Si bien el gobierno porteño sigue afirmando que su prioridad está puesta en la educación, los números que analiza la Auditoría General de la Ciudad lo siguen desmintiendo. Según un informe reciente que investiga el sistema de mantenimiento escolar, hay una serie de problemas que se vienen repitiendo, pese a que el presupuesto del área supera los 4500 millones de pesos: escuelas en muy mal estado, pagos a empresas que nunca terminan de resolver los problemas edilicios y que acumulan multas, pese a lo cual se las sigue contratando. De hecho, son las mismas empresas hace ocho años. "El informe advierte que en las escuelas no se cumple con los controles de plagas ni con las rutinas de control eléctrico, tampoco desagües pluviales ni control de cerramientos", indicó la presidenta de la Auditoría porteña, Mariana Gagliardi.
Todos los años, la Auditoría evalúa el mantenimiento de las escuelas, que se da a través del Sistema Global de Mantenimiento. El último informe advierte que hace por lo menos tres años que los edificios escolares vienen en un estado deplorable (lo que precede a la pandemia). También advierte sobre "la falta de planificación que tiene como consecuencia el pago de importantes sumas de dinero a empresas que no solucionan los problemas edilicios de las escuelas".
El control de las empresas y su contratación está a cargo del Ministerio de Educación porteño, que conduce Soledad Acuña. El programa se ocupa de que los edificios de las escuelas estén en condiciones, algo que -según comprueba la Auditoría año a año- dista de la realidad. Ya en los informes de 2018 y 2019, es decir, previos a la pandemia, la Auditoría le advirtió a Acuña "sobre el deterioro de los edificios educativos visitados y documentados" e indicó que se debe "mejorar el sistema de control interno de la Dirección General de Mantenimiento para garantizar el cumplimiento de las empresas y adecuada prestación del servicio".
En las conclusiones del informe de 2019, se especificaba que si no se controlaba mejor a estas empresas lo que ocurría es que se terminaba gastando dinero en obras que se podían evitar "con acciones de preservación y mejoras preventivas y correctivas”. En 2020, ya en pandemia, concluyeron que ninguno de esos consejos había sido tomado en cuenta y le recomendaban "salvar la ausencia de los relevamientos iniciales e inventarios de cada edificio a cargo de las empresas y perfeccionar los sistemas de control interno para preservar en buen estado y mejorar la infraestructura edilicia y el adecuado funcionamiento de las instalaciones”. Como se sabe, el período con las escuelas cerradas no se aprovechó para emprender mejoras edilicias.
Luego de analizar los pliegos de las contrataciones de las mismas ocho empresas, le plantearon nuevamente al Ministerio de Educación que una falencia es "la falta de publicación de informes trimestrales y anuales sobre el estado de los edificios que permitan conocer y controlar las tareas de mantenimiento realizadas por las empresas". Es decir, no hay un seguimiento puntual de las obras.
"En 2018 se aplicaron 48 multas en total a diferentes empresas y en 2019 se aplicaron 60 multas", advierten sobre los incumplimienos de esas firmas. No obstante, la Auditoría constató la "falta de cobro de las multas por parte del Ministerio de Educación a las empresas". Esto, sumado a que las empresas son recontratadas, lleva al panorama que plantean los auditores.
"Nos resulta llamativo que, a pesar de que las empresas deberían garantizar el mantenimiento de las escuelas publicas en la Ciudad, no cumplan con lo establecido y lleven ya ocho años de renovación constante en sus contrataciones por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires", indicó la presidenta de la Auditoría a este diario.
El informe de 2022, que se acaba de publicar, indica que todos los problemas se mantienen. Además de reiterar las irregularidades, la Auditoría advierte que "desde el Ministerio de Educación no se ha presentado la información requerida para explicar la ampliación de contratos a las empresas contratadas". Y señala información más precupante aún: "En las escuelas no se cumple con la totalidad de los controles de plagas, ni con las rutinas de control de instalaciones eléctricas, desagües pluviales ni tampoco el control de los cerramientos". Este diario ha publicado diversas denuncias por la presencia de ratas en escuelas. El informe también destaca que "no fueron reemplazados la totalidad de vidrios crudos existentes en establecimientos escolares".
"La falta de control a las empresas que deriva en
el mal estado de los establecimientos educativos afecta directamente a los y
las estudiantes de la educación pública de la Ciudad, pero no tiene ninguna
consecuencia sobre las empresas contratadas que brindan un mal servicio", concluyen los auditores. "Todo
lo contrario, el presupuesto destinado para las empresas de mantenimiento
escolar para 2022 supera el presupuesto destinado para las urbanizaciones de
los barrios Villa 20, Rodrigo Bueno y Fraga, todos juntos. El Ministerio de
Educación destina 4599 millones de pesos a empresas de mantenimiento mientras que para
la urbanización de tres barrios populares juntos destina 4 mil millones. Es
decir, ¿las empresas de mantenimiento no pueden arreglar filtraciones, problemas
de mampostería y revisar el estado de escuelas con el mismo
presupuesto que existe para urbanizar tres barrios populares?", se preguntan. Este diario consultó al ministerio a cargo de Acuña, pero no tuvo respuesta.