Las autoridades de Letonia comenzaron la construcción de una valla permanente que sustituya a la infraestructura actual en la frontera con Bielorrusia, que es a su vez frontera exterior de la Unión Europea.
El Ministerio del Interior letón confirmó la eliminación de árboles y arbustos en el 70 por ciento del territorio que separa Letonia y Bielorrusia, con vistas a reforzar una valla que medirá casi 150 kilómetros e irá intercalada con torres de control y pasos para peatones.
Letonia espera haber completado las obras en febrero de 2024 y que la infraestructura en general esté concluida en junio de ese mismo año. Con ella, quiere terminar de aplicar una política de vigilancia que extremó en 2021, después de que miles de migrantes intentasen llegar a la UE como medida de presión del régimen de Alexander Lukashenko.
Bielorrusia es uno de los principales aliados de Rusia, que el 24 de febrero pasado invadió Ucrania.
El 11 de este mes, el parlamento letón declaró a Rusia como “país patrocinador del terrorismo” por la invasión a Ucrania y ratificó el pedido de su gobierno para que los estados miembros de la UE restrinjan las visas de turistas a ciudadanos rusos y bielorrusos.
El martes pasado, el gobierno de Letonia derribó un monumento que conmemoraba la victoria de las tropas soviéticas sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial, en un gesto de solidaridad con Ucrania en su guerra con Rusia.
Letonia derriba un monumento de la era soviética
Letonia demolió el jueves 25 un monumento de la era soviética de su capital, Riga, en aplicación de una legislación aprobada tras la invasión rusa de Ucrania, pese a las protestas de la minoría rusa del país báltico.
Varias grúas se encargaron de demoler el monumento, un memorial de la Segunda Guerra Mundial de 79 metros de altura, que se había convertido en un punto de encuentro de los partidarios del Kremlin en Letonia.
Letonia, como sus vecinos Estonia y Lituania, es miembro de la OTAN y de la Unión Europea. Desde que empezó la invasión rusa de Ucrania, el país -una exrepública soviética, al igual que Ucrania, ha manifestado un firme apoyo a Kiev.
Erigido en 1985, cuando Letonia todavía formaba parte de la Unión Soviética, el denominado Monumento a los Libertadores de la Letonia Soviética y Riga de los Invasores Fascistas Alemanes estaba integrado por estatuas de soldados y de una mujer en torno a un obelisco.
Las autoridades decidieron derribarlo a raíz de una votación en el Parlamento a favor de que se retiren, antes de mediados de noviembre, todas las estatuas, placas y bajorrelieves de la época soviética.
La comunidad de etnia rusa de Letonia, que representa el 30% de la población, protestó contra su demolición.