Uno de cada cinco de los mayores donantes de dinero de la campaña de reelección del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, tiene una multa del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama), órgano del gobierno responsable por las acciones y políticas de protección ambiental, según reveló una investigación periodística de Agência Pública.

Según la información detallada, entre los 17 donantes que han aportado al menos 10.000 reales hasta ahora (unos 2.000 dólares), cinco tienen antecedentes de infracciones ambientales. Considerando las 83 personas que han hecho donaciones económicas a Bolsonaro hasta ahora, 16 (19,6%) han sido multadas por el Ibama.

La mayoría de los principales financistas están vinculados a la agroindustria: de los 25 mayores donantes (todos con montos superiores a 5.000 reales), al menos 18 tienen negocios en el campo.

Sumadas, las multas que no fueron canceladas superan los 80 millones reales (unos 15 millones de dólares) e incluyen sanciones por deforestación, incumplimiento de embargo y tala no autorizada, entre otros.

José de Castro Aguiar Filho es el donante que tiene la mayor multa. Exalcalde del municipio paulista de Flora Rica, acumula 16 sanciones entre 2007 y 2015, totalizando más de 65,4 millones de reales (casi 13 millones de dólares). Entre penalizaciones más importantes se refieren a la deforestación de miles de hectáreas y al incumplimiento de embargos en haciendas en las ciudades de San Félix de Araguaia y San José de Xingu, en Mato Grosso. 

Aguiar Filho está en la lista de los mayores deforestadores de la Amazonía, según Agência Pública. El político donó 5.000 reales a Bolsonaro.

El segundo donante con las multas más altas es el productor rural Moisés Debastini, que donó 1.000 reales (unos 195 dólares) y acumula multas por 6,35 millones de reales (poco más de 1.200.000 de dólares). Todas las multas de Debastini fueron por infracciones en sus propiedades en la ciudad de Feliz Natal de Mato Grosso.

Entre los mayores donantes multados se encuentra el agricultor Ronaldo Venceslau Rodrigues da Cunha, que aportó a la campaña de Bolsonaro un total de 60.000 reales (unos 12 mil dólares) y fue multado con 2,18 millones (casi 500 mil dólares) por el Ibama en 2012. 

Según la descripción de la notificación de infracción, Cunha destruyó ilegalmente, entre octubre de 2002 y agosto de 2007, 1.400 hectáreas de selva amazónica en Aripuanã, municipio cercano a las fronteras estatales con Amazonas y Rondônia. El área deforestada, en la Fazenda Estrela do Aripuanã, fue embargada por el órgano ambiental.

En la entrevista con el Jornal Nacional de la cadena Globo la semana pasada, Bolsonaro criticó al Ibama diciendo que la agencia ambiental comete "abusos" como la destrucción de equipos utilizados para deforestar, quemar o minar ilegalmente.

Con más de 13.000 kilómetros cuadrados de vegetación nativa devastada, la deforestación en la selva tropical más grande del mundo en 2021 fue la mayor de los últimos 15 años.

La destrucción ambiental, que ha acumulado los más altos índices durante el gobierno de Bolsonaro, es atribuida por grupos ecologistas a la falta de compromiso del mandatario para combatir este delito.