Al menos un muerto y 11 heridos se registraron este lunes en la ciudad de Petit Goaveen, al oeste de Haití, durante las protestas por la escasez de combustibles y su impacto en el alto costo de vida. Se trata de una de las regiones de la isla más afectadas por el terremoto del 2010 y, según consignan los medios locales, hay dos heridos de bala. La víctima mortal, de acuerdo a estas crónicas, se habría ahogado por los gases lacrimógenos que emplearon los agentes policiales para dispersar a los manifestantes.
En medio de una escalada de violencia y el auge de los grupos armados, los manifestantes ponen en la mira los altos niveles de desaprobación del primer ministro Ariel Henry, quien hace un año está a cargo del país luego del magnicidio del presidente Jovenel Moise.
El presidente del Senado, Joseph Lambert, lamentó la semana pasada la muerte de cinco jóvenes en manifestaciones en la ciudad de Jakmél. "Cinco jóvenes que protestaban pacíficamente en la ciudad de Jakmèl contra el hambre, la pobreza, la inseguridad y el mal gobierno fueron baleados por la policía el martes 23. Condolencias para ellos y sus familias. Nos solidarizamos con la población en la lucha", escribió.
Más del 80% de la población haitiana no tiene asegurado el acceso a alimentos y el 47,2% tiene malnutrición, señaló el último informe de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
La crisis y la violencia han llevado a que decenas de miles de personas quieran emigrar del país. Más de 900 personas han muerto por enfrentamientos entre pandillas en Haití en 2022, señaló la Oficina ONU para los Derechos Humanos.
Otros enfrentamientos recientes
El 22 de abril, un agente de la policía haitiana que circulaba en una moto “fue capturado y luego decapitado, y sus restos fueron carbonizados" por parte de los miembros de la pandilla Chen Mechan, quienes lo acusaban de ser un informante de la pandilla 400 Mawozo, informó la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos.
Dos días después, miembros de 400 Mawozo iniciaron una serie de ataques contra ciudadanos haitianos que eran sacados de sus casas a la fuerza para luego prenderlos fuego. Al menos 48 personas fueron asesinadas el 24 de abril, entre ellas 17 mujeres jóvenes que se encontraban en un motel.
Según el documento, las víctimas fueron asesinadas a tiros, apuñaladas, decapitadas y hasta quemadas vivas. Las imágenes de los cuerpos brutalmente asesinados fueron publicadas en redes sociales con el objetivo de mantener el terror entre la población haitiana.
Unidades especializadas de la Policía Nacional de Haití junto con militares de las Fuerzas Armadas intervinieron en zonas de conflicto, pero “poco después de su partida, los enfrentamientos se reanudaron con más violencia”.
La organización denuncia que “las sucesivas autoridades estatales han elegido la ‘gangsterización’ del estado como nueva forma de gobierno”. "Proporcionan armas y municiones a bandas armadas, practican y promover el contrabando para facilitar el ingreso al territorio nacional envíos ilegales, el 76% de los cuales pasan por el puerto de Puerto Príncipe”, señalaron los investigadores.
Cifras de la ONU
Los enfrentamientos entre bandas armadas en la capital haitiana dejaron al menos 188 muertos, 120 heridos y 12 desaparecidos entre abril y mayo, informó el lunes la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH).
“Armados con rifles de asalto, pero también con machetes y latas de gasolina, las bandas no perdonaron a nadie. Mujeres y niños de hasta un año de edad fueron ejecutados en sus hogares y sus cuerpos fueron calcinados. Jóvenes adolescentes, acusados de espiar para el bando contrario, fueron ejecutados en lugares públicos. La violación de mujeres y niñas, algunas menores de 10 años, se ha utilizado como arma para aterrorizar”, denuncia el organismo.
Del total de asesinatos que se registraron entre el 24 de abril y el 16 de mayo, 94 eran civiles, mientras que 96 formaban parte de las bandas que disputan el territorio. La oficina de la ONU informó que cerca de 16 mil personas fueron víctimas de desplazamiento forzado, obligadas a huir de sus hogares para refugiarse.
Por último, el organismo señala que “si bien la policía haitiana realizó operaciones rápidamente”, la justicia haitiana “ha tardado" en tomar medidas para detener a los perpetradores y hay una "fuerte posibilidad de que estos crímenes queden impunes”.