Los fiscales del juicio por el crimen de María Marta García Belsunce solicitaron este viernes la apertura y el análisis del teléfono celular que pertenece a Nicolás Pachelo, principal acusado del asesinato de la socióloga, luego de que se registrara una presunta utilización del mismo durante el lapso de tiempo en el que debía estar incautado por una causa paralela.

El fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, solicitó en el inicio de la vigésimo segunda audiencia que el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de San Isidro permita a la parte acusadora acceder a la apertura y el análisis del teléfono celular incautado a Pachelo (46), y que su contenido sea incluido como prueba en el juicio por el crimen de García Belsunce.

Ferrari detalló que el aparato fue secuestrado a las 18 del pasado 17 de agosto luego de que el tribunal integrado por los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, ordenara investigar el uso de redes sociales por parte del principal imputado, luego de que el día anterior abriera un Instagram y difundiera un video en su canal de YouTube para exponer su visión del caso.

Según explicó el fiscal, se obtuvo información sobre la apertura y ubicación del celular en el marco de una nueva causa tramitada por el fiscal Gastón Garbus de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Martínez, por las amenazas al periodista Martín Candalaft, quien recibió una llamada intimidatoria anónima tras una nota en la que mencionaba las redes de Pachelo.

“En el marco de esa investigación queremos contar que nos sorprende una vez más una situación sobre el uso de la telefonía de Pachelo, que hasta lo que sabíamos está incautado desde ese día. Advertimos que el pasado 30 de agosto dicho teléfono se logueó en el servicio de mensajería instantánea Telegram, una aplicación que permite borrar mensajes”, sostuvo Ferrari.

Tras esa breve introducción, el representante del Ministerio Público expuso una serie de aperturas de antenas y llamadas de la línea que posee Pachelo, la cual está a nombre de una mujer y está registrada en avenida Del Libertador 184 del barrio porteño de Retiro, domicilio histórico del imputado.

“Del listado de apertura de antenas y llamados, surge que los días 16 y 17 de agosto hasta las 18 horas tuvo apertura de una antena en La Plata, a 400 metros del penal donde se encuentra Pachelo. Pero el 17 de agosto, una hora después de su incautación, y hasta el día siguiente, fue captado por distintas antenas de la Capital Federal. ¿Si estaba incautado cómo es que estaba dando vueltas por Capital?”, se preguntó el fiscal, quien añadió que entre el 18 y el 28 no volvió a registrarse actividad alguna, el 29 lo tomó una antena nuevamente en la Ciudad de Buenos Aires y el 30 en la Unidad 9 de La Plata.

“En síntesis, vamos a pedir una prórroga a la hora de contestar sobre la sanción del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) para analizar los nuevos argumentos. Pedimos que se investigue la situación anómala de la ubicación de esa línea telefónica, cuando a rigor debía estar incautada por miembros del SPB”, concluyó.

Por su parte, los abogados defensores de Pachelo, Raquel Pérez Iglesias y Marcelo Rodríguez Jordan, se opusieron al pedido de la fiscalía al mencionar que habría que distinguir lo que es el aparato telefónico de la línea, la cual está a nombre de una mujer que no posee ninguna restricción.

“La situación de Candalaf se dio posterior a la incautación del teléfono, donde no hubo actividad”, sostuvo Pérez Iglesias.

Tras un cuarto intermedio, el tribunal no hizo lugar a la apertura del teléfono, hasta que no se expida el fiscal natural del caso y, además, informó que se lo habilitaba a Pachelo tener y usar un nuevo celular, aunque dentro del protocolo habilitado para los presos a partir de la pandemia y por el que se tiene que limitar a utilizarlo para comunicarse con sus familiares.

Ante la decisión del TOC, el fiscal Ferrari pidió que quedara asentado su protesta a la resolución.

La muerte del padre

Por otro lado, los fiscales solicitaron esta tarde que se reabra la causa por el suicidio en 1996 de Roberto Pachelo, padre de Nicolás, y que su hijo sea investigado por posible “homicidio agravado”, un delito que prevé una pena de prisión perpetua.

Patricio Ferrari adelantó en la audiencia por el crimen de García Belsunce que la solicitud se presentará el próximo lunes en el Juzgado de Garantías 5 de Tigre para que la causa, actualmente archivada como suicidio, sea recaratulada como “homicidio agravado por el vínculo” y que se lo investigue a Nicolás Pachelo como autor.

“En los lineamientos de la acusación la Fiscalía dijo que iba a quedar expuesta la íntima ligazón entre Nicolás Pachelo y la muerte de su padre, Roberto Pachelo”, expresó el fiscal Patricio Ferrari en el inicio de sus argumentos.

Ferrari hizo referencia así a la causa 39124, caratulada como “Pachelo, Roberto Luis s/ Suicido”, tramitada ante el ex Juzgado en lo Criminal y Correccional 11 de San Isidro. Luego de enumerar una serie de testimonios incluidos en la causa, Ferrari sostuvo: “Somos los que creemos que la acción penal contra Nicolás Pachelo sobre este hecho se encuentra plenamente vigente, por lo que hemos de formular una presentación para la apertura de la causa por la muerte de su padre”.

“La acción penal se encuentra plenamente vigente, inclusive hasta el 2030”, precisó el fiscal respecto a la posibilidad de que ya no se pueda investigar el caso porque la causa prescribió.

El pedido será presentado el próximo lunes ante el Juzgado de Garantías 5 de Tigre, a cargo de Diego Martínez.

La muerte de Roberto Pachelo ocurrió el 9 de enero de 1996 tras haberse disparado en la cabeza en una vivienda de la localidad de Pilar.

Creemos que una investigación de ahora se puede vincular al hecho, que no prescribió porque tiene una pena de reclusión perpetua por ser agravado por el vínculo”, concluyó Ferrari.

Lo que dijo el hermano

Uno de los hermanos de Nicolás Pachelo declaró este viernes que su hermano y principal imputado en el caso "es un asesino", lo incriminó en el supuesto homicidio de su padre y afirmó que una semana antes del asesinato de la socióloga fue a comprar balas .32 y le dijo a un empleado de la tosquera familiar que le iba a regalar un arma de ese calibre.

"Nicolás Pachelo es un psicópata total, un enfermo mental, malo y un asesino. No me cabe ni una duda", dijo Francisco "Pancho" Pachelo en una de las frases más comprometedoras que dijo contra su hermano ante el Tribunal Oral en lo Criminal 4 de San Isidro.

Francisco, hermano de Nicolás fruto de la relación entre Roberto Pachelo y Jacqueline Barbará, se sentó a declarar minutos antes de las 13 como el primero de los dos testigos convocados por la fiscalía para esta . jornada del debate, que se realizaba pese al feriado nacional decretado por el atentado sufrido por la vicepresidenta Cristina Fernández.

Desde sus primeras palabras, el hombre cargó contra el principal imputado del crimen de María Marta y recordó que cuando él tenía 4 años, Nicolás intentó prenderle fuego un colchón que estaba junto a la cuna.

"Desgraciadamente me tocó ser su hermano. Viví con él no todos los días de mi vida, pero fines de semana durante mucho tiempo. El vínculo es malo porque es un enfermo", dijo Francisco.

Luego, hizo referencia directa a la muerte de su padre Roberto, ocurrida en enero de 1996 y cuya causa quedó caratulada como suicido. “Sé que es un asesino porque mató a mi padre. No me cabe ninguna duda de que mató a Roberto Pachelo. Lo mató a mi padre por plata y por resentimiento”, afirmó el testigo y descartó la posibilidad del suicidio.

Consultado por el fiscal Andrés Quintana sobre si Pachelo asistió al velatorio de su padre, Francisco señaló que no porque “mientras lo velábamos, Nicolás estaba robando en la oficina de Pilar”, propiedad de su familia.

No podría asegurar si Nicolás tenía un arma. Yo sí, porque le tenía miedo a mi hermano. Cuando fue preso me desarmé”, dijo en otro momento en su declaración que duró cerca una hora.

El tema de las armas dio lugar a la mención de Mario Rivero, el casero de la cantera propiedad de la familia Pachelo.

Francisco Pachelo contó que Rivero le mencionó en una oportunidad que acompañó a su hermano Nicolás a comprar municiones presuntamente para un revólver calibre .32 largo, el mismo tipo de arma utilizado para asesinar a María Marta García Belsunce el 27 de octubre de 2002.

“La cantera estaba cerrada, no recuerdo la fecha, pero fue después de la muerte de María Marta. Yo llegué y Mario, que no recuerdo su apellido, que era el casero, me dijo ´viste la vieja que mataron en Carmel, la de Belsunce, la mató Nicolás´. Ahí paré las orejas, no me pareció tan extraño. Le pregunté por qué, y me dijo que (Nicolás) fue a la cantera una semana antes de la muerte, le pidió que lo acompañe a comprar municiones para ´una pistola hermosa´”, recordó el testigo.

Luego de eso, el fiscal Quintana nombró en una pregunta el apellido de Rivero, que el testigo no recordaba, por lo que generó una breve discusión con el abogado defensor de Pachelo, Marcelo Rodríguez Jordán, quien calificó de “miserable” al representante del Ministerio Público por introducir esa información sobre la identidad.

El juez Ecke, presidente del tribunal, le llamó la atención a Rodríguez Jordan y le advirtió que no toleraría otra expresión similar hacia la parte acusadora.

Pasado el momento de tensión, Francisco Pachelo retomó su testimonio respecto a la muerte de García Belsunce y expresó: “Después pensé… ¿Y si la mató también? No creo que haya ido a matarla, sino que se la cruzó cuando fue a robarle, porque él robaba”.

Además, recordó que al casero le dijo que Nicolás “tenía un revólver calibre .32 y que se la iba regalar después”, aunque reiteró no poder recordar “haberlo visto con armas” a su hermano.

Antes de finalizar el testimonio, se escuchó que Pachelo quería un careo con su hermano pero el abogado Rodríguez Jordan se lo negó.

El hermano menor de Pachelo fue convocado luego de que un hermano de García Belsunce, John Hurtig, y Michael Taylor, ahijado del viudo Carlos Carrascosa, contaran en el juicio que se reunieron con él y les dijo que Nicolás era el asesino de María Marta.