"Era muy, muy querida. De chiquita ella sufrió mucho, mucho, la discriminación de la sociedad, sufrió violaciones. Un día ella nos confesó: la violaron cuando tenía siete años. Era una chica que por ahí se vestía con las cosas que le regalaba la gente, pero no robaba, no peleaba, todo el mundo la quiere... la quería", contó una vecina de la ciudad de General Güemes que conocía a Carina Guzmán desde que tenía 15 años.
El cuerpo de Carina (o Carlos, según el nombre que le asignaron al nacer), de unos 40 años de edad, fue encontrado a media mañana de ayer martes en la casita en la que vivía, en el fondo de la vivienda materna, en Villa Tranquila, un barrio obrero de esa ciudad que atraviesa la ruta nacional 34.
Aunque no se confirmó oficialmente que haya sido asesinada, el Ministerio Público Fiscal de Salta informó anoche que "hay personas demoradas en relación al hecho". El cuerpo fue traído ayer a la ciudad de Salta, para que se le practique la autopsia.
De acuerdo al relato de personas que conocieron a Carina, había nacido en el seno de una familia con problemas serios de adicción al alcohol, y ella misma padecía esta adicción. A los 15 años iba a los boliches, donde conoció a muchas de las personas que ayer la despidieron destacando su don de gente.
Hacía por lo menos 15 años que había empezado a ejercer la prostitución, como la gran mayoría de las personas trans de los pueblos de Salta. Solía parar en una estación de servicio, y ahí también la conocían y querían.
"Para mí siempre fue una excelente persona, más allá de que ella tenía problemas con el alcohol. Llevó una vida muy sufrida, por la misma discriminación, por los homofóbicos", sostuvo la vecina. Contó que hace dos semanas nada más, después de mucho tiempo sin encontrarse debido a la pandemia, la vio en un boliche.
Después volvió a verla en la salida de la ciudad, donde hay una parada de limpian vidrios, la vio en un grupo de personas que son reconocidas por su adicción al alcohol. Carina se le acercó, le dijo que no había comido nada ese día y le pidió plata para comprar comida.
"No se merecía esa muerte, porque no era una chica que se metía con nadie. (Su muerte) Me tiene conmovida a mí como a varias amigas que la conocemos, porque no es chica problemática", insistió la vecina.
Esta persona contó también una versión que relataron otras personas que conocieron a Guzmán: hace tres o cuatro días tuvo un altercado con otra mujer en el local conocido como El Gauchito Gil y recibió un golpe en la cabeza.
La vecina añadió que la familia de Carina es tan humilde que una amiga creó ayer un grupo de whastapp con el objetivo de ayudar en los gastos del sepelio una vez que las autoridades devuelvan el cuerpo.
En la conversación con Salta/12 la vecina de Carina tuvo momentos de llanto, y anticipó su desconfianza en el sistema judicial. "Desde lo más profundo de mi corazón, yo sé que el caso de ella va a quedar en la nada, porque es muy difícil, es una persona humilde. Por eso, cuando pase todo esto me voy a encargar de saber quiénes fueron y de pedir justicia, para que este caso no quede impune, porque Carina no se merecía esto", sostuvo. "Ella nunca tuvo una familia que la resguarde", lamentó.
Varias personas que hablaron con este medio manifestaron su preocupación por el local donde ocurrió el incidente en el que Carina recibió un golpe. Contaron que antes de la pandemia funcionaba como cabaret, que hubo denuncias por distintas razones, entre ellas la presencia "de jovencitas de 15, 16 años, tomando, rodeadas de borrachos", que fue clausurado en su momento y que supuestamente sigue cerrado ahora, pero "la gente sabe que a partir de determinada hora toca el timbre y hay un cabaret".
El cuerpo de Carina Guzmán fue encontrado alrededor de las 9.30 del 31 de agosto en un domicilio de la calle Rioja al 800 de Villa Tranquila, en la ciudad de General Güemes, más de 50 kilómetros al sur de la ciudad de Salta.
La información, dada a conocer primero por el periodista Ángel Teseira, de General Güemes, fue confirmada por el Ministerio Público Fiscal de Salta, que solo añadió que un equipo de investigadores del Centro de Investigaciones Fiscales (CIF), la fiscala de Violencia de Género Mónica Poma y el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados Leandro Flores concurrieron al lugar del hecho.
La presencia de la fiscala y el fiscal se debe a que recién cuando se determine si la fallecida tenía el DNI de acuerdo a su identidad autopercibida se resolverá si interviene la fiscala de Violencia de Género o, en caso contrario, el otro fiscal.