La Justicia chilena declaró culpable este jueves de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas al excapitán de Carabineros Patricio Javier Maturana, quien durante la represión del estallido social en 2019 lanzó una bomba de gas lacrimógeno contra la cara de la ahora senadora Fabiola Campillai, dejándola ciega y sin olfato ni gusto. 

"Tengo esperanza de que se hará justicia y se marcará un precedente en Chile, para mí y para todas las víctimas de violaciones a los derechos humanos", manifestó Campillai en su cuenta de Twitter después de que se conociera la decisión unánime del tribunal. El 10 de octubre se hará la lectura de la condena, cuando se conocerá la pena que deberá cumplir Maturana. La Fiscalía pidió que fuera de 12 años de prisión.

De acuerdo con la acusación de la Fiscalía, el 26 de noviembre de 2019 Carabineros reprimía una movilización en el marco del estallido social de octubre de ese año, cuando Maturana disparó una bomba de gas lacrimógeno en línea recta en dirección a un grupo de personas que estaba en una esquina. En este caso, como en otros varios según las denuncias de Fiscalía, se violaron las normas chilenas e internacionales sobre el uso de munición no letal dirigidas a minimizar los daños que esta puede causar. Con respecto a las bombas lacrimógenas, establecen que no se deben disparar en línea recta, sino al piso, porque el objetivo de su uso no es impactar al cuerpo.

Campillai no participaba de la movilización que estaba siendo reprimida, sino que estaba en esa esquina junto a su hermana esperando el ómnibus para ir a trabajar. La bomba lacrimógena impactó en su rostro, dejándola inconsciente, pese a lo cual no recibió asistencia de los agentes de Carabineros. Un grupo de vecinos la trasladó al hospital, donde estuvo en coma inducido y se le realizaron, en los siguientes tres meses, dos operaciones. Casi un año después debió ser intervenida nuevamente por consecuencias de las lesiones sufridas. Con 35 años, Campillai perdió la vista, el olfato y el gusto.

Maturana fue detenido y formalizado en agosto de 2020, un año después de la agresión, y permanece en prisión domiciliaria. Ese mismo año fue expulsado de Carabineros por no asistir a Campillai después de herirla,

La intención de Maturana "no fue usar el arma para dispersar o disuadir" la movilización, sino que "su propósito fue hacer daño", indicó la jueza Marcela Nilo indicó en el dictamen del tribunal. “Expuso a la víctima en su actuar a graves lesiones y secuelas físicas, destruyendo su proyecto de vida”, al disparar el arma “desatendiendo la circular sobre el uso de la fuerza, los protocolos de mantenimiento del orden público y el manual de operaciones” y contraviniendo principios de proporcionalidad y necesidad. "Actuó sin necesidad, sin uso proporcional de la fuerza, sin obedecer los propios protocolos, sin prestar ayuda a la víctima, con abuso de su cargo", reafirmó la magistrada.

Después de ganar visibilidad por estos hechos y por su reclamo de justicia, el año pasado Campillai fue la candidata al Senado más votada en la Región Metropolitana en las elecciones chilenas. Ocupando el cargo ha participado en movilizaciones que exigen que se identifique a los responsables por las heridas causadas por Carabineros durante la represión del estallido social y reclaman la liberación de los manifestantes que permanecen detenidos por presuntos delitos cometidos en ese contexto.

La violencia durante las manifestaciones y su represión costó la vida de 32 personas y dejó 8.000 víctimas de todo tipo de lesiones, según la Fiscalía. Se estima que unas 400 personas quedaron con traumas oculares por los que perdieron la vista de forma parcial o total.