Las manifestaciones de este fin de semana a la casa de la vicepresidenta Cristina Kirchner dejaron una serie de repercusiones, entre ellas, la discusión en torno al vallado perimetral que se estableció en las calles aledañas, la represión a funcionarios y legisladores con fuero. Pero también una postal, una imágen captada por el fotógrafo Sebastián Miquel donde se ve a una señora, Carmen Miño, referente de la cooperativa Madres de Fiorito, parada mirando hacia la casa de la exmandataria y con la Policía de la Ciudad agazapada a sus espaldas.

La foto trascendió su gran repercusión inicial en las redes sociales y este lunes, cuando los organismos de Derechos Humanos se acercaron al Senado para una reunión con la vicepresidenta, la agrupación H.I.J.O.S. decidió regalarle un portarretrato con aquella imagen a la expresidenta. Kirchner no dudó en dar su opinión. “Gracias Sebastián. La Verdad… un fotón”, comentó.

Miño contó en La Mañana de Víctor Hugo por AM750 que lejos de haber ido a la manifestación por “el chori”, como señalaron algunos medios de comunicación, fue a “defender la democracia y aguantar a Cristina en su labor como ciudadana”.

“Eso estaba haciendo. Ese cartel que tengo en la mano es el que tengo en la puerta de mi casa todos los días. Es un cartel propio. En ese momento estaba esperando poder ver a mi jefa, a Cristina, para que vea que estaba haciéndole el aguante como hace doce años”, añadió la mujer.

Miño no se dio cuenta en ningún momento que le estaban sacando una foto. “Solo miraba para el lugar de Cristina”, explica. Y la imagen le llegó días más tarde, a través de una compañera de la cooperativa. “No me di cuenta de la foto. En el momento, cuando sacan las rejas, voy, para acercarme más. Pero cuando empezaron a reprimir quise salir del espacio y no me lo permitieron”, agregó.

En este sentido, criticó el operativo de seguridad montado por la Ciudad: “Me quedé esperando que ella por ahí salga a saludarnos o a decirle algo a la policía. Estuve esperándola. Yo vi familias, niños, bebés, no sé qué armas pueden llevar esos. Ellos fueron a mostrarle a Cristina su amor. Larreta se quiere parecer a Macri".

Además, comentó que a nivel personal vivió un “quiebre” durante la “era Macri”: “Me quebré en la era Macri, cuando la gente venía y te contaba que no tenía para comer. La gente venía a pedir platos de comida con vergüenza. Eso que hacemos es una ayuda, no hay por qué tener vergüenza. A los chicos del merendero se les explica eso”.

“Un contraste absoluto de fuerzas”

Por su lado, el fotógrafo Miquel describió la foto como “un contraste absoluto de fuerzas”. “Ella era el Eros y Tánatos, la Policía”, señaló. Consultado por Página/12, aseguró que fue una cobertura fue bastante compleja. “La situación se tensó aún más cuando la Policía porteña sacó las vallas y empezaron las corridas", comentó. Fue en ese momento cuando Carmen se quedó firme frente a la caravana de agentes armados que dispuso el operativo del Ejecutivo porteño.

"En el medio del caos estaba ahí, ella, solita. Era una estaca, no se movía", añade el fotógrafo que retrató a Milagro Sala y la organización social Túpac Amaru para la muestra Abya Yala, Hijos de la Tierra. "Seguramente Carmen va a estar contenta de que Cristina tiene ahora una foto suya", comentó el reportero gráfico.