“Soy mamá de Lilian, tía de María Carmen y de Lichita. Lilian y María Carmen fueron capturadas vivas, torturadas y ejecutadas en la zona de Yby Yaú, en Concepción, por miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta compuesta por policías y militares. Este hecho fue muy festejado por el presidente Mario Abdo Benítez, que ese mismo día hizo una conferencia de prensa sobre el cuerpo de nuestras niñitas, donde dijo que habían abatido a dos integrantes del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo)”, la que habla es Myrian Villalba, en vísperas de la movilización de hoy, 2 de septiembre, frente a la Embajada de Paraguay en Buenos Aires y en diferentes consulados en todo el país.
El presidente paraguayo, hijo de quien fuera secretario del dictador Alfredo Stroessner, tuiteó en ese momento: “Hemos tenido un operativo exitoso en contra del EPP. Luego de un enfrentamiento, dos integrantes de este grupo armado han sido abatidos... A todo el equipo le ratifiqué mi agradecimiento por su valentía en la lucha contra este grupo criminal”. El “grupo criminal” resultó ser un grupo de niñas.
La “valentía” de las FTC consistió en asesinar a Lilian y María Carmen, de 11 años. Lichita, de 14 años, logró escapar en esa oportunidad, herida en la pantorrilla, mientras que Anita (hermana de Lichita) y su prima Tania Tamara, pudieron burlar la persecución y regresar a Argentina. Continúa el relato Myrian Villalba: “Con el correr de las horas, se pudo demostrar que eran dos niñas que tan solo tenían 11 años, que debido a la persecución familiar que sufrimos desde el año 2008 nacieron en Argentina. Fueron a conocer a sus papás, porque ese era el deseo de nuestras niñitas. Esta situación fue aprovechada por la Inteligencia del Paraguay, y montaron un operativo por el cual capturaron vivas, torturaron y ejecutaron a Lilian y María Carmen. Ese día también hirieron a Lichita en una de las pantorrillas. Fue herida nuevamente el 30 de noviembre, la última vez que supimos algo de ella, por los pobladores, que dijeron que fue llevada por las fuerzas militares”.
El grupo de niñas iba acompañado por Laura Villalba, mamá de María Carmen. En pleno duelo por el crimen de su hija, su sobrina, y por la desaparición de Lichita, el 23 de diciembre fue detenida. Estos hechos se suman a la prolongación indebida de la prisión de Carmen Villalba, mamá de Lichita, a quien después de cumplir 17 años de prisión por su participación en el EPP, le inventaron otra causa para impedir que quede en libertad. Toda la saña represiva contra una familia, y su persecución más allá de las fronteras.
#Eran niñas
Relata Myrian Villalba el recorrido de la hipocresía judicial: “Al principio se estaba especulando con la identidad, pero nos confirmó una llamada del Cónsul argentino en Paraguay, diciendo que se trataba de nuestras niñas. Empezamos con muchas dificultades, porque no hemos accedido a la investigación. Quisimos pensar que ellas habían quedado en medio de la balacera, hasta que nos llegaron las fotos una vez que las exhumaron y le entregaron los cuerpos a mi hermano y a la abogada. Nos llegaron fotos muy fuertes de que las niñas realmente fueron torturadas.
Esto lo confirmamos mejor cuando Anita (Tamara Anahí), la hermana de Lichita, junto con su prima Tania Tamara, pudieron romper el cerco militar y llegar a Argentina. Ahí nos enteramos que nuestras niñas fueron capturadas vivas. Tamara Anahí declaró ante el Comité de Derechos de los Niños de Ginebra, y Tania Tamara ante la Relatoría de Ejecuciones Extra Judiciales.” En este momento, el Gobierno del Paraguay está siendo investigado por el Comité de Derechos del Niño de la ONU, debido a las denuncias presentadas por la Gremial de Abogados y Abogadas.
La respuesta de indignación sacudió la conciencia en Paraguay y más allá de las fronteras, donde se realizaron numerosas movilizaciones con el grito: #eranniñas. Por eso el gobierno paraguayo montó una campaña de terror y de desinformación, -persiguiendo a quienes demandan justicia, entre ellas a un grupo de jóvenes feministas que se manifestaron en el Altar de la Patria. Lejos de buscar responsabilidades entre los militares que cometieron el infanticidio, la complicidad del gobierno y de la mal llamada justicia se dedicó a perseguir a quienes lo denunciaban tildándolos inmediatamente de terroristas.
Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, Lichita, fue secuestrada el 30 de noviembre de 2020, y continúa hasta hoy desaparecida. Los organismos de derechos humanos que la buscan, incluso quienes viajaron hasta Paraguay para intentar encontrarla, fueron expulsados y perseguidos por el gobierno de Abdo Benítez. Tratan así de paralizar cualquier demanda de justicia, porque saben que la desaparición de Lichita y el crimen de las niñas, constituyen crímenes de lesa humanidad, por los que más temprano que tarde tendrá que responder el gobierno de Abdo Benítez.
Laura Villalba, presa por maternar
En el viaje a Paraguay, que se extendió más de lo previsto porque con la pandemia se cerraron las fronteras, iba como cuidadora del grupo de niñas Laura Villalba, mamá de María Carmen, quien continúa hoy como rehén del régimen misógino y patriarcal de Mario Abdo Benítez. Nos dice Myrian: “A Laura la detuvieron el 23 de diciembre en un camino vecinal. Estaba desesperada buscando a Lichita. En ese momento no contaba con orden de captura. Al día siguiente ya le armaron causas, le inventaron pruebas, la trasladaron a un cuartel militar donde la tuvieron incomunicada. Luego, por presiones internacionales, logramos que fuera trasladada del cuartel militar a una penitenciaría común en Encarnación, donde se encuentra privada de libertad, y a la espera de un juicio totalmente ilegal, arbitrario, y con expectativa de penas muy altas”.
Laura tiene dos juicios pendientes. El primero, que se realizará alrededor del 10 de octubre de este año, por “violación del deber de cuidado, educación y violencia familiar”, y otro previsto alrededor del 23 de abril del 2023, por “asociación terrorista, tentativa de homicidio y portación de armas de guerra”. Agrega el abogado Salvador Sánchez: “En la primera causa por los hechos que se le atribuye, tiene una expectativa de pena de 10 años. En la causa mayor tiene una expectativa de pena de 30 años. Es la causa donde quieren condenarla al máximo posible. Para nuestra defensa, a Laura la están llevando a un juicio sin las mínimas garantías jurídicas, porque nunca se pudo probar su participación en ningún hecho punible de los que se le atribuyen. Su detención pasa por cuestiones políticas más que jurídicas. Le están montando causas, en su afán de querer resolver el problema de la desaparición de Lichita, más la muerte de las dos niñas, que fueron producto de operativos hechos por el estado paraguayo”.
El gobierno garantiza la impunidad de las FTC, mantiene presa a la madre de una de las niñas. Ella les resulta peligrosa, pero no por lo que la acusan mentirosamente. El riesgo viene del hecho de que es testiga de los crímenes de las niñas. Por eso pretenden quebrar su espíritu, su subjetividad. En realidad, el lugar donde estaban es peligroso, porque es una zona militarizada, bajo control del Ejército Paraguayo. Ellos son la amenaza para la sociedad. Laura está presa por maternar.
Estas acciones tienen como objetivo escarmentar a quienes puedan expresar rebeldías, y buscan particularmente golpear a Carmen Villalba, mamá de Lichita. Ya en el año 2010 asesinaron a su hijito Néstor, en la ciudad de Clorinda, Formosa, rociándolo con veneno. Carmen cumplió su condena, y debía haber salido en libertad, después de 17 años de prisión. Sin embargo, se le inventó otra causa para impedirlo. Es posible que ahora, vencidos los plazos en Paraguay, su situación pase a la CIDH.
La memoria de la resistencia a las dictaduras
El gobierno paraguayo es responsable de crímenes de lesa humanidad. Tortura seguida de muerte. Desapariciones. Por eso trata de sembrar miedo. La solidaridad urgente, no es solo lo que corresponde frente a la lacerante sucesión de injusticias, sino también para torcer la mano a las políticas de terror y muerte con las que pretenden disciplinar a los pueblos. Es imprescindible superar la indiferencia, los miedos, y decir una vez más la verdad: #Eran niñas.
Renunciar a estas causas, es borrar la memoria tejida de resistencia a las dictaduras, de lucha por la libertad, y de cuidado de las niñas y niños de nuestros pueblos. Este dos de septiembre, en las calles, serán también otros niños y niñas de movimientos populares, quienes se pararán junto a los hermanos, hermanas, primos y primas frente a la embajada paraguaya, para decir que no quieren que niñas como ellas y ellos, sean asesinados.