El empresario Héctor Perez , involucrado en la investigación por los 1.658 kilogramos de cocaína secuestrados el último viernes en Rosario, y que iban a ser contrabandeados a Dubai, prestó declaración indagatoria el lunes. El hombre de 69 años que hace dos se radicó en la capital santiagueña junto a su familia y hace cuatro que instaló su empresa en campos cerca de Los Juríes, General Taboada, declaró y dio su versión de los hechos ante el juez de Campana, Dr. Adrián González Charvay y los representantes de la Fiscalía Federal.
Asistido por su abogada, Aída Farrán Serlé, Pérez negó cualquier tipo de vinculación con la organización desbaratada por las fuerzas de seguridad, como resultado de una investigación de más de seis meses encabezada por la Aduana y Afip.
Al empresario le endilgan ser parte de una organización criminal dedicada al contrabando y tráfico de estupefacientes. Dicha organización –según se desprende de la investigación- estaría conformada por diez argentinos (entre los que se encontraría Pérez) y cinco colombianos.
Según reveló Farrán Serlé al diario El Liberal de Santiago del Estero, su cliente admitió conocer a dos de los detenidos: Juan Manuel Coresa y Néstor Lombardi, a los cuales conoció personalmente y se los presentó una mujer. En tanto, admitió que mantuvo algunas comunicaciones telefónicas con Gastón Sofía, apodado "Tano" o "Roberto", sindicado como el supuesto cerebro del intento de contrabando de la droga al exterior, pero Pérez aseguró que no tenían ningún conocimiento de lo que estaban tramando.
El empresario negó conocer al resto de los argentinos detenidos, como también aseguró que desconoce por completo a los cinco colombianos identificados que formarían parte de esta megabanda narco.
Su abogada aseguró que Pérez brindó las claves de su celular y de sus computadoras a los investigadores para que puedan acceder a toda la información que hay en ellas y de su correo electrónico, para que puedan corroborar los mails que intercambió con Lombardi y Coresa, en los que éstos le enviaban datos sobre las instrucciones que emitía Sofía, sobre los detalles de la exportación del expeller de maíz.
Para la defensa de Héctor Pérez, el empresario fue "utilizado" por el "cerebro" de la banda narco para concretar el contrabando de la droga, por contar su cliente con los permisos para la exportación.
En la Argentina, las empresas deben contar con los permisos de Aduana y Afip, tras cumplir con determinados requisitos, uno de ellos es la consolidación en depósitos autorizados. Según Farrán Serlé, Pérez contaba con las autorizaciones necesarias y con los depósitos para su consolidación. Es decir, tenía la estructura para la comercialización de granos al exterior.
En su indagatoria, el empresario habría señalado que Lombardi y Coresa, lo contactaron con Sofía, que éste le manifestó que tenía una empresa compradora de expeller en España: Beniel SL.
Sofía habría sido el encargado diagramar la venta, y habría tenido algunas discusiones con Pérez, ya que el primero quería la exportación se realizara por Rosario, pero el empresario quería que se hiciera por Villa María (Córdoba) o bien por Buenos Aires. La carta que tendría a su favor Pérez, es que las más de 20 toneladas de expeller que salieron de su firma para ser exportadas, aún estarían en Villa María, y las bolsas halladas en Rosario, con la cocaína camuflada, no le pertenecerían.