de Sadr. Además una fuente de seguridad denunció que al menos siete obuses de mortero cayeron el lunes por la noche en la Zona Verde de Bagdad. La fuente, que no quiso identificarse, no pudo proporcionar información sobre posibles víctimas ni sobre qué grupo o facción habría sido responsable de esos disparos. Poco después se escucharon disparos en este barrio del centro de la capital.
Sadr inició este lunes una huelga de hambre para exigir el cese de la violencia. "Su Eminencia anuncia una huelga de hambre hasta que cese la violencia y el uso de las armas. Porque echar a los corruptos no da a nadie, sea quien sea, una justificación para el uso de la violencia", dijo en un breve comunicado en su página de Facebook uno de los líderes del Bloque Sadrista, Hasan Azari.
El líder chiita nacido en 1974 nunca gobernó el país. Luego de la invasión de Irak, liderada por Estados Unidos en marzo de 2003, tuvo un ascenso político meteórico gracias a la creación del llamado Ejército de al-Mahdi, una milicia de resistencia contra el ocupante.
Reacciones de la ONU y Estados Unidos
En los últimos meses Irak ha sido escenario de una gran escalada de violencia y crispación política, pero los hechos del lunes agitan los fantasmas del inicio de una nueva guerra civil. Ante el caos desatado el presidente iraquí Barham Salih se reunió con el primer ministro en funciones, Mustafa al Kazemi, y con los dirigentes del Parlamento y del poder judicial para abordar la situación.
Por su parte, la misión de Naciones Unidas en Irak calificó la actual escalada de "extremadamente peligrosa" e instó a los manifestantes a "cooperar con las fuerzas e seguridad y evitar acciones que puedan desencadenar una cadena de acontecimientos imparable", según un comunicado.
En tanto Estados Unidos, que invadió Irak en 2003 bajo la excusa de buscar armas de destrucción masiva, hizo este lunes un llamado al diálogo. "Es preocupante que no se permita funcionar a las instituciones iraquíes. Esto ha aumentado el riesgo de violencia. La seguridad, la estabilidad y la soberanía no deben ponerse en peligro", expresó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.