La siguiente carta se leerá al comienzo de cada función de esta temporada de Idénticos:

Hace 17 años que comenzamos todas las funciones de teatroxlaidentidad de la siguiente manera: “Mi nombre es (nombre de quien habla), y puedo decirlo porque sé quién soy. Todavía hay entre nosotros casi cuatrocientas personas que no saben quiénes son, que desconocen el siniestro pero verdadero comienzo de sus vidas: los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo”.

Esto decíamos, y sin embargo hoy, como en nuestro surgimiento allá por el 2000, dudamos. ¿Sabemos quiénes somos? Peleando día a día contra los mismos fantasmas, saliendo a la calle para indignarnos ante al intento de impunidad a los represores, enfrentando por milésima vez la realidad del genocidio a la teoría de los dos demonios, explicando una vez más por qué son 30 mil, agotando hasta el último gramo de nuestras fuerzas y de nuestra inteligencia para apoyar la búsqueda de las Abuelas. ¿Sabemos quiénes somos mientras nos debatimos como sociedad entre momentos de lucidez heroica y otros de oscuridad y soledad angustiante? ¿No somos como esos nietos que continúan desaparecidos en vida?

Sentimos como ellos el miedo al extremo terror del campo de exterminio renaciendo a cada vuelta de la historia. Nos cuesta decidirnos a conocer nuestra verdad y muchas veces nos resulta cómodo mirar para otro lado. 

Lo que sí sabemos aquí, en teatroxlaidentidad, es que por suerte (o por valentía) hemos decidido que el camino no tiene vuelta atrás. Y que solamente la verdad, la memoria y la justicia nos permiten dar pasos seguros y encontrar el camino. A veces esos tiempos son muy largos (lo decimos con lágrimas en los ojos) y puede que muchas Abuelas se despidan sin el encuentro. Pero estamos seguros de que vamos a revivir el momento luminoso de la restitución y también de que siempre habrá quien se suba a este escenario y repita: ¡Hasta que disfrutemos del próximo abrazo! ¡Hasta que encontremos el último nieto!