En la Bolsa de Comercio y ante abogados de la city, el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, encontró un auditorio que escuchó complaciente cuando criticó la emisión monetaria, se pronunció contra las reformas –al decir que hay una especie de realismo mágico que hace creer que van a generar una realidad distinta– y puso la pelota en la cancha de la política al sostener que “no se puede construir una economía seria sin institucionalidad”.
Rosatti fue el elegido para cerrar el evento Diálogos para la Argentina, que organiza el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires –la entidad privada ubicada en la calle Montevideo que agrupa a letrados de los grupos económicos y con una histórica afinidad con los genocidas–. El presidente supremo centró su exposición en el modelo económico de la Constitución argentina. El modelo, dijo, es el capitalismo. “Un capitalismo humanizado”, agregó. “Quien quiera otro modelo para la República Argentina tendrá que hacer la revolución o tendrá que reformar la Constitución”, sostuvo.
El cortesano hizo hincapié en la defensa del valor de la moneda después de que el país atravesara días de inestabilidad cambiaria. “Hay que tener cuidado con las prácticas expansivas de la moneda porque si yo envilezco el valor de la moneda emitiendo irresponsablemente, por la ley de oferta y demanda, lógicamente no defiendo el valor sino que lo ataco”, dijo.
Sin falsas modestias, Rosatti no se privó de enaltecer la reforma constitucional de 1994, porque él mismo fue convencional. Mencionó que fue vicepresidente del bloque mayoritario de la Convención Constituyente sin aclarar que era por el Partido Justicialista (PJ) ante un auditorio que no sentía ninguna simpatía por el peronismo y que le tiene mayor consideración por haber sido designado en la Corte por Mauricio Macri tras una sugerencia de Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, como el exasesor prófugo reconoció la semana pasada.