Lo que ha acontecido hace apenas unas horas con Cristina Kirchner es horrible, pero lamentablemente debo decir que era totalmente previsible. Esto está estudiado y hablamos de ello en nuestro Curso de Verano del pasado julio, sobre “Derechos Humanos y discursos de odio en las redes sociales” que organizamos con la Universidad de Jaén en Torres.
Hace unos días escribí un artículo que titulé “'Lawfare' contra Cristina o el Sanedrín argentino”, en el que señalaba que tenemos que reconocer que el fascismo ha regresado. Esto es muy peligroso, porque el fascismo asimila los términos adversario político y enemigo, planteando la eliminación del contrario como medio para conseguir sus fines. Decía también que en ocasiones acuden a la eliminación física y en otras a la mediática, mediante el desprestigio constante o al encarcelamiento en base a acusaciones falsas (lawfare). Pero la idea es siempre la misma, neutralizar al oponente a cualquier precio.
Esto es lo que está ocurriendo con la actual vicepresidenta y posible futura candidata a dirigir nuevamente los destinos de Argentina. Sencillamente hay personas que no son demócratas y que quieren eliminarla a toda costa. Les importa poco o nada la voluntad popular y harán lo que sea para impedir que gobiernen los representantes de la mayoría, porque se sienten temerosos de perder privilegios, dinero, influencia y poder. Por eso la campaña de desprestigio, por eso la guerra judicial en su contra, por eso este atentado que es nada más y nada menos que un asesinato, que se ha frustrado únicamente por el azar o la impericia del ejecutante.
Incitar al odio siempre es como sembrar una semilla, que tarde o temprano hará que alguien en algún momento y en algún lugar cometa un acto violento, delictivo, criminal. Cuando los fascistas siembran odio, lamentablemente todas y todos luego cosechamos violencia.
Pero somos más, somos la mayoría, somos los hombres y mujeres que queremos vivir en paz, en armonía entre nosotros y con nuestro medioambiente, con leyes justas, con instituciones que funcionan y están al servicio de los ciudadanos, donde nadie se quede atrás, donde seamos amables y solidarios entre nosotros y afrontemos juntos los desafíos enormes que nos depara este siglo XXI en Argentina, en Latinoamérica y en todo el planeta. Y porque somos más y porque tenemos la razón, amigas y amigos, antes o después la historia nos dará la razón, antes o después venceremos, aunque les pese, y venceremos no para el bien de nosotros, sino para el bien de todas y todos.