En el año de mayor retroceso en materia de derechos humanos de los últimos diez, Teatro X la Identidad, la expresión cultural de Abuelas de Plaza de Mayo, se enfrenta a un desafío profundo: el de seguir construyendo, difundiendo, y pidiendo Verdad, pese al contexto. ¿Cómo pararse frente a eso? La respuesta de los organizadores sorprende: “del mismo modo que siempre”. Lo explica Cristina Fridman, miembro de la asociación civil, a PáginaI12: “Obviamente analizamos la realidad política y tenemos una postura, pero no dependemos de eso. Nuestro objetivo es el mismo que hace diecisiete años cuando empezamos y nadie nos daba pelota ni nos hacía una nota y va a ser el mismo hasta que pasemos la posta: el de encontrar a todos los nietos. Por eso puede angustiarnos o enojarnos el contexto, obligarnos a redoblar apuestas, o hacernos pensar un poco más. Pero de ahí no nos movemos. Para nosotros es otro ciclo igual”, asegura sobre el que comienza hoy y se verá los lunes de julio y agosto a las 20 en el Multiteatro, Av. Corrientes 1283.
Esa convicción y ese claro objetivo son todo en la vida de TXI: la causa de su nacimiento, en el 2000, cuando las Abuelas se acercaron al equipo pidiendo que continúen desde el escenario la búsqueda que ellas hacían desde abajo, y también la de cada cambio que tuvo el ciclo, que empezó con una obra de temática directa sobre la apropiación de bebes durante la última dictadura cívico militar, y se fue transformando hasta llegar a lo que es hoy, un espectáculo de distintas temáticas, aunque siempre hablando de alguna u otra forma de la identidad.
Claro que el contexto existe, de todos modos, y los que concretan el proyecto lo notan. De hecho, cada año la organización prepara una carta para leer en el escenario, y la de este año tiene mucho de lo actual (ver aparte). “Cada golpe que sucede contra los derechos humanos es un golpe que sentimos a nivel anímico, más allá de que tengamos muy en claro el objetivo que nos hace seguir. Entendemos que la aparición tiene que ser ya, porque las abuelas se van sin conocer a sus nietos, muchos de los cuales ahora tienen hijos, así que hay bisnietos. Ya hay dos generaciones que no conocen su identidad, no queremos que sean tres”, dice Eugenia Levin, también de TXI.Y Fridman agrega: “La política negacionista de algunos funcionarios es preocupante y dolorosa e implica también negar el futuro, porque sin historia no hay nada por delante”.
Pero siguen. Y entonces para este espectáculo convocaron a doce actores que interpretarán monólogos escritos especialmente por célebres autores, dirigidos por otros doce directores de la escena porteña. “Lo hacemos para que la memoria siga viva, porque somos la voz de las Abuelas en el ámbito cultural. TXI ya es un lugar de referencia dentro del teatro y por eso tenemos la responsabilidad de seguir. Tenemos la certeza de que hasta que se completen las 400 historias familiares que faltan todos vamos a tener lesionada nuestra identidad. Por eso un nuevo ciclo. Y así vamos a seguir”, resume Levin.
Aquello de “referencia teatral” pareciera ser cierto, al menos en la opinión de quienes mantienen viva la cartelera porteña con sus producciones. Una de ellas es Paula Marull, joven y talentosa directora de la escena, para quien TxI es “un ritual”. “Es la primera que formo parte del ciclo, pero lo he visto antes y siempre me pareció que además de un hecho teatral hay una connotación social que tiene una fuerza única”, cuenta la teatrista, que dentro del espectáculo dirigirá uno de los únicos dos monólogos de temática directa, escrito por la autora Roxana Aramburú y protagonizado por la joven Agustina Cabo, de dieciséis años. “El público es el mismo y a la vez es diferente, porque va a ver algo más que una obra”, sostiene, “feliz de poder ayudar desde el teatro”, lo que más le gusta hacer.
También para Martín Slipak es un faro TXI, sólo que para no lo considera una referencia únicamente teatral sino hasta de vida. La primera vez que participó en el ciclo tenía 12 años, durante el primer espectáculo de la historia de la organización, que fue A propósito de la duda, de Patricia Zangaro. Desde entonces nunca se desvinculó de “la pata artística de Abuelas”, que lo vio crecer y desarrollarse en su carrera profesional. “Todavía recuerdo esa sensación que invadía la sala, que era la de la necesidad del público de ver una obra así. Eso es lo que siempre me quedó: que además de nosotros y las Abuelas, el público necesitaba TxI”, cuenta el actor, que celebra que de a poco el ciclo fuera despegándose del hecho de hacer sólo obras de temática directa y adoptara “distintos lenguajes teatrales”, para llegar a más público. Este año, Slipak será dirigido por Lorena Vega en un monólogo de Alejandro Lifschitz en el que tendrá que hacer de alguien “idéntico” a él: un actor.
Esa palabra –Idéntico– no es casual: así se llama el espectáculo que presenta la asociación desde hace cinco años, cuando se mutó al formato actual, el de micromonólogos. “Idénticos en el sentido de que cada actor es igual al otro, solo con su texto. Acompañado por otros en eso, es decir, idénticamente solos. El actor y su identidad; él y su personaje, iguales”, explica Fridman sobre el nombre, aunque entiende que “es una palabra que tendrá para cada uno una significación”. “También idénticos los de arriba del escenario y los de abajo, el público, en el sentido de que a todos nos hablan por igual esos textos, porque tienen que ver con nuestra identidad”, suma Levin.
En el espectáculo, de todos modos, no sólo hay actores sobre el escenario sino también invitados especiales de la cultura y el teatro, músicos en vivo y, lo más importante, abuelas y nietos recuperados en cada función. Este año, entre quienes presentarán cada noche al espectáculo y leerán la carta de bienvenida estarán Daddy Brieva, Lidia Borda, Malena Dalessio, Daniel Fanego, Luis Machín, Miguel Ángel Rodríguez y Julia Zenko, y entre los músicos y bandas participantes estarán Cuatro Vientos, Babel Orquesta, Esteban Morgado y La Chicana, la mayoría de los cuales ya han participado en alguna instancia de Teatro X la Identidad.
“Además de la fuerza del público, lo fuerte que tiene TxI es saber que hay diez colegas atrás de uno mirándolo y acompañándolo en esos tres o cuatro minutos de soledad. Colegas que uno respeta, admira y quiere, y que fueron dirigidos por directores con los que pasa igual”, afirma Slipak, que en escena estará acompañado por Melina Petriella, María José Gabin, Juan Palomino, Mario Alarcón, Paola Barrientos, Luis Ziembrovsky, Mauricio Dayub, Lorena Vega, Eugenia Guerty y Gimena Riestra, todos artistas de primer nivel.
Entre los directores de este año están Nayla Posse, Ignacio Apolo, Sofía Palomino, Arturo Bonín, Monina Bonelli, María Onetto, Mauricio Kartun, Luis De Almeida, Pablo D’Elia y Daniel Veronese (director general del espectáculo), además de las mencionadas, y entre los dramaturgos Nelson Mallach, Pablo Iglesias, Gabriel Cosoy, Patricio Abadi, Mariano Saba, Rocío Villegas y Ezequiel Varela, además de Lifschitz y Kartun, que hizo la selección general de textos.
Como desde hace unos años, también, el humor será un gran protagonista de cada jornada de lunes y estará presente en varios de los micromonólogos. “Es algo que nos pidieron mucho las Abuelas, que el humor esté muy presente. Fueron ellas las primeras en decirnos que a través del humor se pueden expresar otras cosas y llegar a más gente, y que tragedia ya habíamos tenido suficiente en nuestra historia”, cuenta Fridman, que señala que “al comienzo fue inevitable que así fuera porque la realidad era muy terrible. Ellas estaban muy sola, no había políticas de Estado que las acompañaran, no había juicios. Después se fue armando un vínculo entre la memoria y la sociedad y ahí pudimos empezar a reírnos de algunas cosas y de tratar temas de otra forma”.
¿Por qué Teatro X la Identidad perdura tantos años mientras que otras experiencias culturales por la memoria más o menos exitosas –televisión, música y danza x la Identidad– parecieran ser experiencias que comienzan y terminan? Fridman y Marull arriesgan una respuesta: “Creo que tiene que ver con el espíritu mismo del teatro independiente que todos nosotros tenemos. Con ese hacer y esa energía y esa autogestión que son imparables”, dice la primera. Y la actriz completa: “También con que el teatro es un encuentro, más que las otras artes, de modo que uno comulga con otros en el aquí y ahora, y eso es algo muy fuerte”.
Además de las cientas de funciones que lleva a cuestas la asociación con todos sus espectáculos, varios son los nietos que se acercaron a corroborar la eficacia de la lucha por la restitución. “Hay un caso muy concreto de un nieto que vio TxI y luego se reencontró con su familia, pero en general todos con los que hablamos nos cuentan que alguna vez habían visto alguna obra o espectáculo del ciclo y que eso tocó alguna fibra interna y despertó en ellos, o en quienes los acompañaban, la duda sobre la identidad. Instalamos un tema. Eso muy fuerte”, desliza Levin, histórica de la comisión directiva junto a Fridman y los teatristas Raquel Albéniz, Mathias Carnaghi, Susana Cart, Amancay Espíndola, Patricia Ianigro, Julieta Rivera López, Luis Rivera López, Mónica Scandizzo, Mauro Simone y Andrea Marina Villamayor.
Pero esos logros concretos no quitan el foco del porqué del ciclo: “A nosotros no nos gusta que tenga que existir Teatro X la Identidad. Es más, lamentablemente existe, porque eso significa que ocurrió aquella tragedia. Para nosotros hubiera sido mucho más feliz ser un colectivo teatral de otras características y que nunca hubiera ocurrido la dictadura”, asegura Fridman, que reitera más de una vez que TXI es una asociación “apartidaria”. “Pero pasó, y por eso denunciamos lo que tenemos que denunciar, como hacen los organismos, y no vamos a dejar de hacerlo hasta encontrar al último nieto, hasta abrazarnos todos juntos”, agrega.
Desde ya, tampoco nublan esos logros los principios del ciclo: “Todas las funciones de todos los espectáculos son gratuitas y ad honorem. Los que formamos parte de Teatro X la Identidad lo hacemos entendiendo la importancia de compartir un momento y un espacio con un nieto o una Abuela, y sobre todo por convicción y por necesidad, a contramano de la estigmatización que sufren los derechos humanos derechos humanos en estos tiempos”, desliza Slipak, en clara alusión a los dichos del presidente Mauricio Macri, que durante su compaña había asegurado que “son un curro”.
* Idénticos se verá los lunes de julio y agosto a las 20 en el Multiteatro, Av. Corrientes 1283. Las entradas se repartirán de forma gratuita en la sala, los días de función, desde las 18 hasta agotar la capacidad de la misma. Se recomienda ir con anticipación.