Natacha Ghergo está con las últimas contracciones, a horas de parir. Militante del Movimiento Evita, hace diez días aceptó encabezar la lista de candidatos a concejales de Hurlingham por la lista Cumplir, el espacio de Florencio Randazzo en el PJ. Pero con el correr de las horas decidió renunciar. Convencida de que su límite era ir contra Cristina Kirchner, entendió que no podía permanecer en una lista cuando, además, Jorge Taiana aceptaba acompañar a la ex presidenta. Por sus hijos, escribió en su Facebook, “por el pueblo al que pertenezco y por el cual lucho. Por Néstor y Cristina. Yo elijo seguir dando pelea al enemigo desde el lugar más importante que ocupé jamás: como militante”.

La renuncia de Ghergo no parece menor. Está dando cuenta los cimbronazos dentro del Movimiento Evita que provoca su alianza con Randazzo. Pero además muestra los problemas que empiezan a surgir en los territorios aliados al ex ministro, con intendentes que necesitan revalidar bancas de concejales en localidades donde las mediciones dan ganadora a CFK.

“Esta vez no puedo acompañar habiendo perdido la discusión”, escribió Natacha Ghergo en su página de Facebook luego de discutir con sus compañeros. “Por ese motivo renuncié a mi candidatura como (candidata a) primer concejal de Hurlingham por el Frente Justicialista Cumplir. Entiendo que esta decisión también me aleja del Movimiento Evita (…) Estoy a días de recibir a mi tercera hija, Juana Victoria, la esperan en casa sus hermanos Dante Sabino y Eva Catalina, y mi compañero de la vida, Facundo. Por ellos. Por el pueblo al que pertenezco y por el cual lucho. Por Néstor y Cristina. Yo elijo seguir dando pelea al enemigo desde el lugar más importante que ocupé jamás: como militante”.

La ahora ex candidata tiene 34 años. “Soy de Hurlingham”, escribió en su perfil. “La casa donde crecí estaba a una cuadra de la plaza San Martín de Villa Tesei que durante años fue mi lugar en el mundo.” En 2006 empezó a militar en el Movimiento Evita “casi por casualidad, pero permanecí en ese espacio desde entonces por definición política. Estoy convencida de que ser militante es estar siempre junto al último de la fila, como me enseñó un hombre al que quiero y respeto. Aprendí también que nada se consigue estando solo y que para ser muchos hay que congeniar posturas, acercar diferencias. No siempre se logra, aprender que incluso cuando se pierde la discusión se tiene que acompañar fue una de las partes más difíciles”.

Cuando dio a conocer su decisión de renunciar a la candidatura, su filiación entró en debate. Voceros del Movimiento Evita aseguraron que en realidad Ghergo ya no pertenecía al espacio desde hace años. Sin embargo, ella aclaró que, si bien no pertenecía a la orgánica nacional, sí pertenecía al Evita de Hurlingham. Según unos, es la prensa la que quiere mostrarla como parte del Evita para acentuar la idea de disgregación o éxodo luego de las alianzas. Según Ghergo, ella ama al espacio, pero simplemente puso este límite. Pero además entiende las reglas del juego, en este caso que su espacio plantee su alejamiento como un antídoto para preservarse. 

Como sea, el caso sacó a la luz otros problemas. Juan Zabaleta es uno de los tres intendentes que se quedaron con Randazzo. Jugó fuerte para su armado. Lo hizo desde el comienzo. Pero hoy necesita revalidar bancas de concejales en un lugar donde CFK le lleva varias cabezas a Randazzo y donde hay una interna fuerte con La Cámpora. Pese a las diferencias, hasta el cierre de listas también ahí era posible un esquema de unidad, que fue lo que esperó incluso Natacha. Nunca llegó y ella tomó una decisión que de alguna manera la hizo dar a luz.