Hoy todo el mundo juega a ser poeta. Abrís Instagram, scrolleás un poco y, antes que una publicidad, aparece un poema. Mejor dicho, aparece un texto partido en versos, que más que al abismo del sentido tiende al llano de la complicidad instagramera. Es un juego mayormente endogámico: les poetas de Instagram leen a otres poetas de Instagram y la poesía se desorienta un poco (bastante), al punto de no reconocerse a sí misma.
Más allá del debate sobre si la intuición poética está bien repartida o no, es importante resaltar que el oficio literario, dentro o fuera del género que sea, sale mejor cuanto más lea quien lo lleva a cabo. Leo, luego escribo, digamos. Ahora bien, pese al esfuerzo de muchas editoriales por poner en circulación las voces de poetas jóvenes y salides de la norma, las vidrieras están siempre a favor de la narrativa heterotriste y de los mamotretos escolares con poesía de los clásicos. ¿Cómo acceder, entonces, a algo que no está tan visible y que nos resulta tan necesario para crear?
En medio de ese desconcierto, surgió La lira marica. Una antología de poesía homoerótica argentina, editada este año por Saraza. La compilación estuvo a cargo de Enzo Cárcano y Jorge Luis Peralta, dos catedráticas brillantes por cuyo loco afán quedaron reunidos en un solo volumen más de cien años de imaginación marica. Su selección, tal como lo aclaran en el prólogo, “no pretende de ningún modo ser exhaustiva, aunque sí, representativa”. Y lo logra: La lira marica propone un recorrido de casi setecientas páginas, que va desde principios del siglo XX a la contemporaneidad de la poesía performática y pasa por todos los rincones del país. Semejante yire nos depara nada menos que el vértigo del cruising: la posibilidad de encontrar, en el vaivén de las páginas, la novedad de un poeta desconocido o una imagen asombrosa para decir el deseo que ya ha tenido tantos nombres.
La lira marica dialoga con compilaciones de similar rigor y brillo: Antología de poesía trava /trans* /no binarie (Puntos Suspensivos ediciones, 2020), El teje poético (Puntos Suspensivos ediciones, Somos Centelleantes y el “Mocha Celis”, 2020) y Alguien muerde el extremo de su nombre: antología de poemas lesbianos de salida del clóset (Elemento disruptivo, 2021), por mencionar algunas. En conjunto estos libros, pioneros en su género, ofrecen un panorama bien situado sobre la producción poética LGBTIQ+ nacional de todos los tiempos, incluso del que está por venir.
Sumo un datito. Luego de su presentación en Casa Brandon, La lira marica va a tener una presentación online el jueves 22 de septiembre a las 19h. El objetivo es reunir en un zoom avarios de los poetas que no viven en Buenos Aires. Estén atentes a las publicaciones de @sarazaeditorial para obtener el enlace correspondiente.