El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, subrayó que el intento de magnicidio contra la vicepresidenta “no fue solo un atentado contra Cristina Kirchner sino contra la democracia” y sostuvo que ese hecho “no fue producto de un desquiciado sino de un contexto” de instigación al odio contra una dirigente y una fuerza política.

Por ese motivo, llamó a la dirigencia de todas las fuerzas política a “repudiar sin dobleces ni grises” el intento de asesinato y consideró que al atentado “no puede separárselo” del lawfare desatado contra la ex mandataria. “El paralelimso es sencillo: atentar contra la vida o participación de la misma persona”.

“El problema no es que se atente o apunte contra una fuerza política, que es el peronismo, sino que el problema es que (si eso sigue ocurriendo) no habrá país para nadie porque no habría democracia posible”, puntualizó el mandatario durante una conferencia en la Casa de Gobierno provincial.

"No es de ninguna manera un hecho individual"

Allí, rodeado de todo su gabinete de ministros, Kicillof elogió al sector de la oposición que rechazó el ataque y llamó a la reflexión a quienes no se pronunciaron ni repudiaron el hecho. Les sugirió “repudiar sin dobleces ni grises” lo ocurrido y llamó a “replantear de manera profunda y sincera los discursos de odio”.

Luego, sin mencionar a nadie en particular, hizo alusión a quienes sostienen desde ayer que el agresor de la vicepresidenta actuó por algún desequilibrio psicológico o de manera individual, como por ejemplo lo hizo la presidenta del PRO, Patricia Bullrich.

“Hay que dejar claro es que esto no es de ninguna manera un hecho individual o por el desequilibrio mental de una persona”, dijo Kicillof. Lo que ocurrió fue algo claro, agregó: “El objetivo era terminar con la vida de la vicepresidenta. El objetivo era deshacerse de la vicepresidenta”.

El mandatario aclaró que con esa afirmación “no estoy infiriendo que se trató de algo planificado o como parte de un complot”. “Pero lo que pasó no es (producto) de una persona desequilibrada que intenta matar” sino “de un contexto, y es ahí donde tenemos que actuar”.

Odio, guillotinas, horcas y bolsas mortuorias

En este sentido, sostuvo que el atentado puede vincularse “con las expresiones de un funcionario judicial” que la “acusó sin pruebas” en un juicio enmarcado en el lawfare ni tampoco de “las expresiones de un funcionario político” que habló de “pena de muerte”.

Pensábamos que en la Argentina los atentados no existían más, pero desde hace meses estamos escuchando a sectores con discursos de odio, guillotinas, horcas y bolsas mortuorias” en movilizaciones de la oposición.

Luego hizo un llamado a la reflexión. “No sé si cayeron en la cuenta de la situación institucional, política e histórica en la que estaríamos si ocurría el magnicidio”, concluyó.